domingo, 29 de marzo de 2020

MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD: COLLAGE (7) LA MODERNIDAD NO HA TERMINADO.





Es Habermas quien trata de poner freno a los postmodernos.

Para él, la “modernidad es un proyecto incompleto, inacabado, por lo que no es cuestión de enterrarla”.
Para el filósofo alemán, debemos rescatar  todo lo que podamos del proyecto moderno y terminarlo.

Habermas articula el discurso comunicativo con el proyecto moderno.
La originalidad de Habermas, por tanto, radica en recuperar la Modernidad olvidando los antiguos postulados tecnicistas decimonónicos, dándole importancia a la acción comunicativa y al lenguaje.

Sin embargo, Habermas no deja de usar “falacias ad hominem” contra los argumentos posmodernos, al querer relacionarla con los movimientos conservadores y premodernos.

Por supuesto, estas críticas son respondidas por Lyotard en “La postmodernidad explicada a los niños”..       

Independientemente de la lectura que se le haga a la posmodernidad, está claro que es un fenómeno de calado y que ha venido para quedarse.
Ya sea como una suerte de fin de la historia, a lo Fukuyama, ya como una crisis civilizatoria de Occidente a lo Hungtinton o como la creación de masas con el pensamiento blando o débil, de Vattimo, el fenómeno está presente en las sociedades que han vivido la Modernidad en su máximo esplendor y ahora sufren su rebasamiento ante la imposibilidad de ésta de dar respuestas económicas, morales e incluso ontológicas.

La posmodernidad, por tanto, puede vivirse de forma adocenada, en un frenesí hedonista y consumista, sin rumbo ni consuelo, como la pérdida total en el individuo de su capacidad de resistencia a las masas.

O, como propone Vattimo, vivir ese pensamiento blando como forma de librarnos del dogmatismo, de la acritud existencial, y abrirse a la sensualidad y a las oportunidades que ofrece un mundo cada vez más interconectado y plural, y liberarse de las grandes prisiones teoréticas que consideran al individuo como un peón en el camino hacia la utopía.

Un mundo mejor pero que de momento solo ha dejado el camino sembrado de cadáveres.

La posmodernidad también comprende corrientes postestructuralistas, filosofía del lenguaje y análisis proposicional, sociología e incluso corrientes de Historia. 

Una corriente filosófica que, desde luego, no deja indiferente a nadie.

LA CAÍDA DE DE LOS GRANDES RELATOS O METARRELATOS: CRISTIANISMO, MARXISMO, ILUMINISMO, CAPITALISMO, DEMOCRACIA REAL.

¿Y ahora qué?



El libro de Jean Francois Lyotard, en el que se expone todo este tema, es “La condición postmoderna”, 1979, donde, esencialmente, se nos habla de la crítica que el post modernismo, a partir de la década de los 50 del siglo XX, realizaba a los CUATRO GRANDES RELATOS o movimientos trascendentales en los que se buscaba y se aspiraba a la emancipación de todos los seres humanos, es decir eran relatos imperativos donde existía una plenitud de ausencia de penurias para todo ser humano.



Este filósofo francés se formó en la Sorbona.
Y principalmente, es conocido por sus estudios sobre el postmodernismo en la década de los 70 del siglo pasado y por pertenecer a un grupo de la izquierda radical francesa llamado “Socialismo y barbarie” que nació en 1956 durante las revueltas contra el estalinismo en Hungría.

Fue profesor emérito de la Universidad de París y fue a través de sus escritos y reflexiones en torno al post-modernismo filosófico y político, como  se dio a conocer dentro del pensamiento francés y, poco a poco, a nivel internacional.

Estos relatos que Lyotard menciona y analiza son:

1.- EL CRISTIANISMO, donde Dios manda a su Hijo para sufrir lo indecible y redimir a los hombres que, siguiendo su moral y espiritualidad, podrán conseguir, entonces, alcanzar la meta, el Reino de los Cielos.

2.- EL MARXISMO, donde la burguesía (Marx y Engels) acaba con el sistema feudal y se convierte en proletariado para acabar con la burguesía  (heredera del sistema feudal) creando un estado de plenitud e igualdad radical.

3.- El ILUMINISMO o LAS LUCES: donde filósofos, literatos y filósofos políticos otorgan divinidad a la Razón, la Diosa Razón, que se convierte en Reina de la Historia y que acaba con la irracionalidad promoviendo, de nuevo, un estado de plenitud racional para toda la humanidad.

4.- EL CAPITALISMO, que tiene que ver con la racionalidad -esta vez económica- y con una especie de teología donde "una mano invisible" va a distribuir la riqueza de forma equitativa consiguiendo la plenitud del bienestar para todo ser humano.

Pero, pese a sus esfuerzos, ninguno de estos relatos (beneficios temporales y regionales aparte) ha conseguido sus aspiraciones universales.

Es decir, tras titánicos esfuerzos, estos relatos no han logrado la plenitud y emancipación universal, a lo que nos lleva a pensar: ¿volaron, tal vez, demasiado alto? o ¿erraron en sus planteamientos conceptuales si los comparamos con la antropología humana?

Finalmente, si estos relatos han fracasado, cuando los pensamos y concebimos como paradigmas universales ¿y ahora qué?

¿Estamos entonces ante el solitario paradigma del “sálvese quien pueda”?

Pudiera parecer que proponemos el nihilismo, pero no, es todo lo contrario, es más afán de construcción y progreso y así, hemos de preguntarnos si ¿podemos aspirar a concluir estos cuatro relatos en el nuevo relato?

5.- La DEMOCRACIA REAL o, dado que estos cuatro relatos anteriormente expuestos, han nacido y se han impuesto al resto del mundo desde occidente, ¿deberíamos mirar a oriente u otras latitudes para enriquecer nuestra realidad?

Lo cierto es que este libro nos puede servir para conocer mejor la historia de occidente y su situación actual.

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