jueves, 24 de octubre de 2019

BARUCH SPINOZA O ESPINOSA ( 13 ) LA LEY, LA SOCIEDAD Y EL DERECHO CIVIL



LA LEY.

En sentido general es “lo que impone un modo fijo y determinado de obrar a alguno, a varios o a todos los individuos de su especie”
Puede ser natural (cuando resulta de la naturaleza misma) o puede ser establecida por la voluntad de los hombres para comodidad y seguridad de la vida, o por otras razones semejantes.

La Ley Humana es una cierta regla de conducta que sirve para la seguridad de la vida y sólo se refiere al Estado.

LA SOCIEDAD.

Spinoza, lo mismo que Hobbes, comienza presentando a los hombres en un estado natural, prerracional y prejurídico, viviendo nada más que conforme a su instinto y sus pasiones.
Todos los hombres, lo mismo que las fieras tienen los mismos derechos naturales sin más limitación que la del alcance de su fuerza.

Pedro es un estado irracional en el cual vivían miserablemente, en perpetuos odios y luchas, y en que habrían acabado por destruirse unos a otros.

Para salir de ese estado y vivir en seguridad, y sin temor, fue necesario que cedieran de su derecho y convinieran en un pacto, con el cual quedaba establecida la sociedad, en la cual poseían en común el derecho natural particular que cada uno tenía sobre las cosas.

Por ese pacto, los individuos renuncian a “obrar según la fuerza y el apetito de cada uno” para obrar con la fuerza y la voluntad conjunta de todos.

Pero, tanto la sociedad como el contrato por el cual se establece no tienen más que un fin y un valor utilitario; es la esperanza de un mayor bien y el temor de un mayor mal.

“Cada uno elige, entre dos bienes, el que le parece mejor y, de los males, el que le parece menor”.

“Éste es el fundamento del valor de los contratos, los cuales no tienen ninguna fuerza sino por razón de su utilidad, cesando la cual el pacto queda anulado y carece de valor”.

Piensa igual que Maquiavelo, que a pesar de todos los pactos y promesas, ninguno puede estar seguro de la fidelidad de los demás, a no ser que esperen mayores bienes y teman mayores males.

El estado de una unión colectiva resultante del pacto social sería la democracia, “una asociación de hombres que tiene, colegialmente, sumo derecho a todo aquello que puede”

Ésta es la forma más natural de gobierno, en la cual el individuo transfiere su derecho, su poder y su utilidad “a la mayor parte de toda la sociedad, a la cual pertenece”.


DERECHO CIVIL

Si por derecho natural no hay cosas buenas ni malas, justas e injustas sino en cuanto que son necesarias para la propia conservación, la vida social requiere la constitución de un poder que dé normas para distinguir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto.

Es poder civil es el resultado de un pacto por el que cada uno transfiere a la sociedad toda su potestad particular, perdiendo el poder omnímodo e ilimitado que tenía por derecho natural y queda obligado a la obediencia a una autoridad.
Y si en el derecho natural se exageraba desmesuradamente la libertad del individuo ahora, en el derecho civil se exageran las prerrogativas del poder político llegando a un completo absolutismo y al despotismo.

Obediencia absoluta al soberano es a lo que se han comprometido con el pacto.

El Estado no está sometido a ley alguna, su poder es absoluto e ilimitado y, ante él, el individuo desaparece.
Cuanto mayor poder tiene el Estado menos les queda a los particulares.
El Estado no hace injuria a ningún particular y éstos le deben la obediencia más absoluta, aunque ordene las cosas más absurdas.

Sostiene Spinoza, como Maquiavelo, que el Príncipe no está obligado a guardar los pactos cuando la fidelidad a ellos puede ser perjudicial a su Estado.

El Estado no debe tener ninguna religión pero debe regular las manifestaciones externas del culto.

Pero el poder del Estado, en última instancia, se apoya en la fuerza y puede mantenerse mientras no haya otro Poder más fuerte que el suyo.
De lo que se sigue que, si alguien es más fuerte que su soberano no será obligado a prestarle obediencia.

Después, sin embargo, limitará el poder del Estado: “es preciso convenir en que cada uno se reserva pleno poder en determinadas cosas que escapan a las decisiones del gobierno, no dependiendo sino de la propia voluntad del ciudadano”

Entre ellas están las libertades de pensamiento y de palabra.

“El individuo resigna, libre y voluntariamente el derecho de obrar, pero no el de raciocinar”.
“En un Estado libre cada cual tiene derecho a pensar lo que quiera y a decir lo que piensa”
“Es necesario permitir la libertad de pensamiento y gobernar a los hombres de tal modo que, siendo abiertamente opuestos en pensamientos, vivan, sin embargo en una concordia perfecta”.

Una consecuencia de la anulación de los derechos individuales es la abolición de la propiedad privada, que debe convertirse en propiedad pública”
“Para la paz y la concordia es muy provechoso que ningún ciudadano posea bienes inmuebles…los campos y todo el suelo, hasta, si es posible, las casas, deben ser comunes”.

Vemos, pues, que oscila entre sus propios principios (que llevan al absolutismo y a la negación de toda clase de libertad) y sus sentimientos, que le hacen proclamar esa misma libertad, al menos en cuanto al pensamiento y la palabra.

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