martes, 28 de mayo de 2019

EL "DIOS" CRISTIANO Y LA "DIOSA" RAZÓN ( 6 ) LA IGUALDAD



Pero pasemos a la IGUALDAD.

Las leyes liberales garantizan la “Igualdad jurídica” de los ciudadanos (¿también de las ciudadanas?)

¿Es el siglo XIX más IGUALITARIO que los siglos anteriores?.
Los hechos nos dicen que no.

La revolución industrial propició un aumento de la productividad y, consiguientemente, de los beneficios y de la riqueza.
¿Cómo se repartió ésta?
(Y aquí, ahora, habríamos de escribir sobre “capital constante” y “capital variable”.
Y tocaría hablar de la “plusvalía”, tanto de la “absoluta” como de la “relativa”)

La alta burguesía aumentó muy considerablemente su nivel de vida, al tiempo que los proletarios continuaron con una vida de mera subsistencia, en el mejor de los casos.

IGUALDAD ante la ley.

Todos somos “iguales” ante la ley.
La ley se aplica “igual” para todos.
Todos sometidos a la ley.

Pero ¿a qué ley?
A la ley burguesa.

¿Y qué manda o prohíbe la ley burguesa?
Pues puedes imaginártelo.

¿Te imaginas a los burgueses legislando contra ellos mismos?.
La ley que salvaguarda los derechos de herencia.
La ley que ordena el respeto a la propiedad privada.
La ley que castiga fuertemente el robo….

¿A quién o a quiénes pueden interesarle/les esas leyes?
Pues a los que tienen bienes y tienen algo que temer y perder.

¿Cómo le puede afectar al proletariado la ley que protege la propiedad privada si de nada es propietario salvo de sus manos para trabajar?

La pirámide social va cambiando su configuración.

La base de la pirámide cada vez va creciendo más y más no sólo porque en ella están los proletarios, sino porque a ella van a parar los pequeños empresarios que no pueden con la competitividad y se arruinan.

Darwin había lanzado su teoría de la evolución con el mecanismo de “la lucha por la vida” y en esa lucha sólo sobreviven los más aptos, los mejor preparados, los más cualificados, los mejores.

Pero, ahora, no hablamos de la “competitividad individual” para sobrevivir, ahora hablamos de la “competitividad empresarial”, para sobrevivir y no arruinarse.

Es el “darwinismo social”.

Las empresas mejor preparadas, las más “competentes”, las más competitivas, son las que sobreviven.
Las otras mueren, desaparecen.

Los pequeños empresarios, arruinados, serán apeados de las capas altas de la pirámide social y pasarán a engrosar la base, proletaria, de la misma.

IGUALDAD ante la ley. ¿De verdad? ¿Ante qué ley?

El siglo XIX fue menos “igual” que los anteriores.

¡IGUALDAD¡

¡Qué bonito nombre tienes?

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