Para los antiguos, Venus, Tierra y Luna eran seres femeninos. Marte, Júpiter y Saturno eran seres masculinos. Mercurio, en cambio, era ambas cosas, era femenino y masculino, era hermafrodita, (de “Hermes” = un dios, y de “Afrodita” = una diosa); era andrógino, (“aner-andros” = varón y “gine-ginaikos =mujer. De ahí que todos los varones somos “andros” (varones) y el que mi amigo Andrés se llame Andrés es una repetición innecesaria o un varón al cuadrado).
También el cielo varonil, la tierra femenina y la luna lunática
Un dios-hombre será un “teántropo” (de “theos” = Dios y “anthropos” = hombre), por lo que Jesucristo, si era “Dios y hombre verdaderos” era un “teántropo”.
El hermafrodita es un andrógino, sin embargo, al andrógino vulgarizado se le denominaba “ginandros”.
Poner en primer lugar “andros” o “gine” tiene una explicación. Es el machismo en el lenguaje.
¿Por qué se le exalta a un “varón varonil” pero se la denigra a una “mujer mujeriega”?
Bien pensado, si Dios es “el ser absolutamente perfecto” debe poseer todas las perfecciones, tanto las del varón como las de la mujer, luego… ¿Por qué a Dios siempre se le representa en forma varonil? (estoy pensando ahora mismo en el Dios Creador de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina),
¿No sería más coherente no representar a Dios (como hacen los musulmanes con Alá) o representarlo como un “andrógino” o un “ginandros (sin connotación alguna despectiva)?.
¿En las tres grandes religiones del libro no hay Diosas. A lo más una “Madre de Dios” pero que es mujer y no diosa ni divina, sino humana.
Otra vez tropezamos con el machismo del lenguaje.
La “Antropología” (de “anthropos” y “logos”) es “la ciencia que estudia al hombre”, pero igual de “hombre” es el varón que la mujer.
Y es que “Hombre” es el equivalente al todo “Humanidad” (al género “homo”) pero, al mismo tiempo por “hombre” entendemos al varón, a una parte de la humanidad.
Y cometemos, otra vez, el error lingüístico de llamar a Pedro “hombre” (el todo) y “varón” (una de las dos partes de ese todo).
Mientras que con “mujer” sólo denominamos, siempre, a la otra “parte”, pero nunca al “todo”.
Si en el campo lingüístico animal los denominamos, por su sexo, “macho”, “hembra” y “hermafrodita”, en el campo lingüístico humano los denominamos, por su sexo, “varón”, “mujer”, y cuando aparecen “hermafroditas” humanos, aunque externamente domine una morfología (varón o mujer), el hermafrodita se sentirá como internamente se siente, no como externamente aparece. De ahí su obsesión por vestir como internamente se siente y, últimamente, someterse a “la cirugía de cambio de sexo”).
Los varones no somos del “género masculino” y las mujeres del “género femenino”
“El ordenador” sí es del género masculino, como “la mesa” es del género femenino y “lo hermoso” es del género neutro. Porque “género” es una categoría lingüística, que se aplica a las palabras.
Pero los animales, tanto los irracionales (perros, gatos, caballos…), como los racionales (hombres) lo que tenemos no es “género” sino “sexo”, y son machos o hembras, (animales) o varones o mujeres (humanos).
Luego que no me hablen, como lo hacen a diario, cuando ocurre una muerte de una mujer a manos de un varón, o viceversa, que no me hablen de “violencia de género” (porque las palabras no se matan entre ellas), sino de “violencia de sexo” (de uno sobre el otro).
Pero volviendo a lo anterior. Cuando en los cuadros, de argumento religioso, vemos a los angelitos, ¿son niños, son niñas o son bivalentes o andróginos infantiles?. ¡Fíjense Uds, en sus caras¡ (el sexo genital externo no lo vemos nunca. Ya se encargan los velos o vestiduras de taparlos adecuadamente, al ser “partes pudendas”. Sólo así podríamos saber de su sexo externo).
Pero, otra cosa, ¿no hay ángelas, arcángelas, querubinas, serafinas,…?. De nuevo el machismo, no sólo en el lenguaje, también en las creencias.
Dice el Génesis (en una de sus dos versiones): “Dios creó al hombre”. ¿Y si lo hubiera creado andrógino y, posteriormente, los separó en varón y mujer?.
¿Saben Uds. el “Mito del andrógino” que nos cuenta Platón y cómo Zeus, celoso, los separó de un tajo…. y cómo, desde entonces, cada parte va buscando su otra mitad (el mito de “la media naranja”)?
Tenemos que ser conscientes de que el lenguaje no es neutral, sino que viene cargado de ideología.
“El mar” es bravío o está embravecido, mientras que “la mar” está en calma.
¿Saben Uds. que “Adán” significa “hombre-humanidad-género humano” y no varón?. Así tiene más sentido el “pecado original”
P.D.
Pero yo sé que tendré que seguir oyendo la maldita y triste cantinela de “una muerte, más, por violencia de género”
prueba
ResponderEliminarTú tendrás que seguir oyendo la constante visión maculina de las cosas de dios, porque han sido ideadas e inventadas por los hombres, no por los humanos, sino por el "hombre".
ResponderEliminarY no creas que lo de tu amigo Andrés sea un "duplicar" ese "andros". Qué va. Fué un error del padre al inscribirlo.
Felices vacaciones
En castellano, el nombre singular para una clase de elementos suele ser de género masculino y la forma colectiva, de género ( no sexo) femenino. Hombre... Humanidad. Perro... Jauría. También se suele diferenciar con el género la forma concreta de la abstracta. Dios...Divinidad. No inventemos una guerra de sexos en una particularidad del lenguaje que ayuda a discriminar conceptos
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