martes, 29 de septiembre de 2020

EL HOMBRE: FACTOR ESPIRITUAL (CUERPO-ALMA-ESPÍRITU) (6)

 

 FACTOR ESPIRITUAL DEL HOMBRE.

 

Nadie pone en duda los factores psicobiológico y socio-cultural (pues sus enunciados son sometibles a prueba, a verificación) pero el factor espiritual, su creatividad, su iniciativa, su estatuto de sujeto, se pone en tela de juicio, pues no ha lugar a prueba.

Nos hallamos en el ámbito de la metafísica, en el terreno de los enunciados no verificables.

 

Este factor espiritual se le ha denominado, a lo largo de la historia, de muchas formas: espíritu, sujeto, yo, conciencia, persona, libertad, alma,…un tipo de realidad no reducible a objeto o materia de estudio científico, a necesidad, a naturaleza.

 

Mejor es llamarlo “espíritu” que “alma”, pues este termino viene de “anima”, latina, emparentada con “anemos”, griego, (soplo de la respiración) y posteriormente vino a indicar el principio  que “anima a los seres vivos”, por haberse observado que la vida desaparecía juntamente con el soplo (se recurría a poner un espejo en la boca para observar si echaba aliento, si se empañaba (estaría vivo) o no y, entonces, estaría muerto.

 

También “anima” dará lugar a “alma” mientras “animus” dará lugar a “espíritu”, de “spirare”.

 

El “espíritu”, entonces, significa lo opuesto a animal, siendo el principio  de la actividad intelectual.

 

La planta y el animal poseen “alma” (principio de la vida, bien vegetativa, bien sensitiva (Aristóteles) que equivaldrá a la “Psike”, mientras al hombre le corresponde el “espíritu” (pneuma) principio de la “vida intelectual”

 

 

GRIEGO            LATÍN      CASTELLANO.

 

Pneuma               Animus     Espíritu

 

Psyké                  Anima       Alma (parte de “Espíritu” sumergido en el “cuerpo”)

 

Soma                   Corpus      Cuerpo.

 

La idea de “alma” como una “entidad desterrada” entra en Grecia por influencias chamanísticas procedentes de Tracia y Escitia y que cree que hay en cada hombre una realidad de orden divino que ha existido antes del cuerpo y que existirá cuando éste desaparezca (Pitágoras, Empédocles, Platón (sobre todo) y Plotino)

 

(Obvio extenderme en el Fedón y demás obras de Platón referentes al tema).

 

El “espíritu” será esta “alma” pero en su puridad, sin ingerencias somáticas.

 

Ni hay, ni puede haber experiencia del “espíritu” o del “yo” pero sí existen un conjunto de fenómenos específicamente humanos que nos remiten hacia una realidad no objetivable, no comprobable, por lo tanto, una realidad que nos ayudaría a hacernos cargo de forma cabal del complejo fenómeno humano.

 

Fenómenos humanos que nos lleva a admitir algo como causa de esos fenómenos, tales como: Sustituir las “cosas” por “símbolos de las cosas” (palabras, lenguaje, arte,…), el pensamiento abstracto, con la distancia que supone respecto al mundo concreto material, ideas además de imágenes, capacidad de decidirse por realidades no materiales (poesía, crucigramas, chistes), poder dudar, la conciencia refleja (autosaberse) distinta a la conciencia directa, preguntarse por causas teleológicas, persistencia del yo en fenómenos psíquicos distintos (reír, llorar, leer, escribir, pensar, dormir,…) conciencia de un yo-sujeto frente a un yo-objeto, sentirse obligados a preceptos morales, ir, incluso contra leyes biológicas (la técnica, hacerse cargo del otro vs egoísmo animal, preferir la muerte o soportar un castigo antes que aceptar determinadas cosas,…

 

Y, aunque Watson y su “behaviorismo”, Skinner y su “neo-behaviorismo”, nieguen todo tipo de realidad humana no empírica, Chomsky y su Gramática Generativa lleva a pensar lo contrario, a una “imaginación creadora”.

 

La diferencia entre la Respuesta del Animal a un estímulo vs las posibles Respuestas, o no Respuesta, ante el mismo Estímulo, en el hombre, en ese hiato o salto está la llamada “libertad”, estar “libre de tener que responder necesariamente” de una manera determinada.

 

Podemos aceptar la dimensión espiritual del hombre, aunque no podemos probarla, porque no pertenece al ámbito científico.

 

La misma duda resulta posible porque hay un salto entre voluntad y razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario