viernes, 6 de abril de 2018

HISTORIA SAGRADA (20)



LOS LIBROS PROFÉTICOS.

En realidad, los libros de los profetas son, en su mayor parte, compilaciones en las que se reúnen datos de fuentes muy diferentes: datos autobiográficos, oráculos de la tradición hebraica, historias de los contemporáneos de los profetas o de autores posteriores, interpolaciones de seguidores espirituales de los profetas y, por si fuera poco, todos ellos reunidos sin guardar un orden cronológico, ni siquiera un orden sistemático.

Todo es alrededor de Israel, tanto el amor hacia él como la angustia por sus faltas y los peligros que ello entraña, y siempre con la finalidad de vincular de nuevo a Israel con Yahvé.

ISAÍAS

“Oíd, cielos, escucha tierra, porque habla Yahvé: “hijos he criado y engrandecido, y ellos se rebelaron contra Él”
“El buey conoce a su amo y el asno el pesebre de su señor, pero Israel no conoce, mi pueblo no comprende”

“¿Qué me importa a Mí la abundancia de vuestros sacrificio? – dice Yahvé. “Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de novillos cebados: la sangre de los toros, corderos y machos cabríos no me es grata”….”dejad de traerme vanas oblaciones. El incienso me es abominable. Yo no soporto más el sábado, la asamblea sagrada…cuando extendéis vuestras manos cubro mis ojos ante vosotros, no escucho vuestras plegarias. Vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, quitad de mi presencia la iniquidad de vuestras acciones…buscad la justicia, reprimid al violento, haced justicia al violento, defended a la viuda”

“Venid, pleiteemos juntos. Aunque vuestros pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve y si fueran rojos como la púrpura vendrán a ser como la lana. Si sois dóciles y obedecéis comeréis los bienes de la tierra, pero sí rehusáis, si sois rebeldes, seréis devorados por la espada, porque la boca de Yahvé ha hablado”,

“¿Cómo, pues, ha venido a ser prostituta la ciudad fiel, llena de rectitud?. La justicia moraba en ella y ahora la habitan los asesinos. Tu plata se ha trocado en escoria, tu vino se ha aguado, tus príncipes son rebeldes y cómplices de los ladrones.

Se han prostituido Jerusalén, Judá, Israel. La prostitución es la causa de su decadencia, de su caída.

Y este simbolismo va acompañado de ataques a las mujeres.

“Porque las hijas de Sión se han ensoberbecido, porque caminan con las cabezas erguidas, haciendo guiños con los ojos, andan balanceando el cuerpo y hacen sonar las ajorcas de sus pies….El Señor desnudará sus vergüenzas. Aquel día quitará el Señor todos sus adornos: ajorcas y redecillas, lunetas, pendientes, collares y brazaletes, cofias y cadenitas, cinturones, pomos de olor y amuletos, anillos y arillos, vestidos y túnicas, mantos y bolsillos, espejos y velos, tiaras y mantillas”

“Y en lugar de cinturón, una cuerda, y en lugar de cabello trenzado cabeza rapada, en lugar de vestido de lujo ceñidor de saco y señal de hierro candente en lugar de hermosura”.

“Mujeres despreocupadas, levantaos, escuchad mi palabra.. Dentro de un año y algunos días temblaréis, confiadas, porque no habrá ni vendimia ni cosecha. Estremeceos,….despojaos, desnudaos, ceñid vuestros lomos, golpeaos los pechos por los campos…por las viñas,…”

JEREMÍAS

“Israel se ha prostituido…su hermana, la pérfida Judá también se ha prostituido….profanó la tierra y cometió el adulterio con la piedra y el leño” (símbolo de las estatuas y de los altares)

“Circuncidaos por Yahvé y quitad los prepucios de vuestro corazón”
Sí, del corazón, porque para Jeremías la circuncisión, signo de la alianza con Yahvé, nada significa si no va acompañada de la felicidad en lo más profundo del corazón.

“Visitaré –dice Yahvé- a todos los circuncisos sólo en la carne, porque todas las naciones son incircuncisas y todos los de la casa de Israel son incircuncisos de corazón”.

Yahvé se queja, se lamenta, de que su pueblo haya caído tan bajo por sus abominaciones.

“Pasé junto a ti y te vi.. Era el momento. El momento de los amores. Extendí sobre ti el borde de mi manto y te cubrí tu desnudez, te presté juramento y te hice alianza contigo, y fuiste mía. Te lavé con agua, limpié tu sangre de encima de ti y te ungí con óleo. Te vestí de recamado y te calcé de piel de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda, te adorné con joyas, puse brazaletes en tus manos y un collar en tu cuello. Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una magnífica diadema sobre tu cabeza. Estabas, pues, adornada de oro y plata, tus vestidos eran de lino fino, de seda y recamado, te alimentabas de flor de harina, de miel y de aceite, llegaste a ser extraordinariamente bella y conseguiste llegar a ser reina. Tu fama se extendió entre las naciones a causa de tu belleza, porque era perfecta, por el esplendor que yo había puesto en ti”.

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