jueves, 9 de diciembre de 2010

NACIONALISMOS (2)

“El nacionalismo es como un pedo, sólo le gusta al que se lo tira”.

La frase no es mía sino de Josep Pla, escritor y periodista español en lenguas catalana y castellana. El autor más leído de la literatura en catalán. El prosista más importante de la literatura catalana contemporánea.

O sea, ¡un Don Nadie¡

En España tenemos (unos sufren y padecen mientras otros disfrutan y gozan) tres nacionalismos: Uno es exacerbado, violento y excluyente, otro bastante exótico, bastante inventado y muy interesado (más que interesante) y el tercero, sí pero no, no pero sí, ni fu ni fa, más federalista que independentista. Eso sí, todos ombliguistas.

Y todos saben a cuáles me estoy refiriendo.
En todos ellos se defiende, más o menos intensamente, dos principios:
1.- El de la soberanía nacional (la nación como la única base legítima para el estado).
2.- El de la nacionalidad (cada nación debe tener su propio estado; al tiempo que las fronteras de ambos deben coincidir.

(¿El andaluz?, mejor es no sacarlo a pasear, porque si se conociera la historia, la real (no la ocultada e inventada) de Blas Infante, “El padre de la patria andaluza”, según consta en nuestro Estatuto de Autonomía…)

Etimológicamente “nación” viene de “nacer”. La “nación” de cada uno es donde “ha nacido”, pero, luego, uno puede estar enamorado de su nación (y entonces tenemos la “patria”) o no darle tanta importancia a su lugar de nacimiento, teniendo más en cuenta el lugar donde vive.
Cuando un malagueño, un sevillano, un cordobés, un granadino,…. se encuentran lejos de su tierra, se consideran andaluces, cuando están en Andalucía se consideran “provincianos”.

Pero hay varias y variadas clases de “nacionalismos”. Que cada lector vaya calificando a cada uno de nuestros nacionalismos.

1.- Nacionalismos centrípetos (o de 1ª generación) son aquellos que intentan construir una sola nación pero cuyos habitantes están diseminados por dos o más estados distintos, siendo, en éstos, minorías generalmente discriminadas (Kurdos, Vascos españoles-franceses,…).

2.- Nacionalismos centrífugos (o de 2ª generación) son aquellos que intentan separarse del estado nación del que forman parte, siendo ya comunidades autónomas dentro de ese estado, pero que tienen características comunes (lengua, cultura, tradición, historia,…).

3.- Nacionalismos de 3ª generación son aquellos de la 2ª generación, pero que son intensamente reivindicativos de ser naciones y estados independientes.

4.-Nacionalismos económicos que son aquellos que proceden de ser antiguas colonias o países económicamente dependientes y periféricos, pero que poseyendo riquezas propias, que se encuentran en manos de países extranjeros, quieren crear empresas propias para administrar sus propias riquezas (el petróleo en Méjico y en Irán, el Canal de Suez egipcio, el cobre chileno,…).

5.-Nacionalismos étnicos o culturales, basados en una raza, lengua, cultura, tradición, territorio, historia propios y diferenciados del resto.
Tanto el fascismo como el nazismo son considerados nacionalismos étnicos.

6.- Nacionalismos religiosos, cuya base es la religión pero también con componentes étnicos (la Irlanda católica, la India hinduista, el Pakistán islámico, la Bosnia musulmana,…).

En todos ellos está presente la sensación de pertenencia e identidad de ese grupo, bien para sacar ventaja de esa pertenencia y distinción, bien por sentirse amenazado por otra nación.

(NOTA. Irlanda acaba de ser “rescatada” de la bancarrota. Una de las causas de la falsa riqueza era los pocos impuestos exigidos a las empresas que allí se domiciliaran fiscalmente.
En el País Vasco ocurrió algo parecido (pero el País Vasco ni era ni es un estado, cosa que si era y es Irlanda).
El P.N.V. acaba de pasar por caja de Zapatero y conseguir, para el Museo del Chacolí y el del Carro Chillón, a cambio de apoyar los presupuestos para el 2.011, la cantidad de 37 millones de euros, justo-justo la cantidad con que la U.E. multó a España por permitir (o no impedir) ventajas e incentivos (“vacaciones”) fiscales a empresas allí domiciliadas.)

(No le echemos la culpa a las empresas, ellas son lo que todos sabemos).

Ninguno de estos nacionalismos se da en su pureza, sino con mezcla, más o menos dosificadas, de varios o todos de ellos.

Los nacionalismos pueden adoptar, para conseguir sus objetivos, formas violentas (desde el terrorismo, la amenaza, la coacción, el chantaje,…ese instinto primero y primario, básico, primitivo, ancestral, de defender el territorio, exclusivo y excluyente, marcándolo, como el perro al mear) o formas pacíficas, desde los partidos políticos que, apoyados en los votos, exigen desde más autonomía, hasta autodeterminación e independencia.
Una de las formas reivindicativas más conocidas fue la que puso en práctica Gandhi, la “vía de la desobediencia civil” o “no violencia activa”.

Teóricos del nacionalismo español han sido Sabino Arana, Prat de la Riva, Blas Infante,…

Considero a los líderes nacionalistas ultras unos fanáticos ciegos, sin visión de futuro, que si por una parte me dan pena, por otra me producen miedo, porque son capaces de provocar incendios, con consecuencia de muertes, de lo que debería ser una candela que mantuviese calientes a los suyos.
Me dan pena y miedo sus estrechos esquemas mentales de visionarios, que demonizan al otro, al tiempo que blanden la espada de ángel exterminador, cerrando la puerta de un falso e inventado paraíso terrestre, “para que no entren los que nos quieren mal”, cuando, en realidad, es “para que no salgan los que quieran irse”.

Pero, a lo largo de la Historia, han sido muchos y muy significativos los pensadores que han criticado duramente los nacionalismos.
Iré exponiendo sus pensamientos, sin apenas meter baza. A lo más una especie de pegamento lingüístico, que pegue los ladrillos.

1 comentario:

  1. Pues eso. Un pedo. Todo un pedo lo suyo. Que lo disfrute. Y que no le huela.

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