martes, 16 de enero de 2018

24.- HISTORIA DE LAS MUJERES (1)

Después de muchas horas de lectura y meditación sobre el papel que ha tenido, o que le han asignado o que ha desempeñado  la mujer a lo largo de la Historia.

 Después de reflexionar sobre Eva o las dos Evas (Eva no pudo morder la manzana por la sencilla razón de que las manzanas no existían allí, en la tierra de asesinado Sadán Hussein, entre el Éufrates y el Tigres, allí donde se supone que estuvo el Paraíso terrenal.
¿Sabían Uds. que para los judíos lo que Eva cogió y lo que mordió fue un higo, una nuez o una algarroba?
¿Y que para los ortodoxos lo que cogió Eva fue una naranja, mientras que para los protestantes fue miel?
¿O que para los musulmanes de lo que se trataba era de un vaso de vino?).

¿Cómo es posible que los artistas del Renacimiento presenten al diablo tentador en forma de  serpiente  pero con cabeza de mujer, tentando a la única mujer que existía, que era Eva?
¿No es una contradicción?
¿O es que hubo una primera Eva, expulsada del paraíso, que se le presenta a la 2ª Eva, la nueva compañera de Adán?

Después de haber reflexionado sobre la mitología griega y sobre Pandora y su dichosa Caja, La Caja de Pandora.
Siempre, siempre, la mujer ha sido la causante de todo el estropicio.

¡Prometeo, -dice Zeus- después de haber intentado engañarme con la partición del toro sacrificado y haberme tocado a mí los huesos y la piel, me has robado el fuego para dárselo a los hombres para que ellos puedan asar/cocer/cocinar la carne y así estarte eternamente agradecido.

¿No querías fuego, Prometeo?, pues “toma fuego”.
Ten este regalo, ten esta mujer bella, ten este regalo envenenado, ten esta hermosura de mujer.

Hermosa, muy hermosa, pero ardiente, la cual, sobre todo en verano, cuando los varones lleguen agotados de trabajar, ella los estará esperando para practicar sexo; y ellos quedarán agotados, exhaustos, mientras que ella, siempre insaciable, siempre exigiendo más y más, se quedará preñada, y vendrán más niños, que son más bocas que llenar, y los varones tendrán que trabajar el doble, y ella nunca se encontrará sexualmente satisfecha, y querrá más, y más y más y los pobres varones……he ahí el pecado original, causado, por supuesto, por una mujer, Pandora, al abrir la dichosa caja que inundará el mundo de males.

Mitología cristiana y mitología griega.

Después de la desilusión de cómo se trata a la mujer en la mi queridísima Atenas democrática, con mis queridísimos Sócrates, Platón y Aristóteles.

Tras mi decepción del papel de la mujer en el mundo romano.

Tras el bochorno de contemplar a la mujer medieval y el escándalo del lugar asignado a la mujer a lo largo de casi todo el Cristianismo; (concepción procedente de un San Agustín , (parece mentira, Aurelio Agustín, ¿Quién te ha visto y quién te ve?, ¿Cómo has sido capaz de echar de casa a tu  amantísima y enamorada Floria Emilia, quedándote, además con el hijo, fruto de vuestro amor durante tantos años), o de San Jerónimo, con el mito del Paraíso (mujer engañada (por torpe) y luego engañadora, (por mala) y el mito del pecado original, ella la perversa, la tentadora, la peligrosa, la culpable de que tengamos que trabajar para poder comer, culpable del dolor, del sufrimiento, de la muerte).

Tras el no tan femenino papel de la mujer en tiempos del Renacimiento y de  la Diosa Razón (Los Derechos del hombre (léase varón) y ciudadano (no ciudadana).

Tras todo eso, me encuentro con un paréntesis maravilloso, pero un paréntesis muy cortito, que es la consideración de la mujer por un personaje galileo, Jesús de Nazaret, el nazareno, el Cristo y en tiempos del primer Pablo, porque el segundo Pablo…

Toda la historia de las mujeres, antes y después de ese corto paréntesis, es la “Historia de un encierro”.

Leo en un blog un chiste muy malo, un chiste machista, del que pido perdón por anticipado.
“Un hombre, que va montado en su coche y que atropella a una mujer en un paso de peatones, con el semáforo en rojo para el conductor y  verde para el peatón.
¿Quién es el culpable del atropello?, Cuatro posibles respuestas, como los tests del teórico del carnet de conducir, ¿la Dirección General de Tráfico, El Concejal encargado de la circulación, el coche o el conductor?

Pues no.

El culpable es LA MUJER, por no estar en la cocina, que es donde debería haber  estado”.

Pedí perdón por anticipado y lo pido por retrasado. Pero me viene al pelo para lo que quiero decir. La Historia de la mujer es la historia de un ser encerrado”.


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