lunes, 16 de abril de 2012

5.- SIGLO XX. REFLEXIONES (3)


En la vida cotidiana, lo civil se ha impuesto a lo religioso, los hospitales y centros de salud a los santuarios y a las iglesias, las aspirinas a las oraciones, los cirujanos a los obispos,….

Pero, como dice Heidegger: “el advenimiento del mundo de la tecnología ha dejado en suspenso la pregunta por el “sentido”.
Los ideales de la Modernidad, la Razón Ilustrada, que nos haría más libres, más autónomos, con la idea de Progreso y para Toda la Humanidad, ¿qué ha sido de todo ello?.
¿Dónde está ese mundo entero democratizado, en el que todos seríamos “ciudadanos”, con los Derechos Humanos permeando todas las facetas de la vida?
¿Nos encamina hacia él tánta y tan sofisticada tecnología?
¿Sigue vigente el ideal ilustrado de conocer y dominar la naturaleza, para ser señores y no esclavos de ella, con la ciencia y la técnica como los nuevos bálsamos de Fierabrás, los dos nuevos dioses, si no omnipotentes, sí muy poderosos, como medios para el fin: la libertad, la autonomía, la libertad?
¿Sigue siendo éste el ideal? ¿Nos encamina hacia él la idea de progreso que vertebra nuestra civilización occidental?. ¿Estamos en ello?.

Es verdad que la ciencia y sus descubrimientos están deshaciendo y resolviendo los “misterios”, tan arraigados en las mentes de nuestros antecesores.
Es verdad que hemos descubierto el truco de la naturaleza: su funcionamiento de manera racional; y es verdad que nosotros, con nuestra razón la hemos usado de llave que nos abre la puerta de su actuar. Así la vencemos, no oponiéndonos a ella, sino obedeciéndola, acompañándola, yendo de su mano.
Ya no tenemos que “soportarla”, la hemos usado como medio para nuestra vida feliz.
La naturaleza, así, ha dejado de ser “sagrada” (y tener que adorarla) y ha dejado de ser “misteriosa” (y tener que temerla) y la hemos convertido en ese gran e inagotable almacén de objetos de los que podemos usar a discreción.

La ciencia, con sus conocimientos, descubre el secreto de la naturaleza, la tecnología es la encargada de domeñarla, poniendo en práctica esos conocimientos.
El tándem perfecto.

¿Siguen siendo sus objetivos la Libertad y la Felicidad de la Humanidad?

¿Son mis nietos más libres y más felices al disponer de tántos y tan sofisticados juegos, que yo cuando usaba el mango de la escoba que, entre las piernas, se convertía en un caballo?.

El Mundo del SER y el Mundo del TENER.

¿Tenemos Más, pero Somos más?. ¿Satisfacen, llenan, los objetos de la tecnología?.

Poco o nada tiene que ver la tecnología de aquella revolución industrial que llevó a los pensadores a soñar con el paraíso terrestre, ya no dado por Dios, como regalo, sino construido por nosotros, como meta, con las nuevas tecnologías de la última mitad del siglo XX y la del siglo XXI.

Aquellos inventos mecánicos eran sustitutos potenciadores y superadores del pesado y fatigoso trabajo manual, nada que ver con la actual tecnología, global, instantánea y capaz de llevarnos de visita a otros planetas y viajar por el espacio.

Aquel optimismo y aquella fe de los Ilustrados están, cada vez, más en cuestión.

Es verdad que se propusieron, y en parte consiguieron, desterrar la superstición y el obscurantismo medievales, pero nosotros, “homines technologici”, hemos creado nuestros propios fantasmas: el miedo a que todo esto se nos escape de las manos o que un loco de atar lo ponga en funcionamiento con propósitos aviesos, sea en nombre de la raza o de la religión.

En nuestra mente están instalados el nombre de un alemán y el de varias organizaciones terroristas, propias y ajenas.

Creíamos haber superado y dejado atrás el Argumento de Autoridad y nunca tanto como ahora creemos en lo que nos dicen los científicos y tecnólogos.
NO lo sabemos. NOS lo creemos.

Es verdad que hemos superado aquel concepto religioso y moral de la vida, que los traspasaba todo, pero hemos creado nuestros propios ídolos, de los que dependemos y nos sentimos a la intemperie con el primer apagón de la luz, o la ausencia de combustible.

Nuestra ufanía de dominio de la naturaleza, de cuando en cuando se nos cae por los suelos, cuando la naturaleza se despereza y nos recuerda, en su idioma, con un tsunami o una riada, que no todo está controlado, que pueden ganarse batallas pero puede perderse la guerra.

Esa era el camino, “savoir”, para la meta, “prevoir y pouvoir”. Y a tanto no hemos llegado. Lo último de Japón y del sudeste asiático son la firma de la naturaleza, que nos zamarrea y nos recuerda que….

Si el Progreso es Libertad y Felicidad, ¿estamos “progresando”, realmente?

Sólo con esta Razón Instrumental y Tecnológica, evidentemente, NO.
¿Estamos usando, adecuadamente, las otras Razones: la Ética, la Social, la Comunicativa,…?.

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