viernes, 29 de noviembre de 2019

FLORILEGIO FILOSÓFICO: DE ESTO Y DE LO OTRO ( 1- 2 )



EL AMOR.

IRWING SINGER en su “La naturaleza del amor”, y que hace un recorrido por toda la historia, desde Ovidio y Lucrecio hasta Dante y Petrarca y toda la edad media, hasta los más modernos, desde Kierkegaard hasta Nietzsche o desde Freud a Sartre, de cómo se ha entendido el amor, bien como ideal o bien como estudio psicológico.

También esboza su propia teoría, distinguiendo entre la pasión romántica y la pasión conyugal, entre “enamorarse”, “estar enamorado” y “seguir enamorado”.

DESARROLLO CIENTÍFICO Y TÉCNICO.

Es la historia del mismo que hace Albert Jaquard en su obra “Éste es el tiempo del mundo finito”, en que, arrancando de los orígenes llega hasta nuestros días a través de los avances y retrocesos de la historia.
La humanidad ha trabajado durante siglos y, sin embargo, sigue habiendo hambre en el mundo, guerras por todas partes y muertes a cada momento utilizando la tecnología moderna para hacer más daño, más de prisa, a más personas,…

Piensa que la utopía es una buena forma de comenzar a adecuar las necesidades de la humanidad con la gestión de unos recursos limitados.
Una utopía, en el fondo, más realista que una política a menudo ignorante de que este mundo no es más que un pequeño planeta azul, con sus propios límites, en el espacio y en el tiempo.

Por eso hay que analizarlo de manera diferente y pensar en el ser humano con una mirada nueva.


UNAMUNO.

Todos tenemos ciertas nociones de Unamuno, de su carácter polémico, de su destierro por parte de Primo de Rivera, de su ilusión y su pronta desilusión por la República, incluso loando el golpe de estado de Franco para parar el declive de la República, sus principales novelas y poesías de su edad madura, de su Rectorado en Salamanca, de su muerte el fin de año del 39…
Pero pocos son los que saben que Unamuno, vasco, de Bilbao, cuando apenas contaba 15 años  (“edad en la que no se tienen esperanzas, porque no se tienen recuerdos”) envió su primer artículo a “El Noticiero de Bilbao”.

De los 15 a los 24 años publicó allí numerosos artículos de opinión, crítica histórico-literaria, cartas, traducciones y hasta un cuento.
Pero los firmaba con numerosos pseudónimos, como “Baserritar-bat” o “Peru el aldeano” (hasta 29 pseudónimos).
Son unos 50 artículos de prensa entre los que hay una traducción del inglés, de Poe, de Arrese Beitia, del vascuence, de Iraola, del latín, enfrenta Vizcaya a Castilla, apuntes de la tragedia de Séneca,…donde ya va dando muestras de su carácter, inflexible consigo mismo, atormentado, pero decidido,…

VOLTAIRE-ROUSSEAU. EN TORNO AL MAL Y LA DESDICHA.

Es el título de la obra de Alicia Villar y en el que se recoge la polémica entre Voltaire y Rousseau, dos de los más brillantes ilustrados, sobre uno de los hechos más trágicos de aquella época: el terrible terremoto que destruyó la ciudad de Lisboa en 1.755.
Fueron muchos los que escribieron sobre aquel suceso, ya que la dimensión del desastre obligó a poner en cuestión el optimismo racionalista imperante, propio de la Ilustración y la Diosa Razón.

Se recogen en el libro los dos poemas que Voltaire dedicó a esta propósito al año siguiente, 1.756: “Poema sobre la ley natural” y “Poema sobre el desastre de Lisboa”.

Al conocerlos, Rousseau le escribió, sorprendido, por el contrase entre los dos escritos y discutió las ideas contenidas en el segundo poema, extrañado por el pesimismo de Voltaire.

Dicha carta (que también aparece en el libro) permite confrontar las posturas de los dos filósofos.

FERNANDO SAVATER

Los que conocemos su obra sabemos de su optimismo humanista porque vivía a gusto en este mundo (y digo “vivía” porque desde muy poco tiempo, cuando murió su mujer, parece habérsele apagado ese optimismo).
Considera a Dios una fantasía ideal pero como realidad al hombre concreto.

Su “Diccionario de Filosofía” transcurre entre dos citas: “Vengo de no sé dónde. // Soy no sé quién. // Muero no sé cuándo. // Voy a no sé dónde. // Me asombro de estar alegre” – (palabras llenas de perplejidad, de Martinus von Biberach, la primera.

Y “…luego, liberado tanto del dios del momento como del (dios) de la eternidad, aunque sin aquel afán por quitarles fuerza a los dos, siguió el camino de un tercer poder, de un poder meramente del aquí, declaradamente mundano, y éste –qué me importa, helenos, vuestro culto al “kairós”, vuestra felicidad celestial, cristianos y musulmanes – apostó por algo que estaba en medio de los dos, por el logro de cada una de mis cosas de aquí, porque se lograra el tiempo único de la vida” (palabras tomadas del “Ensayo sobre el día logrado”, de Peter Handke, en que destaca su apuesta por esta vida).

Es un Diccionario, porque está por orden alfabético, pero no un diccionario al uso, porque ni le dedica capítulos a todos los filósofos ni a los términos-conceptos clásicos de la filosofía (ni personajes como Heráclito, Platón, Aristóteles…ni Descartes, Marx, Heidegger, Ortega…ni conceptos como hombre, verdad, conocimiento, absoluto, substancia,…)

Este peculiar Diccionario es una breve presentación de los temas y problemas que interesan a Fernando Savater, los de tema ético, político y social.

Algunos capítulos nos revelan las principales fuentes de inspiración del pensamiento de Savater (Spinoza, Voltaire, Rousseau, Nietzsche, B. Russel, Santayana y Cioran).

A cuatro filósofos admira sobre todos: a Demócrito, a Epicuro, a Spinoza y a Nietzsche.

Aunque, para él, el mejor filósofo de todos los tiempos habría sido Spinoza o Espinosa (por lo que el que esto escribe se ha dedicado a conocer y a escribir sobre este autor).


El mismo cielo y el mismo infierno para todos los humanos, desde Adán y Eva hasta el último inquilino de este planeta giratorio.

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Las musas  siempre son generosas para quien las venera; pero siempre son imprevisibles (y me viene a la mente Joan Manuel Serrat)

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