La onda expansiva del terremoto revolucionario, norteafricano en particular y árabo-musulmán en general, está generando un tsunami emigratorio hacia la Europa más cercana, en este caso Italia, y, más en concreto, en la isla de Lampedusa.
Lampedusa es una pequeña isla, de 12 x 3 Klm. que aunque políticamente pertenece a Italia, geológicamente pertenece a África, estando más cerca de la costa de Túnez (113 klm) que de Italia (205 Klm. de la isla de Sicilia).
Tiene una población de 5.500 habitantes, pero por su cercanía a los países norteafricanos, en guerra, sobre todo desde Túnez, raro es el día que no llegan barcazas con “sin papeles” (no los llamemos “ilegales”). Han pasado por allí hasta 22.000. Ahora mismo hay más emigrantes que autóctonos, con los problemas de todo tipo que ello acarrea.
Berlusconi clama al cielo y Sarkozy ha parado los trenes, ocupados por estos emigrantes, en la frontera franco-italiana.
Hay que decir que Francia recibe cinco veces más emigrantes que Italia.
Esta crisis entre ambos países quieren sus mandatarios que sea considerada como un problema de toda Europa y que se resuelva modificando el Tratado de Schengen.
El Tratado de Schengen permite la libre circulación de personas en toda la Unión Europea.
Cuando un día sí y otro también llegaban a España las pateras con personas subsaharianas, desde Marruecos, cuyo rey miraba para otro lado, como advertencia y/o amenaza latente, y la policía pasaba la gorra, siendo un coladero cualquier playa marroquí, entonces España también clamaba a Europa y la respuesta que recibía era que “ese era un problema interno de España”.
España era un trampolín para muchos subsaharianos, que continuaban hacia Centro-Europa, aunque otros muchos se quedasen.
Pero cuando la situación económica española se desinfló, con su burbuja, y de ser boyante pasó a ser crítica, con el aumento diario del número de parados, continuaron hacia centro y norte de Europa, cuyos países se han recuperado/están recuperándose, económicamente, antes y mejor que España.
En Austria, en Alemania, en Finlandia y, últimamente, en Francia, la Extrema Derecha, de tendencia xenófoba, está subiendo en votos y dejándose oír en los Parlamentos respectivos.
Ese es un problema añadido que tiene Sarkozy, Marine Le Pen, la hija del histórico Jean-Marie Le Penn, (que ya venció al socialista Lionel Jospin), la nueva líder del partido ultraderechista Frente Nacional (F.N.)
El F.N. encabeza, ahora mismo, las intenciones de voto para las elecciones del 2.012.
Marine Le Pen obtendría el 23/24 %, Martine Aubry (Partido Socialista) el 21/23 % y Nicolás Sarkozy el 21 % en la primera vuelta, por lo que quedaría eliminado para la 2ª ronda.
No es otro el interés de Sarkozy de su posición ante los trenes italianos y de revisar el Tratado de Schengen, el arrancar votos de esa derecha extrema.
Yo ya lo había escrito hace tiempo, desde que empezó la revuelta en Túnez, “Europa va a tener un gran problema”.
En Europa caben muchos emigrantes, quizás quepan más, pero no caben todos.
Pero no me pregunten qué haría yo, PORQUE NO LO SÉ.
Un Radiólogo no es ni un Médico ni un Cirujano.
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