martes, 3 de abril de 2012

EPÍLOGO (CONOCIMIENTO Y LENGUAJE EN NIETZSCHE)


Nietzsche analiza y, posteriormente, se enfrenta a la teoría del conocimiento de Kant.
Según Kant el conocimiento no es un espejo en el cual se refleje la realidad, exactamente, tal como ella es, sino que el elemento “espejo” también entra a formar parte de lo en él reflejado.
En la “cosa conocida” o “fenomenon” entran dos elementos: el que pone el sujeto cognoscente (las formas de conocer) y el que viene de la cosa a conocer (la materia del conocimiento).
El conocimiento, siempre es una “síntesis”.
La misma cosa a conocer, ante distintos sujetos cognoscentes, da una “cosa conocida distinta”.
¿Cómo va a ser una “rata” igual para un ratón, que para un gato, que para un elefante, que para un hombre….?.
La forma de conocer de los cognoscentes nos darán “cosas conocidas” de la misma cosa a conocer (la “rata”).

Pero es que, además, entre el sujeto cognoscente “hombre” y la cosa conocida se interpone el “lenguaje”.
Y el objetivo del lenguaje, su meta, no es conocer ni buscar la verdad, sino que es una herramienta útil para la supervivencia.
El objetivo principal y fundamental del lenguaje no es hacerse con la “verdad”, sino “vivir”.

“Lo que llamamos “verdad” no es sino un conjunto de errores vitalmente útiles”.
“La verdad es la modalidad de error sin la cual una determinada especie de seres vivos no podría existir”.

El valor para la vida es lo que, en última instancia, decide.

Nietzsche pasó por una etapa positivista, en su teoría del conocimiento e, igual que el padre de ese movimiento, Comte, afirmaba que la humanidad, en su evolución, había pasado por cuatro etapas cognoscitivas o estadios culturales (en vez de los tres estadios de Comte): el religioso, el metafísico, el artístico y el científico.
Durante el primero, como no sabe, CREE, usa la creencia como utensilio para ordenar y entender el mundo.
Durante el segundo obvia recurrir a los dioses y usa su propia ABSTRACCIÓN, ubicando los particulares (por ejemplo, los hombres concretos) en un Concepto Universal (el “hombre”) abstraído de su color, raza, religión, cultura, sexo,… Todos los hombres concretos quedan englobados en el concepto universal “hombre”.
Durante el tercero considera que es a través del ARTE como se puede llegar a la esencia de las cosas.
Durante el cuarto va a ser la Razón y la Experiencia las que ordenen la naturaleza, para conocerla y poder dominarla. Es la CIENCIA.

Todo fue un paréntesis, un lugar de paso, porque, después, dirá que “hay que demostrar la verdad de otro modo que la veracidad”.
También afirmará que “carecemos de órgano para el conocimiento, para la verdad”.

Porque la realidad siempre está cambiando, está en constante movimiento, y lo que hacen, tanto el lenguaje como la ciencia, es paralizarla, fotografiarla como lo haría un fotógrafo sentado en un puente al río, que discurre bajo él.
¿Cómo va a ser el “río fotografiado, estático, paralizado” igual que el río real, dinámico, corriente de agua, cuyas gotas nunca están paradas?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario