miércoles, 19 de septiembre de 2018

NIETZSCHE 13. AZORÍN Y EL MITO DEL ETERNO RETORNO (1)



AZORÍN Y EL MITO DEL ETERNO RETORNO

Acostumbrados a ver a Azorín como el poeta, de cara seria, y estilo poético depurado, sin embargo la influencia de Nietzsche es tanta o mayor que en Baroja.

Si en sus comienzos era la preocupación político-social, empeñado en un proceso de regeneración patria, poco a poco aterriza en una apología anarquista.

“Millones de infelices extenuados por la fatiga, heridos por la injusticia, henchida el alma de rencor imponente, claman contra el régimen odioso que los sume en la miseria. Tienen sus puños crispados contra los opresores, que arrastran su opulencia ante ellos. No piden caridad, piden derecho; no tolerancia, sino libertad. Piden que todos seamos hermanos, que todos trabajemos, que de todos sea lo producido. Hemos llegado a un punto que ya no es posible vivir regidos por las actuales instituciones…Lucha o, más bien, divergencia entre un Estado Nuevo, que está en la conciencia de todos, y un Estado Viejo…”

“Con la represión brutal de las clases directoras sólo se consigue avivar el odio. Perecerán los hombres; las ideas son inmortales”

Tanto Azorín, como luego Unamuno, están convencidos de que el capitalismo es una injusticia, de que la clase capitalista está destinada a desaparecer por la misma dialéctica de la Historia, al más puro estilo de Marx-Engels en su “Manifiesto Comunista”. El futuro es del proletariado… lo proclama Unamuno desde el socialismo marxista y Azorín, desde el anarquismo libertario.

Pero esta postura del principio no duraría mucho.
“Cada vez voy sintiendo más hastío y repugnancia hacia este ambiente de rencores, envidia, falsedad,…Me canso de esta lucha estéril. Y aunque venciera, ¿qué?. ¡Vanidad de vanidades¡”

Es expulsado de los periódicos El País y La Batalla por sus artículos revolucionarios.

Leopoldo Alas, “Clarín” se niega a prologar su libro, nonato, “Pasión” y esto, entre otras cosas, afecta a su evolución ideológica.

A partir de 1.900 su evolución ideológica se acerca a un conservadurismo cada vez mayor.
Es cuando entra en contacto con la obra de Nietzsche a través de Baroja.

Nietzsche va a ser el vínculo de transición entre la época anarquista de Azorín y su posterior etapa estetizante.
La juventud se había hecho Nietzscheana al considerar a Nietzsche como un rebelde anarquista cuando, en realidad, era un aristócrata y autoritario.

Esa defensa y exaltación del individualismo produciría en él la tendencia a exaltar la fuerza y buscar el poder.

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