sábado, 21 de marzo de 2020

EL AMOR


EL AMOR.

El cine ha hecho mucho daño al amor.

Las películas de amor llegan al “end” cuando la pareja (sea de la forma que sea) va en el coche, perdiéndose en el horizonte. Entendiéndose que va a incrementarse el amor ya iniciado en el noviazgo e iniciando la ilusoriamente llamada “luna de miel”, para siempre.

La realidad es que ya en esa “luna de miel” va apareciendo “el cometa de hiel”, porque no es igual la presencia a tiempo parcial, y mutuamente deseada, que la presencia a tiempo completo, obligatoria, veinticuatro horas diarias, de día y de noche.
Ser emisor y receptor mutuamente y en presencia continua y constante puede echar chispas.

Creo que la palabra “amor” es, quizá, la palabra más pronunciada pero, a la vez, la “palabra más violada”.

Porque amar no es fácil, ya que supone  no cuestionar lo que el otro piensa, dice, hace y quiere, y eso no es fácil de llevarlo a la práctica.

No es extraño que, antes o después, el amor ingrese en la UVI y que pueda morir por inanición.
Pero, también, puede pasar a planta.
Y puede ser dado de alta y renacer de nuevo.

No es fácil “mantener” el amor, porque supone respetar las diferencias, que siempre las hay, y debe haberlas.

Aspirar, uno de los dos, a ser el original y que el otro sea una fotocopia, al tiempo que a eso mismo es a lo que también aspira el otro…

Pero eso es no entender el amor, la presencia simultanea de dos personas en el mismo marco.

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