viernes, 24 de mayo de 2019

EL DIOS CRISTIANO Y LA DIOSA RAZÓN ( 2 )





No que no exista Dios, sencillamente ni lo sé ni puedo saberlo.
Además de que no me hace falta Dios para explicar este terremoto, esta Semana Santa pasada por lluvia, las órbitas elípticas que recorren los planetas en su movimiento de traslación alrededor del sol, el nacimiento de un niño, el origen del poder,…

La Razón, como instrumento de las hipótesis explicativas, ha sustituido a Dios.
Y funciona.

La Diosa Razón ha ocupado el lugar que, durante tantos siglos, ha estado ocupado por el Dios Cristiano en Occidente.

La piedra no cae porque Dios lo quiera, sino por la laye natural de la gravedad

La Razón ha descubierto las razones de por qué se mueven los astros, de por qué una manzana cae, verticalmente, al suelo cuando se desgaja de su rama, por qué una piedra, al ser lanzada hacia arriba o hacia delante, caerá, antes o después, pero caerá, y podremos saber dónde va a caer.

La Naturaleza estaba ahí, al alcance, al alcance de todos, y estaba pidiéndonos a gritos que la descubriéramos, que averigüáramos cómo funcionaba, cuáles eran sus comportamientos, por qué leyes se regían,…

Y el hombre, pertrechado con su Razón, de la mano de la Diosa Razón, dejando en casa, y quizá en su corazón, a su Dios cristiano, el de la religión, la empezado a Saber para Prever, para Proveer, para Poder.

Si el “saber” antiguo era sabroso, se saboreaba, tenía buen sabor, sabía bien,…
Si ya era un placer “saber” por el hecho de saber, si el saber ya era un fin en sí mismo, si el sabio, al saber y por saber, ya era feliz,… ahora ya no se conforma con eso.
Ahora persigue el “conocimiento” y conocer es algo útil, además de sabroso.

Me interesa conocer, ya no tanto, (aunque también) para saborear lo conocido como para sacar provecho de ese conocimiento.

El “conocer” ya no es un fin, sino un medio.

El que más y mejor conoce más prevé y más provee, más puede.

“Conocer es poder”

Ahora lo que se saborea es el poder (ya no el saber porque, incluso, puede “saber mal”, aunque se pueda más).

Por ejemplo, la bomba atómica u otras armas inteligentes y/o de destrucción masiva.

El conocer vale si es fructífero.
El científico ha sustituido al sabio.
El técnico y el tecnólogo son hijos del científico y apenas tienen parentesco alguno con el filósofo.

La RAZÓN nos es útil en esta vida. Muy útil.

Si tuviéramos que enumerar las consecuencias positivas, los logros de la Razón no terminaríamos en varios días.
Las 7 maravillas del mundo nada son comparadas con las maravillas de la Razón de nuestra época (la última: fotografiar un agujero negro),

¿No es una maravilla la Seguridad Social, las hipotecas, las tarjetas de crédito, la cirugía estética, Internet,…(y no continúo con los productos de la Razón, porque serían interminables).
Y no se me olvida el Corte Inglés y su “pague en tres meses y sin intereses”, como me recordaba, una vez, una oyente.

Pero yo quería escribir, y exponer, a los Filósofos de la Sospecha, que son los que critican a la Razón y sus consecuencias negativas.

Como hemos comprobado (y no hay más que mirar a nuestro alrededor, desde el cuarto de baño a la cocina, pasando por el salón) la Razón avanza, corre, mas que correr vuela y lo descubierto ayer se queda obsoleto y ya no vale, superado por lo recién descubierto.

La hemos acelerado tanto-tanto-tanto que estamos entrando a saco en todo lo que se pone por delante.

Con la Razón, a diestro y siniestro, andamos como una manada de elefantes en una cacharrería.

1.- En primer lugar hemos entrado con la Razón en El Otro, en Dios, y ya LO hemos declarado “prescindible” en múltiples funciones en las que hasta ayer mismo detentaba el monopolio.
Hay quien, en el paroxismo, insulta y harta de “ignorantes” , de “retrasados”, de “anticuados” a todos aquellos que aún están con Él en amigable compañía (como si hubiera que despeñar a un coche por un barranco porque el coche no puede volar).

2.- Hemos dirigido la Razón hacia LO OTRO, hacia la naturaleza, y de su invitación a ser conocida hemos llegado hasta a su violación.
No es que la hayamos conocido mejor y nos hayamos aprovechado más de ella, que la hayamos “usado” (que es lo que ella nos pedía), es que hemos “abusado tanto de ella que está retorciéndose, revolviéndose y volviéndose contra nosotros.

La hemos exprimido (y en ello seguimos), la hemos estrujado, la hemos estirado tanto que hemos contaminado/seguimos contaminando el aire, el agua y la tierra, elementos tan vitales que, sin ellos, desapareceríamos,

Hemos echado/estamos echando tanta “mierda” al aire que lo hemos rasgado, le hemos hecho un agujero en la ozonosfera, agujero que puede acabar con nosotros y con la vida en la tierra.

Hemos deforestado/estamos deforestando tanto, y tan de prisa, que estamos desertizando el planeta en el que vivimos (y nada digo de mi/nuestra querida Andalucía).

El recalentamiento de la atmósfera,, el CAMBIO CLIMÁTICO, tan en boca de todos hoy día y del que ciertos santones de salón y predicadores con poder (antes Al Gore y ahora mismo el Presidente Trump) que los cánceres de piel, las sequías, la escasez de agua y, por el contrario, las lluvias torrenciales y nevadas en tiempos anteriores nunca vistas, se suceden de manera imprevista y continua.

¡LA MADRE QUE PARIÓ A TANTA RAZÓN DESBOCADA, ENCABRITADA¡

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