sábado, 14 de abril de 2018

CULTURA RELIGIOSA: ADÁN, EVA Y LILITH (7)



El paraíso es la metáfora de la vida.
Vivir, además de en el paraíso, vivir el paraíso.

Vivencia del paraíso: sentado en la roca a las 8,15 horas viendo salir el sol, la experiencia estética del amanecer o la experiencia viandante del paseo, o la charla amistosa con el amigo, o la mano agarrada del ser querido sin hablar y con los ojos cerrados.

¡Hay tantas experiencias vitales paradisíacas!

Si la Biblia usa un lenguaje simbólico, en éste siempre son posibles más y distintas interpretaciones.

¿Por qué la iglesia como institución sólo admite una, la suya?

¿Por qué Eva va a quedar estigmatizada como arquetipo de Pecado, sobre todo a partir del siglo IV, con los SS.PP. de la Iglesia: Agustín, Clemente, Tertuliano, Justino, Tomás,…?

Son posibles visiones nuevas y distintas y sentimientos nuevos.

¿Qué habría hecho Adán si la serpiente se lo hubiera propuesto a él…..?

Pero es que, bien pensado, el pecado se consumó cuando comió Adán.

Él sí que era persona. Ella era el complemento, el anexo, la ayuda, carne de SU carne…. Él sí que podía no haber pecado…
La serpiente engañó a Eva, pero ¿sabía Eva la prohibición que Dios LE comunicó a Adán?
Entonces ¿engañó Eva a Adán o sólo lo invitó?

Ella será la inmadura, la débil, la pecadora, la culpable.

La misoginia en el ámbito católico proviene, sobre todo, a partir del siglo IV.

San Agustín, sobre todo, hace una extrapolación al sexo.
Dar de comer la manzana a Adán es despertar en él el apetito sexual, la relación sexual, y realizarla, además, de manera fraudulenta.

De esta visión saldrá toda la teología del matrimonio y de la virginidad.

Eva será, desde ahora, la primera y gran pecadora, la portadora del pecado, la incitadora al sexo, la despertadora de la concupiscencia, por lo tanto la causante del olvido de los deberes para con Dios.

Ella ha desobedecido, comiendo; ella ha tentado a Adán, invitando.

Queda convertida en tentación sexual y, a la larga, en la causante de la muerte del Hijo de Dios, ya que tendría que encarnarse, sufrir, morir, resucitar, para borrar el gran pecado.

Me pregunto yo. ¿Por qué no verlo todo al revés?

Eva es la causante de la madurez humana por su heroico gesto, ella es la que abre las puertas a la luz de la razón, por ella disfrutamos del conocimiento, de la libertad, de la responsabilidad.

Eva siempre se nos aparece, a nuestra mente, como altiva, valiente, como desafiante (no en las pinturas, cabizbaja, con una mano intentando taparse los pechos y con la otra el sexo).

Eva debió ser lo opuesto a María, la madre de Jesús, joven, virgen y madre, “obediente, siempre callada y guardando todas estas cosas en su corazón” (que es como quiere/ha querido la Iglesia, sobre todo desde el 2º Pablo y luego con los Padres de la Iglesia), que sea la mujer: callada, obediente, sumisa.

María, en las pinturas y esculturas, se nos aparece como una mujer asexuada, no tentadora, siempre con vestidos muy tapadores, no dejando insinuar nada de feminidad.

Al revés se nos muestra Eva, habla, no obedece, ofrece, desnuda, con una enorme cabellera semitapándola.

Naturalmente el ejemplo a seguir, en la mentalidad cristiana, es María, virgen y madre.

Y como ninguna mujer podrá imitarla totalmente, ser ambas cosas, entonces:

1.- que sea virgen y entre de monja en un claustro, ofreciendo su virginidad a Dios, casándose con Cristo, renunciando a la maternidad de cuerpos pero siendo “madre” de almas.

2.-, casándose, teniendo hijos, muchos hijos, formando familias numerosas, educándolos en la fe cristiana,…..

O sea, o no catarlo o catarlo todo lo más posible, pero siempre, siempre, siempre,..Y no buscando el placer.

El cuerpo, la carne, es uno de los tres enemigos del hombre.

Mujer: dedicación exclusiva al hogar (pariendo, criando, limpiando, atendiendo las solicitudes del varón, consumiéndose entre las paredes del hogar, sacrificándose,……) o dedicación exclusiva a Dios y a la iglesia, rezando, rezando,…..

Si además de María (virgen y madre), recatada, recogida, callada, y con el niño en los brazos; y además de Eva (más atractiva, con el pelo muy largo, desnuda, tentadora, con la manzana y la serpiente…) le añadimos a María Magdalena (llorando sus pecados, con la calavera a sus pies, arrepentida, la gran pecadora (¿dónde consta que fuera una prostituta?). tenemos ya formado el TRÍO de los roles de la mujer.

Virgen – sin sexo – sin pecado = monja.
Madre – con sexo – sin pecado = madre.
Ni virgen – ni madre – con sexo – con pecado = pecadora-arrepentida.

Es decir, la única manera de no pecar es ser virgen o ser madre.
Es decir, el pecado, el gran pecado es el sexo.

Desde los SS.PP. hasta el día de hoy.

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