sábado, 28 de marzo de 2020

MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD. COLLAGE (6) METARRELATOS


METAR(R)ELATOS.

Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la lengua Española, no encontraremos la definición de lo que es un “meta-relato”, y más aún, sí lo buscamos con doble erre (“metarrelato”); tampoco me logro explicar porqué razón el uso y la costumbre dentro de la lengua española lo adoptó en su escritura con esta doble consonante.

Según su origen etimológico el término “metarrelato” se encuentra integrado de dos palabras "meta" y "relato"; la palabra meta (del griego - μετα) significa "después de" "más allá" o "con", esto implica que no hay un fin  sino una continuación de algún suceso relevante, un “relato”.

Un relato, es una narrativa, una historia, una construcción subjetiva creada por un narrador, dotada casi siempre de la impresión personal de éste y cuya característica es trasmitir dicho conocimiento a un auditorio o espectador.

Al juntar ambas palabras (“meta” y “relato”) nos indica que un “metarrelato”, es la impresión, subjetiva u objetiva, de un narrador respecto de una historia preexistente o ya narrada con anterioridad, que tiene como fin aportar nueva información a un “relato” hecho por el hombre o la ciencia, y tal vez desentrañar la verdad histórica de dicho suceso.

¿Quién no desea conocer la verdad?; ¿quién no ha luchado por buscar la verdad?; ¿quién no ha pasado su vida buscando la verdad?, pero al final nos damos cuenta que la verdad no existe, que sólo existen relatos que encantan a nuestras pasiones o decepciones; y que lo que sí existen son Metarrelatos,

¿Son reales?

De la “Modernidad” y la “Postmodernidad” han corrido ríos de tinta (y más que seguirán corriendo) al tratar de encontrar sentido al palabro de moda “Postmodernidad” en círculos académicos y filosóficos.

1.- Los Grandes Relatos de la Modernidad.
2.- Los Pequeños Relatos frente a la caída de los Grandes Relatos.
3.- La Modernidad no se ha terminado.

1. LOS GRANDES RELATOS DE LA MODERNIDAD.

La “Posmodernidad” es el abandono de los “grandes relatos” o “metarrelatos”, a la manera de Lyotard. 
Los “metarrelatos” son las grandes ideologías del siglo XIX y que eclosionaron en el XX, tales como el “liberalismo”, el “socialismo”, el “fascismo”, el “marxismo”, o el “cristianismo”.

Los grandes relatos, con sus “-ismos”, tienen como finalidad explicar la realidad

Toda ideología parte de un axioma comúnmente aceptado para desarrollar, a partir de ahí, su propia lógica.

Este axioma puede ser la lucha de clases, los beneficios del libre intercambio de productos o la raza o grupo étnico, y a partir de ahí, es capaz de deducir el resto.

Por ejemplo, nosotros podríamos dilucidar los rasgos básicos del marxismo solamente explicando la lucha de clases, y de ahí, deducir que una clase roba a otra (plusvalía), que una clase no quiere perder sus privilegios y para ello desarrolla una estructura idónea para mantenerlos (superestructura), y que además, esta dinámica de clases, por su injusticia, cae por su propio peso (revolución proletaria).

Son un cuadro completo totalizante.

Toda ideología, o gran relato, es eminentemente emancipatorio y busca la creación colectiva de la utopía, la búsqueda de una Arcadia Feliz.

Poniendo ejemplos básicos: Adam Smith no buscaba escribir un tratado sobre economía; buscaba escribir un tratado sobre la “felicidad”.

Siguiendo en la órbita liberal, la “Declaración de Virginia de 1776” buscaba la felicidad de todos los hombres.

El fin último del “socialismo” (habiendo pasado previamente por la temporal “Dictadura del Proletariado”) es el “comunismo”, esa etapa donde se termina la lucha de clases y todos los proletarios controlan los medios de producción.

El nazismo, por muy aberrante que nos suene, buscaba su propia utopía: una Gran Alemania para el ario.

No obstante, para lograr la utopía, los grandes relatos imponen grandes sacrificios: la desigualdad para lograr la prosperidad en el caso del liberalismo, la burocracia estatal y el totalitarismo en el caso del socialismo y un período de “guerra total”, al más puro estilo Goebbels, para el nacionalsocialismo.

El final feliz será el fruto de un parto doloroso, pues no llegará de manera lúdica.

2. PEQUEÑOS RELATOS FRENTE A LA CAÍDA DE LOS GRANDES RELATOS.

Como dijo Lyotard, “la Modernidad murió en Auschwitz”.

Ante la incapacidad mostrada por los grandes relatos, el sujeto posmoderno construye sus “pequeños relatos”, a veces contradictorios, para lograr una vida más cómoda y sencilla.

Estos pequeños relatos pueden ser construidos a veces de manera contradictoria, pero eso es irrelevante, al no tener propósitos generales, sino un “propósito particular”.

En la creación de los pequeños relatos, Vattimo tiene mucho que ver, al proponer y explicar el “pensamiento blando” o “pensamiento débil”, un pensamiento permeable que abre la puerta a la multiculturalidad, la tolerancia y el pacifismo.

Para Vattimo el “pensamiento débil” es una “anarquía no sangrante”, que propicia áreas de libertad y emancipación.

Otra forma de explica la posmodernidad es, en palabras del propio Lyotard, “el grado cero de la cultura contemporánea”.

A Nietzsche se le suele considerar el primer postmoderno por sus ataques a la razón y a los ídolos, por la construcción de un individuo libérrimo ajeno a cualquier moral.

Desde este nihilismo positivo quizás sea la forma más importante de encarar al individuo posmoderno, más que desde el hedonismo y en cierto punto de borreguismo que se le suele achacar al fenómeno.


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