lunes, 2 de abril de 2012

LA SALVACIÓN EN NIETZSCHE (y 16)

¿Hay en, tiene, Nietzsche, una doctrina de SALVACIÓN?.

Buscar la salvación en un dios o en cualquier cosa trascendente es declarar la guerra a la vida, a la voluntad de vivir.
“La calumnia del más acá y la mentira del más allá”. ¡Qué expresividad¡
¿Sacrificar la vida, real, por un “ideal”?
Todo tiene que ser en esta vida. La salvación tiene que ser solamente terrenal, en “el aquí” y en “el ahora”, no en “el allá” y en “el después”.
Aunque hay que aprender a diferenciar lo que vale la pena conquistar y lo que merece perecer, pero en esta vida, de la que estamos seguros,

Cuando oigo decir “si no hay un ideal, al que llegar, la vida no tiene sentido”, sólo estoy de acuerdo con la última parte.
Yo también afirmo que “la vida” no tiene “sentido”, porque somos “cada uno de nosotros” el que debe darle sentido a “su vida”.

Hay que decir NO tanto a los ídolos externos (la ciencia, la patria, el socialismo,…) como a los ídolos trascendentes (Dios, la vida eterna,…), que nos exigen que les entreguemos, en sacrificio, nuestras vidas.

“Permaneced fieles a la tierra y no creáis a quienes os hablan de esperanzas sobrenaturales. Son envenenadores, lo sepan o no. Son despreciadores de la vida”.
“En otro tiempo la blasfemia contra Dios era el peor de los delitos, pero “Dios ha muerto”….(véase “Dios ha muerto” en www.tomasmorales.es). Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra”.
Piensa ¿qué te gustaría que se repitiera eternamente?.

La “vida buena” es la que nos invita a vivir el instante, sin referencias al pasado (añoranza, nostalgia, lamentación o remordimiento, que empañan el presente) y sin referencias al futuro (espera y esperanza, que distraen del instante).


Aprovecha el instante (“Carpe diem”) y piensa si crees que debería repetirse eternamente.
Porque la eternidad no es un tiempo sin principio ni fin. Si lo propio del tiempo es pasar del futuro, que aún no es, y que, al llegar, pasa al pasado, que ya no es. Si lo propio del tiempo es ser pasado o ser futuro, porque el instante es el punto en que ambos convergen, y que es “instantáneo”, porque el presente, realmente no existe, la eternidad, al revés que el tiempo, es un presente continuo, que permanece, que no pasa.

La noria da vueltas sin parar, pero cada vuelta debe ser distinta, más lúdica. Todo depende de ti.
La felicidad consiste en eso, en sentirse tan a gusto que no quieras que nada cambie. Amar dionisíacamente el presente.
No querer más que lo que es (el instante presente) y no lo que no es (lo que todavía no es o lo que ya no es). CARPE DIEM.

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