lunes, 12 de diciembre de 2016

DIAPOSITIVAS HISTÓRICAS DE UNA ÉPOCA (Y 5)

MADRID.

El que fuera Ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo, en su intervención en un congreso de maestros, dice:

“Luchar por la independencia es mucho; luchar por la libertad que ya se ha conquistado es mucho más, y Madrid luchó por la libertad.
Prueba evidente de ello fue el 20 de Julio de que se merecía la libertad conquistada en Abril del 31 y reconquistada en Febrero del 36.

Antes del año 31 Madrid, con los Reyes en Palacio, era la Corte de España, pero no la capital de España.
Todos los alzamientos revolucionarios en España se habían producido en Cádiz, Aranjuez, Badajoz, Puente de Alcolea.
Madrid había tenido una fecha, la del 2 de Mayo del 1.808 y ahora, el 20 de Julio del 36 tendría otra fecha a conmemorar como la tenía París, con el 1.789; Moscú con su 1.917, o Berlín con el 1.918.

Madrid comenzó a ser “capital” en el 31 y los madrileños pasaron, de ser cortesanos, a ser ciudadanos.

Para los súbditos la categoría está en la Corte; para los ciudadanos la categoría está en la capital.

Madrid ha sabido luchar no por algo que no se tiene, sino en defensa de lo que se tiene ya y de lo que lo quieren desposeer”.

EL EJÉRCITO Y LA POBLACIÓN.

De los 18 Generales que componían la cúpula militar sólo se rebelaron 4.
Pero se rebelaron casi todos los Jefes del Estado Mayor, entre ellos el 80/85 % de los Oficiales.
También se rebelaron 44 de las 51 guarniciones más importantes y la mitad de las Fuerzas de Orden Público.

En la Marina la rebelión fracasó por la total desconexión entre las distintas unidades de la misma.
Salvo tres navíos, casi todos los buques de la Armada optaron por la lealtad a la República, de ahí el imposible desembarco rápido de las tropas marroquíes a la península.
Los 6 cruceros útiles también permanecieron fieles al gobierno legítimo de la República, bloqueando el Estrecho de Gibraltar.
El Gobierno controlaba la base naval de Cartagena (1 acorazado, 3 cruceros, 10 destructores y 12 submarinos) mientras los sublevados disponían de la base naval de San Fernando y la del Ferrol (con un viejo acorazado y tres cruceros (uno, que ya estaba navegando y otros dos de reciente construcción (el Baleares y el Canarias) y que aún no habían sido botados y que serían los que dispararan en Málaga, en la Carretera de Almería, en La Desbandá.

En la Aviación el gobierno republicano disponía de los 2/3 de los anticuados aviones disponibles. Pero esto cambiaría cuando llegara la ayuda extranjera a los sublevados, con los aviones de transporte italianos y los alemanes de la Legión Cóndor.

Por si fuera poco, Salazar, en Portugal ofrece un apoyo incondicional a Mola.
Y los 5 petroleros estadounidenses desembarcaron su carga en puertos controlados por los sublevados.

Y si a esto añadimos que en la zona sublevada se imponía la autoridad y la huelga se castigaba hasta con la pena de muerte, mientras en la zona republicana la autoridad no existía o estaba diluida porque los milicianos negaban autoridad al Gobierno…

Sanjurjo murió en extrañas circunstancias al salir de Portugal hacia España en un avión pilotado por un joven piloto que ya había participado en la Sanjurjada, del 32.

De los 4 Generales, Queipo de Llano y Cabanellas eran los más antiguos, pero su pasado republicano no les garantizaba muchas adhesiones (Queipo de Llano, en uno de sus bandos, en un lapsus, terminaba con: “Viva España y Viva la República”) y Mola (el Director) y Franco (el general más joven y al mando del ejército de África) eran los que concitaban más adhesiones.


Poblacionalmente, de los 24 millones de habitantes que había en España, 10 millones quedaron bajo el control de los sublevados y 14 millones en las zonas leales al Gobierno que custodiaba, además, el oro del Banco de España.
A los 4 días del Alzamiento éste había triunfado en Marruecos, Canarias, Baleares (excepto Menorca), Sevilla, Granada, Córdoba, Algeciras, Cáceres, Aragón y el Norte de España, excepto la franja costera de Asturias, Cantabria y las dos provincias vascas marítimas.
Y dentro del territorio republicano algunos edificios de Toledo (entre ellos el Alcázar), San Sebastián, Valencia, Gijón, Albacete y Oviedo, que están en manos de los sublevados.

COMPANYS.

No sabe uno si alabar más la fuerza de los milicianos, la falsa (¿) humildad de Companys o ambas cosas.
Imagínense la escena en Barcelona.

Companys recibe la visita de los dirigentes anarquistas, al frente de los cuales se encuentra García Oliver (CNT), Abad de Santillán (FAI) y Durruti (CNT), que se sientan ante el Presidente de la Generalitat con los fusiles entre las rodillas.

Habla Companys: “He de deciros que la CNT y la FAI no han sido nunca tratadas como se merecían por su verdadera importancia.
Siempre habéis sido perseguidos duramente y yo, con mucho dolor pero forzado por la realidad política pero que antes estuve con vosotros, después me he visto obligado a enfrentarme y perseguiros.
Hoy sois los dueños de la ciudad…
Si no me necesitáis o no me queréis como Presidente de Cataluña decídmelo ahora y yo pasaré a ser un soldado más en la lucha contra el fascismo.
Si, por el contrario, si creéis que en este puesto, que sólo la muerte hubiera dejado ante el fascismo triunfante, puedo, con los hombres de mi partido, con mi nombre y mi prestigio, ser útil en esta lucha, podéis contar conmigo y con mi lealtad de hombre y de político que está convencido que hoy muere un pasado bochornoso y que desea, sinceramente que Cataluña marche a la cabeza de los países más adelantados en materia social.
Los anarquistas tienen fuerzas armadas superiores a las del gobierno”.


Finalmente, se deciden por colaborar con Companys y se crea el Comité de Milicias Antifascistas de Barcelona y que llegaría a contar con 44.000 milicianos.

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