lunes, 23 de marzo de 2020

MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD (COLLAGE (1)


Dice la RAE que "Collage” es la "técnica pictórica que consiste en componer una obra plástica uniendo imágenes, fragmentos, objetos y materiales de procedencias diversas".

 El término/concepto, pues, se aplica sobre todo a la pintura, pero por extensión se puede referir a cualquier otra manifestación artística, como la música, el cine, la literatura o el videoclip.

El término “collage” viene del francés “coller”, que significa pegar.

Yo, para escribir sobre MODERNIDAD y POSTMODERNIDAD quiero hacer un “collage”, pues considero que la mejor forma de comprender ambos conceptos es verlos desde distintos autores y distintos artículos y reflexiones, al ser perspectivas, no opuestas, sino complementarias y que ayudan a su comprensión.

RELATOS Y METAR(R)ELATOS.

Todos nosotros, al enfrentarnos al devenir del hombre sobre la tierra, hemos empleados términos/conceptos como “prehistoria” (con sus partes: paleolítico,…) y las cuatro edades históricas: antigua, media, moderna y contemporánea, pero, en general esas divisiones no son naturales sino convencionales, aunque no sean arbitrarias, ni caprichosas, pero son fruto de acuerdo entre las personas.

Existen períodos que pueden más o menos reflejar un determinado período de la historia, mientras que otros se alejan completamente de esta, ya sea por alejarse de la realidad que intenta describir (por ejemplo, una “historia nazi” o "soviética") o porque intenta abarcar un período de tiempo demasiado extenso.

Ciertamente ningún nombre que designe a un período de la historia logrará reflejar TODOS los rasgos, sus luces y sombras, de manera que conceptos como Edad Antigua, Edad Media o Edad Contemporánea son solamente “nombres imprecisos” que nacieron en un período determinado de la historia humana para describir algún rasgo que se consideró como “esencial” de esa época.

Y es que parte de una concepción lineal del tiempo, que dividimos convencionalmente en segmentos, y hablamos de “presente” (efímero), “pasado” (cada vez más extenso) y futuro (que se hará presente y pasará a pasado).

Pero el tiempo vital no es lineal.

Una hora en la sala de espera de un quirófano o de un paritorio, aunque dure, realmente, 60 minutos, vitalmente es mucho más largo, corre muy lento, se hace eterno, (y al revés, cuando estás pasándotelo bien y el tiempo “corre muy rápido”)

Lo mismo sucede con la concepción “teleológica” (telos = fin) de la historia, es decir, ¿es sensato preguntarse si la historia tiene un fin?
De serlo así, entonces la historia tendría tantos fines a priori como personas y creencias hay en el mundo. 
Pero para otra fracción de la población, la historia carece de sentido, de manera que ésta no apunta a ningún fin necesario hacia el cual se dirige: paraíso, nirvana, sociedad sin clases, democracia perfecta, el reino de la razón, etc.

No hay que malinterpretar lo anterior, es decir, los seres humanos, a pesar de sus múltiples diferencias, deben coincidir en que existen una serie de valores universales a los cuales se deben apuntar, como por ejemplo la Declaración Universal de los Derechos Humanos (parte de un nuevo relato de origen reciente).

Quiero decir, para ser más concreto, a pesar de nuestras diferencias podemos coincidir en que la solidaridad, la tolerancia (moderada) y la cooperación son deseables, y que matar a un inocente porque no piensa como yo, es un acto que debemos aborrecer.

En suma, si bien no existe una meta objetiva y única hacia la cual se “dirige” la historia, dadas las distintas creencias existentes en el planeta, sí podemos coincidir en que ciertos valores son deseables si queremos subsistir como especie humana y que existen una serie de acciones también deseables, si es que queremos conservar nuestro entorno para las generaciones futuras.

Desde esta óptica, podemos establecer ciertas metas en común.


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