jueves, 26 de diciembre de 2019

FLORILEGIO FILOSÓFICO: DE ESTO Y DE LO OTRO: ( 5 - 1 )


INTELIGENCIAS MÚLTIPLES.

Si alguien, alguna vez, cree estar echándote un piropo al decirte que, o decirles a tus padres que tiene una hija muy “inteligente”, deberías responderle con una pregunta: “¿de qué o a qué tipo de “inteligencia” se refiere?

Porque no hay Un tipo de Inteligencia, sino “Múltiples tipos de inteligencia”.

Si la inteligencia es el mejor instrumento para resolver problemas, la inteligencia de un pastor en el campo, de un astrónomo ante su telescopio, la de un maestro en su clase, la de un matemático ante la deducción de un teorema, la de un científico en la propuesta y ensayo de leyes, la de un mecánico ante un coche averiado, la del novelista ante el folio en blanco,…

El 12 de Octubre del 2.010 colgué un post en http://blogdetomasmorales.blogspot.com con el título “Las inteligencias de Úrsula” donde expongo los 8 tipos de inteligencia (que, seguro que, ya se han quedado anticuadas).

LA LIBERACIÓN ANIMAL.

Es el título de un libro de Peter Singer, publicado hace muchos años (en 1.975) y que inspiró un movimiento mundial del mismo nombre y que, en la actualidad, se ha expandido en múltiples organizaciones, con millones de miembros distribuidos a lo largo y ancho del planeta.

Peter Singer ha sido uno de los primeros filósofos contemporáneos en argumentar, de forma sistemática, que aquellos que se oponen al sufrimiento humano deben oponerse, igualmente, a que se les inflija sufrimiento a los animales.

Intentaba poder en marcha (y lo consiguió) una cruzada contra la crueldad y el dolor injustificados, una cruzada al final de la cual habrá cambiado nuestro modo de contemplar a los animales y, con ello, el modo de contemplarnos a nosotros mismos.

Mi amigo Juan Cuesta es un amante de los animales, y sobre todo de los perros, a los que quiere.

Desde pequeño, y desde mi Salamanca natal y no lejos de Tordesillas, por la carretera cercana a mi pueblo (aunque nunca estuve presente) fui un furibundo crítico del macabro e injustificado sufrimiento de “El toro de la Vega”, un evento taurino de origen medieval, celebrado en la localidad de Tordesillas (Valladolid), declarado fiesta de interés turístico en 1980​ y espectáculo taurino tradicional en 1999.

El torneo consistía en la caza o persecución​ de un toro por decenas de picadores a caballo y lanceros a pie, en la cual algunos de estos últimos intentaban “alancear” a la res hasta la muerte (una muerte horrorosa, agónica) después de que ésta hubiera sido soltada cerca de la plaza del pueblo y conducida por los corredores y aficionados hasta la vega del río Duero, en donde comenzaba propiamente el torneo. ​

Si el toro sobrepasaba los límites prefijados o los lanceros no podían matarlo, era indultado.

Ya en este siglo XXI, el festejo ha cobrado mayor notoriedad por las protestas en contra que denunciaban el sufrimiento al que es sometido el toro.

Por ese motivo, y para adaptar las tradiciones a los tiempos, el 19 de mayo de 2016 la Junta de Castilla y León prohibió, mediante un decreto-ley, la muerte del animal en el festejo, de tal forma que se podrá celebrar el torneo, pero sin que los aficionados maten al toro a la vista de todos. ​

El ayuntamiento de Tordesillas recurrió​ esta medida, aunque dicho recurso no fue finalmente admitido a trámite por el Tribunal Constitucional.

Actualmente, los antitaurinos, cada vez, estamos en contra de las corridas de toros en España por el maltrato (picado-banderillas-estoque) del animal.

Ha surgido un partido político, el PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal) y que, en las Elecciones Generales de Abril del 2.019 consiguió 1.303.984 votos en el Senado y 326.045 en el Congreso, así como 294.657 en el Parlamento Europeo.

Su incremento en votos respecto a elecciones anteriores es muy significativo.

Me pregunto –desde la vergüenza que ahora siento -cómo pudo gustarme darle palos a las vaquillas que en aquella plaza del pueblo, hecha con carros, cada año las “corríamos” por las calles.

Y más aún me avergüenza cómo con una lima de triángulo cortábamos la cabeza de una punta que, previamente, habíamos clavado en una vara para poder “aguijonear” al inocente animal que lo único que intentaba era poder huir al campo abierto y que nada perjudicial o peligroso le había hecho a nadie.

LA RAZÓN FRONTERIZA.

Aristóteles había definido al hombre como “animal racional”, pero ya hemos visto en otro apartado que son muchos y variados los distintos de “razón”.

Frente a la “razón dogmática” E. Trías se decanta abiertamente por una “razón fronteriza”, una filosofía del limite o unitaria que abrace, en una sola manera de pensar, los ámbitos de la Estética, de la Ética, de la Reflexión Cívico-Política y la Filosofía de la Religión y aboga por una Ética que, ya en el siglo XXI, revise y asiente las bases del papel del hombre como límite y frontera en las diversas encrucijadas del mundo contemporáneo.

Ese carácter fronterizo del hombre tiene una posible expansión ética, así como una reflexión sobre nuestra condición cívico-política.

Esta reflexión no sólo es conveniente, es necesaria ya que nos encontramos zarandeados por falsos universalismos (como proponen ciertas formas economicistas o tecnológicas de la “globalización”) y por irredentos e irritantes particularismos (como los que ciertos modos de integrismo religioso o nacionalista proponen).

Así como los neocoms, con su globalización, universalizan la pobreza particularizando la riqueza estrujando a las naciones subdesarrolladas con el objetivo de la mayor productividad, esclavizando y empobreciendo a naciones enteras en aras de la “santa y sagrada globalización”, aprovechándose de la corrupción de líderes políticos, ejerciendo un imperialismo asfixiante y degradante, por el otro lado, los particularismos, exclusivos y excluyentes, con la fijación del “yo-nosotros-lo nuestro-los nuestros, aunque sólo sea la mitad de la población la que impone su objetivo a la otra media, con imposiciones y prohibiciones.

Ni perdidos anónimamente en un “todo” ni sólo mirándonos nuestro ombligo.

En el centro, el hombre, el hombre como persona que es, independientemente de su raza, de su sexo, de su cultura, de su nacionalidad, de su religión,…

El hombre, la persona, como el centro de toda actuación y no los intereses de algunos colectivos o naciones privilegiadas.


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