miércoles, 25 de marzo de 2020

MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD. COLLAGE (4)



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El monje napolitano, JOAQUÍN DE FIORE, distinguió tres edades que estaban vinculadas con los tres estados existentes en el orden social:

a) Edad del Padre (desde la Creación hasta el nacimiento de Cristo): corresponde al Antiguo Testamento y predomina el miedo.

b) Edad del Hijo (desde el nacimiento de Cristo hasta el milenio): corresponde al Nuevo Testamento y predomina la fe.

c) Edad del Espíritu Santo (desde el Milenio): predominio de la fraternidad en Cristo., es decir, existe un contacto directo entre el ser humano y Dios.

Aquí, la organización eclesiástica sería reemplazada por la orden de los franciscanos.
La Iglesia carnal y mundana sería reemplazada por una Iglesia espiritual y purificada.


(Arriba (en una viñeta que mi analfabetismo informático no me permite poner) en el círculo se puede leer "Antiguo Testamento" (izquierda) y "Nuevo Testamento" (derecha). Al centro-arriba está la palabra "Hijo", a la izquierda "Padre" y a la derecha "Espíritu Santo")
En cada una de estas respectivas edades dominarían las siguientes figuras:

a) Laicos o casados

b) Clérigos.

c) Monjes.

 JOAQUÍN DE FIORE y sus seguidores, los joaquinistas (¿recodáis la película “El nombre de la rosa?), transformaron el tema de las edades en un arma política e ideológica, que la utilizó tanto contra el papado de la época (el poder espiritual) como contra gobernantes políticos (poder temporal).

Otros personajes que politizaron las edades míticas fueron SAVONAROLA y su discípulo GIOVANNI NESI.

Este último, en su escrito “Oráculo del nuevo siglo”, exalta a Florencia como la nueva Sión y a Savonarola como el hombre de la Última Cena, quien haría “renacer” a la humanidad y la llevaría a una Edad de Oro cristiana.

Fueron 2 las aportaciones del movimiento iniciado por Savonarola:

a) Mostrar que el Milenio podría instaurarse en un lugar no tradicional o simbólico como Jerusalén o Roma;

b) Hizo el primer intento de realizar de manera efectiva una utopía política-religiosa.

GIROLAMO SAVONAROLA fue, finalmente, excomulgado por el Papa “Borgia” Alejandro VI y fue quemado en la hoguera en la Piazza Della Signoria.

Esta religión del futuro, en el caso del cristianismo, tiene la particularidad de que la salvación es universal, abierta a toda la humanidad, para todas las naciones.

Por lo demás la concepción cristiana del tiempo rompe con el tiempo cíclico, ruptura que se manifiesta en la creencia en un supuesto “final de la historia”.

El filósofo católico, Jacques Maritain, explicaba que el cristianismo se opone a las cosmovisiones orientales del tiempo cíclico y nos ha enseñado que la historia es lineal y tiene una dirección.
Ahora bien, no se puede omitir la influencia del judaísmo en la concepción de la historia en el cristianismo.

La religión judía es la religión de la espera y de la esperanza, que es la esencia misma de la escatología.

En el cristianismo, a diferencia del judaísmo, el Hijo de Dios (no el hijo de David) se hace hombre y su muerte marcaría el inicio del Reino de Dios.

En cuanto a cómo será este proceso, no está claro.                                                                                

En la ERA MODERNA, si bien ya no se habla de “edades míticas” igualmente ha perdurado ese “espíritu” en la forma de “filosofías de la historia”, entendidas como una interpretación de la historia humana.

Ejemplos de esto son el discurso filosófico racionalista de la ILUSTRACIÓN EUROPEA y su fe en el progreso, resumida en la célebre frase de uno de sus representantes, IMMANUEL KANT:

"La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro.

¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: He aquí el lema de la ilustración".

Otro autor, uno de los padres de la sociología, AUGUSTO COMTE, también propuso su propia división tripartita de la evolución humana.

En su “Curso de filosofía positiva” estableció su ley de los tres estados: el teológico, el metafísico y el positivo o científico.

En la etapa positiva, afirmaba Comte, la mente humana abandonaría la búsqueda del origen y el destino del universo, así como las causas internas de los fenómenos, y se limitaría a descubrir, por medio de la razón y la observación, las leyes que gobiernan la secuencia y la semejanza de los fenómenos.

La explicación de los hechos, que se encontrarían reducidos a sus términos reales, consistiría en el establecimiento de una relación entre varios fenómenos particulares y unos cuantos hechos generales, que disminuirían en número con el progreso de la ciencia.

KARL MARX, lector de ese arquitecto filósofico llamado Hegel, también elaboró una “filosofía de la historia” en una versión no idealista como la de Hegel, sino en versión materialista: tanto el materialismo histórico como el materialismo dialéctico.

Tanto Hegel como Marx concebían que la historia humana era una sola historia en donde existía un hilo conductor, siendo en Hegel la política y en Marx, la economía.

La filosofía de la historia de Marx es heredera de una larga tradición de filósofos germanos y, por lo demás, su filosofía de la historia es también heredera de una aún más larga tradición que se remonta, al menos, al cristianismo.

En la síntesis final de Marx, la historia significaba tres cosas que constituían un todo racional y coherente:

1.- El devenir de los acontecimientos según leyes objetivas y primordialmente económicas.

2.- El correspondiente desarrollo del pensamiento siguiendo un proceso dialéctico.

3.- La consiguiente acción en forma de lucha de clases, que reconcilia y une la teoría y la práctica de la revolución.

Lo que brinda Marx es una síntesis de leyes objetivas y acción consciente para traducirlas a la práctica, síntesis de lo que se llama a veces, aunque equivocadamente, el determinismo y el voluntarismo”.

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