jueves, 21 de diciembre de 2017

9.- LA MASTURBACIÓN O EL "VICIO SOLITARIO" (y 2)

Yo no sé si las muchachas también se confesaban de haberse masturbado.
La verdad es que, en aquellos tiempos, cuesta imaginármelo.

Dice la RAE que masturbación es: “Estimular los órganos genitales o las zonas erógenas con la mano o por otro medio para proporcionar goce sexual”
“Acción y efecto de procurarse solitariamente goce sexual” (aunque también puede hacerse en grupo)

A la masturbación el pensamiento conservador lo denomina “el vicio solitario” (como si diera vergüenza hacerlo y no pudiera hacerse en compañía).

Igualmente en las mujeres las congestiones ováricas y uterinas, la posición de la matriz, la evolución irregular de la vulva y sus anexos, menstruaciones extremadamente dolorosas, causa de la frigidez o frialdad sexual, la fijación del placer en el clítoris,…

La excitación del clítoris se consideraba una tendencia androide (por aquello de que el clítoris es un “pene truncado o no desarrollado”) en detrimento de la tendencia vaginal, que es la deseable y sólo femenina.

“Dichas muchachas se convierten fácilmente en masturbadoras obsesivas, acaso debido a la misma frustración matrimonial. Si éstas llegaran a contraer matrimonio necesitarían más requisitos que las otras para vencer la polarización erótica clitorídea y conseguir el orgasmo vaginal”.
Así se pensaba y se escribía nada menos que en 1.966.

A partir de 1.976, cuando ya empieza una relativa difusión de la pornografía comienza a producirse una cierta liberación sexual y considerar que el orgasmo por masturbación es de inferior calidad que el orgasmo obtenido en un relación sexual en una pareja heterosexual (lo de la aceptación homosexual aún tendría que esperar).
Y comienza a considerarse el orgasmo como una forma de comunicación entre dos personas y no como una mera descarga compulsiva.

Existía un problema: “¿cómo recoger semen para un análisis en el laboratorio”?
Porque “se consideraba ilícita toda efusión seminal voluntaria que no tenga lugar en la cavidad vaginal de la mujer legítima”

Leo (y no es para reírse) que la única forma de recogida de semen, que no sea pecaminosa (por lo que no puede ser ni por la masturbación ni por “coitus interruptus” o “marcha atrás”), es a través de “un condón agujereado o “coito condomatoso con una perforación”, que al no ser absolutamente anticoncepcional, es moralmente lícito.

Claro que tiene un inconveniente porque el caucho del preservativo puede actuar de espermicida, lo que se obviaría con una recogida rápida.

Una duda que siempre le queda a uno es cómo de grande tiene que ser la perforación del preservativo.
“Hágase el agujero de suerte que la mayor parte del esperma quede depositado en el fondo vaginal y sólo se retenga una porción pequeña del mismo, de lo contrario sería anticoncepcional y sería antinatural, ilícita y pecaminosa”.

¿Cuál debería ser el tamaño ideal del agujero?

También se recomendaba el “sistema del platillo” que, como os podéis imaginar consistía en “hacer que la mujer se incorporara inmediatamente después del acto sexual, colocándose un platillo debajo en el que el sobrante que se cae se recoja y pueda mandarse a analizar”

 Y queda otra duda o pregunta: ¿qué sistema puede utilizarse para el caso de los solteros o los viudos?


Digo yo que sería sólo el de recogerlo de las sábanas tras un sueño erótico con eyaculación.

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