lunes, 16 de febrero de 2015

LAS TRES RELIGIONES DE “EL LIBRO”. EL JUDAÍSMO (1)


El Arte, sobre todo la Pintura  (aunque también la Escultura) y la Literatura, en Occidente, no pueden entenderse sin conocer la Biblia, comenzando por el Antiguo Testamento (la Torá para los judíos).
La Capilla Sixtina es el Génesis en pintura.
Todos los pintores y escultores de la Edad Media y del Renacimiento expresan la biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.

Adán y Eva, Abrahán, Isaac, Jacob, Moisés, David, Salomón, La Torre de Babel, el Diluvio,… es el Antiguo Testamento.
El Portal de Belén, la Virgen, San José, Jesús de Nazaret y su vida pública, la Sagrada Familia, la Pasión y la crucifixión,…. Es el Nuevo Testamento, ya cristiano, no judío.

El Judaísmo es la más antigua de las tres.
Nació, aproximadamente, hace uno 4.000 años, en lo que hoy denominamos Oriente Medio y, poco a poco, fue constituyéndose como pueblo, “El Pueblo de Israel”

Fue un pueblo distinto a los demás, en el que los aspectos de comunidad religiosa y comunidad política se integran en la identidad social del pueblo judío hasta la destrucción de Jerusalén y la diáspora del año 70 en que se disocian la identidad religiosa, cultural, social y política hasta el 1.948 en que se le asigna un territorio.

No forman una raza distinta basada en rasgos psicológicos o físicos aunque, en un principio fuera un grupo semita, pero la diferencia racial que pudiera haber, en un primer momento, se ha difuminado al mezclarse con otros pueblos.

Se pertenece al pueblo judío por linaje, por ser hijo de padres judíos (específicamente de madre judía) o por la aceptación del judaísmo, bien por tradición, bien por conversión.
La pertenencia al pueblo judío, en los varones, se acredita mediante la circuncisión.

A los pertenecientes al Judaísmo, al pueblo judío, se les puede denominar:

1.- HEBREOS (por ser descendientes de Abrahán)
2.- JUDÍOS (oriundos del reino de Judá)
3.- ISRAELITAS (por su descendencia del patriarca Jacob, llamado, también, Israel) y que se distingue de “israelí” (ciudadano actual del Estado de Israel, sea o no de la religión judía).

Si en Israel hay unos 5 millones de judíos sólo un 37% son practicantes...

Del judaísmo bíblico procede la doctrina del origen divino del poder de los reyes (que tanta importancia tendrá en la Europa cristiana de la Edad Media. Aquello de “por la gracia de Dios”)

Samuel ungió a Saúl como rey por voluntad divina.
Israel cree que la monarquía es una institución divina y que, por el rito de la unción, el rey gobierna como representante de Dios.

Con la legitimación divina del poder político el judaísmo bíblico legitima la guerra santa.
Por necesidades de supervivencia los judíos, desde sus orígenes, son un pueblo guerrero: guerras de conquista de Canaán, guerras contra la opresión en tiempo de los jueces, guerras de liberación nacional en tiempos de Saúl y David.
Estas guerras las hace Israel para defender su independencia y para defender a su Dios. Son guerras santas. Luchan por la causa de Dios y Dios combate a favor de los judíos porque ellos son “su pueblo elegido”
Israel aclama a su Dios como “Dios de los ejércitos o Dios guerrero” y que legitima, según la “ley de la guerra” el exterminio de los enemigos de Israel vencidos en la batalla.

Leer pasajes del Antiguo Testamento es asistir a masacre tras masacre (comenzando por las mujeres y los niños) ordenadas por el mismo Dios.

De hecho, en la fiesta del Yom Kippur se convoca al pueblo haciendo sonar el “shofar”,  trompeta curva de cuerno de carnero, que es lo que hizo Gedeón con sus combatientes al atacar un campamento enemigo tocando la trompeta y al grito de “por Yahvé y por Gedeón”

El Judaísmo bíblico reconoce como un hecho natural la división de la sociedad en ricos y pobres. La riqueza se justifica como recompensa por la fidelidad a Dios o como por el trabajo de los hombres y la pobreza como resultados de las propias culpas o como prueba que Dios, a veces, envía (recuérdese a Job) o como consecuencia de la injusticia cometida por uno mismo o por sus antecesores (recordad la pregunta que los apóstoles le lanzan a Jesús, ante la presencia de un tullido: “¿quién pecó, éste o sus padres?”.

Pero Dios no abandona a los pobres, estableciendo diversas medidas sociales (libertad del esclavo al cabo de 6 años, prohibición del préstamo con interés entre israelitas, protección a la viuda, al huérfano y al extranjero, derecho a espigar en los campos,…)

Entre los valores éticos, además de la lealtad y la fidelidad, se exalta la Justicia (virtud de “dar a cada uno lo suyo”).
El mismo Dios es invocado como “Dios justo”.

La TORÁ es su libro sagrado, escrita en hebreo y en forma de rollo que, a medida que va leyéndose, va enrollándose por un lado y desenrollándose por el otro.
La MENORÁH o candelabro de siete brazos (al que la tradición cabalística le dio una significación sapiencial: los tres pares de sentidos (dos ojos, dos orejas y dos orificios nasales, por los que percibimos el mundo exterior) y la lámpara central, que representa a la boca, por la que salen las buenas o malas palabras) y que es el símbolo del judaísmo, así como

La ESTRELLA DE DAVID, de seis puntas, que lo fue durante la Edad Media, aunque, posteriormente, desde el XIX, tomó un significado nacional.

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