lunes, 20 de julio de 2020

FLORILEGIO 17 ( 1 ) LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.


LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.

Las nuevas tecnologías han ampliado inmensamente nuestro círculo potencial de relaciones humanas.

Las fronteras, físicas, espaciales y temporales, con sus funciones separadoras, han desaparecido con la llegada de las nuevas tecnologías.

Ahora mismo, desde aquí, puedo entrar en comunicación con ciudadanos australianos y asistir a la ola de sus incendios, compartiendo sentimientos con ellos.

Avanza una globalización creciente, cada día y nuestro planeta tierra se ha convertido en una red de comunicaciones vertiginosas hasta poder mandar dinero a tu hijo, en Nueva Zelanda, donde se encuentra de Erasmus.

La pantalla del ordenador constituye, cada vez más, el eje en torno al cual gira la vida de muchas personas.

Esta situación ofrece oportunidades fabulosas pero, a la vez, despierta tentaciones con consecuencias nefastas.

Podemos utilizar los nuevos avances técnicos para crear una comunidad universal respetuosa de todo lo verdadero, bueno y bello que hemos adquirido en el seno de las distintas culturas a lo largo de la historia, o para manipular y dominar a los otros hasta extremos aterradores.

Porque “globalización técnica” no equivale, por desgracia, a “solidaridad humana universal” aunque (y hay que reconocerlo) también puede servir a ella.

Con ellas es posible lo mejor y lo peor.

Las nuevas tecnologías, a la vez que enriquecen nuestra información, en vivo y el directo, y nos permiten la relación con innumerables personas, pueden privarnos de la clase de relaciones interpersonales que nos es fundamental.

Puedes comprobarlo saliendo a la calle y ver, sentados a una mesa tomándose una cerveza a 5 amigos, pero cada uno con su móvil y chateando con alguien ausente, so haciendo caso a los presentes.
Y digo en la calle como podría decir en el autobús, en el paseo marítimo, hasta en los museos (que podría aprovecharse para informarse de la obra que tienen ante ellos, pero no, están hablando con alguien ausente y quedando a una hora para ir de copas.

Una de las situaciones que me cabrean, y mucho, es cuando, tras haber estado un buen rato, en la cola, para la ventanilla del Banco y cuando comienza a atenderte suena el teléfono y atiende ale teléfono antes que a ti, y entra en una cuenta para decirle al ausente que la factura del agua que le han cargado es de…cuando tú ibas precisamente a pedir explicaciones de la factura del agua.

Una relación humana, plenamente satisfactoria, requiere además de la presencia inmediata del otro, con su palabra y su gesto.

Por esto la multiplicación de relaciones a través de Internet puede afianzar, en vez de superar, el aislamiento de los individuos humanos.

Existe el peligro de que una sociedad informatizada equivalga a una sociedad deshumanizada.

Todos conocemos casos, a montones, de suplantación de personalidad, de crear perfiles falsos, de quien se llama Rosa pero es Francisco y en vez de tener 23 años tiene 56.

Los timos y las amistades que se crean por Internet (un día sí y otro también) lleva a la pederastia, al chantaje, a…. a…

Quizás nunca más que ahora ha necesitado el hombre, con mayor urgencia, un suelo firme en que asentar su caminar intelectual hacia la verdad, una verdad auténtica, lejos del artificio de la realidad virtual.

Se nos crea el problema del hombre creador y destinatario de la técnica.

El gran enigma del mundo no es la ciencia ni la técnica, sino el hombre.

¿Qué es el hombre? ¿Qué es la naturaleza de la que ha surgido el hombre? ¿Cuál es el fundamento último de todo?

Pues las Nuevas Tecnologías ni se plantean, ni resuelven esos problemas.

Su ámbito sigue siendo el terreno de los medios y no tienen por qué determinar a la sociedad.

La misma tecnología es compatible con diversas sociedades. Podemos optar por una o por otra. Y donde quiera que haya que elegir, la reflexión filosófica puede jugar un papel orientador.

¿Qué tipo de sociedad queremos construir?

Porque existe el peligro (y lo sabemos) de que el “creador” se convierta en esclavo de su “criatura

Y la filosofía, o es humanizadora, o no vale la pena.

Habrá que desenmascarar las falsificaciones de lo real, transmitir coordenadas de sentido y relativizar las nuevas tecnologías y todas las creaciones humanas.

Creo que era J. A. Marina el que decía que “un burro, ante y con un ordenador, seguía siendo un burro”.


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