jueves, 6 de julio de 2017

EL AMOR EN SAN AGUSTÍN (6) FLORIA EMILIA Y SUS "CONFESIONES" (2)



LAS CONFESIONES

"PRIMERO DEBEMOS VIVIR....LUEGO PODREMOS FILOSOFAR"

Son, como todos sabemos, la autobiografía de Aurelio Agustín, escrita tras haber pasado por el Maniqueísmo, el Escepticismo Académico y el Neoplatonismo, que lo preparó para su conversión, tras escuchar los sermones de San Ambrosio, Obispo de Milán y tras los muchos rezos de su madre, Santa Mónica, para que se convirtiera y se bautizara.

En Las Confesiones  San agustín, además de sus vivencias antes de su conversión, nos va mostrando su recorrido en su actitud espiritual definitiva como un hombre frente a Dios, mostrando su posición de la razón frente a la fe (“entender para creer y creer para entender”), su reconocimiento de creatura frente a su Creador, de su consideración de pecador frente a su Redentor.

Es en el Libro VII (sobre el que trabajé en mi tesina) donde se nos muestra el camino: desde Fuera hasta Adentro, para dar el salto al Arriba.
“Noli FORAS ire, redde te ipsum, in INTERIORI homine habitat veritas et, post, TRANSCENDE te ipsum”
Desde el MUNDO hasta el YO INTERIOR y desde éste a DIOS.

Las Confesiones es una obra que consta de 13 libros.
Sin embargo, aunque en las Obras Completas aparezcan los 13 libros, en las obras sueltas sólo aparecen los 10 primeros libros (como el que yo he usado y usando estoy, el de la Editorial Espasa Calpe, Colección Austral, color verde) puesto que los tres últimos, en realidad, no son parte de su biografía sino comentarios a los primeros versos del Génesis, relativos a la creación del mundo por Dios

En estos 10 libros de sus confesiones es donde aparece toda su peripecia vital, interior y exterior.

2.1. Argumentos sustantivos de la tesis de Floria

Los argumentos con los cuales Floria sustenta su tesis (“La vida es breve”), realizan un hábil juego entre lo abstracto y lo biográfico.
Aurelio ha decidido no rescatar la relación debido a que ama más su salvación que a Floria.
De este modo se destaca la preferencia occidental por lo eterno y espiritual de quien el principal enemigo a vencer es lo temporal y terreno.

Aurelio ha dejado atrás a Floria para irse a los brazos de su verdadera esposa "Continencia".

Utilizando, pues, este símbolo Floria argumenta la poca utilidad de recrearse en los brazos de la eternidad eliminando el gusto por la vida presente.

Para poder realizar plenamente la legitimación de la brevedad de la vida, Floria va a partir de la reivindicación de lo femenino y de la mujer.

Como ella misma recuerda, según los platónicos y los maniqueos, la mujer no era digna de amistad, pues amistad significa igualdad.
La mujer no es igual al varón, es "Eva", el origen del mal, la causante de la perdición.
¿En qué consiste la perdición para el agustinismo que ha desencarnado al cristianismo pasándolo por la retícula del neoplatonismo?.
En estar atados a las cadenas de este mundo, es la mujer como símbolo del mal la que le ha impedido al hombre alcanzar la vida celestial provocándole a pasiones que lo amarran a la vida.

De este modo, si como Floria quiere demostrar, la inmediatez de la vida con toda su brevedad, gustos y placeres, realmente valen la pena para vivirlos como legítimamente humanos, entonces la Mujer como aquella que puede escribirle una carta al Gran Hombre para que vuelva su mirada a lo cotidiano y a lo disfrutable en lugar de los ideales y grandes proyectos utópicos, debe ser reconocida meritoriamente por demostrar la brevedad de la vida.

3. Conclusión

Queremos señalar que Floria rehúsa presentarse a sí misma como la victima femenina de los abusos patriarcales.
A lo largo de la epístola, Floria se muestra como una mujer autorrealizada que no escribe para culpar a Aurelio de los fracasos de su vida, antes bien intenta en todo momento hacer que el hombre ponga los pies sobre la tierra e incluso en momentos se muestra como una terapeuta que está dispuesta a auxiliar a quien considera se encuentra padeciendo una terrible enfermedad: la imposibilidad de disfrutar la brevedad de la vida.

Claro que el autor es un varón, y hace jugar a los valores contemporáneos de género y sexualidad, mezclado con los entramados teológicos del agustinismo.

Resalta el carácter terapéutico de una mujer que intenta devolver la cordura a un hombre para que pueda disfrutar la vida, lo que queremos señalar como la principal aportación de Floria, demostrar que los moralismos que todavía pesan como lastre en algunos sectores pueden ser derribados a partir de su misma tradición.

La carta es una versión alternativa de lo que puede ser la historia si se presta más atención a la tierra que al cielo, a la vida que a la filosofía, porque ella lo dice muy bien:


“Primero debemos vivir, y luego… luego podremos filosofar.”

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