miércoles, 19 de febrero de 2014

7.- 14. POESÍA Y CULTURA.


 

En el principio fue la Poesía, que estuvo casada con  la Música y el fruto de su unión fue la Canción.

Pero la Poesía se sintió ofendida, porque hasta los borrachos cantaban Canciones, pero con letras vulgares, consecuencia del alcohol, arrinconando la palabra bella.

Cualquier letra servía, con tal de estar musicada. Y la música tan contenta.

La Poesía, entonces, se divorció de la Música, pero no sin antes robarle el ritmo musical y mutándolo en ritmo lingüístico.

Eso es la Poesía, ritmo lingüístico, que puede ser métrico o puede ser verso libre, pero, siempre, musicado.

La auténtica Poesía, pues, nunca podrá ser leída, como una novela, siempre deberá ser musicada, pero en palabras.

He ahí la dificultad de la poesía.

Dicen los antiguos que en el principio eran los Dioses, pero que necesitaron de los Poetas, encargados de contar y de cantar lo divino y que fueron los primeros intermediarios entre Dioses y hombres.

Y, entonces, apareció Homero, divinizando la palabra bella.

Después, la palabra se vulgarizó, apareciendo la prosa, y los poetas se independizaron de los dioses, para no mancillar su lenguaje.

Y fue, entonces, cuando aparecieron los sacerdotes, que se apropiaron de lo divino.

¡Palabra de Dios¡

Los Poetas, entonces, se convirtieron en dioses y se auto-coronaron, con ramas de laurel, el árbol sagrado.

El lenguaje poético ya era un lenguaje divino.

Luego aparecieron los Reyes, que en nombre de Dios, (“reyes por la gracia de Dios”), se consideraron elegidos y enviados para gobernar a los hombres.

Los sacerdotes monopolizaron la palabra de Dios, dogmatizando las verdades que debíamos creer y, a partir de ese momento, todos podíamos ya ser pecadores, mientras que los gobernantes se apropiaron de la conducta que Dios exigía de los hombres y todos quedamos convertidos en posibles delincuentes.

Pecadores y/o delincuentes por obra y gracia de hombres engreídos.

La conciencia y la conducta de los hombres quedaron secuestradas.

Sólo para los Poetas, dueños de la belleza, los hombres somos Libres, permaneciendo ellos Libres y cantando a la Libertad.

Ser poeta, amigo lector de estas líneas, es una cosa muy seria y quien así se autodenomina, o es un inconsciente, o es un creído, o es un genio, o es un loco.

Mi querida Mayte se sintió como aludida y me contestó que se consideraba un aprendiz de poeta.

Es verdad, no ella, todos y cada uno de nosotros, en esta vida, y mientras estamos en ella, somos siempre, y sólo, aprendices en todo.


Vuestra ventaja, poetas, es que sois capaces de aquilatar el lenguaje, pero vuestro martirio es que sabéis que aún podéis hacerlo mejor.

Ser poeta es ser distinto al resto de los mortales aunque todos usamos el lenguaje.

Pero el lenguaje cotidiano, el del hombre de la calle, el mío, es un lenguaje efímero, cambiante, perecedero, temporal, en devenir, como el mundo que contamos.

Vuestro lenguaje, amigos poetas, el lenguaje poético, la palabra poética, aspira, tiene pretensión de eternidad, vale para ayer, hoy y mañana.

Porque vosotros, los poetas, nunca os quedáis en la superficie, ahondáis, pretendéis, captar y cantar las entrañas de la realidad, lo que permanece.

El poeta es un buzo de la realidad, los demás a lo que podemos llegar es a ser simples nadadores.

En esta tarea de eternidad acuden en vuestra ayuda las Musas (cuando no están de vacaciones con Joan Manuel Serrat).

Si la Verdad es el alimento de la inteligencia y la Bondad lo es del corazón, la Belleza, la Estética, es vuestra propiedad privada, inalienable, en la que estáis instalados y somos muchos a los que nos gustaría acceder pero nuestra rusticidad nos lo impide.

La Poesía nada tiene que ver con la verdad científica.

El Poeta, Libre, puede decir, sin ruborizarse: “Tus ojos de azabache y la miel de tus labios ciegan mi entendimiento y alimentan mi corazón, pellizcando mi alma”.

El científico NO puede decir eso.

Yo, que soy enemigo declarado de las cuotas, en cualquier actividad, hace tan sólo unos días, y como todos los años, en la víspera de San Valentín, 100% de mujeres: María, Amalia, Mayte, Maruja y Corona. Cinco  Mujeres. Cinco. De A.M.A.D.U.M.A (Amigos Mayores de la Universidad de Málaga) Maravillosas todas ellas, cantoras del Amor y/o Desamor y que nos han deleitado con una velada poética, coordinadas por el compañero, y sin embargo amigo, Nono Villalta.

Hoy, que los científicos se encuentran enfrascados y liados en descifrar la doble hélice.

Hoy que la religión está en horas bajas, por la competencia entre los dioses.

Hoy que la política está por los suelos, por la incompetencia de los hombres.

Hoy, todavía, nos quedan los Poetas.

2 comentarios:


  1. Amigo Tomás, me ha encantado tu escrito del blog. Yo, otra aprendiz de poeta como dice Mayte, piensa que tu Descartes, que bien podría haber dicho no descartes nada en lugar de pienso luego existo, solo dijo esto último. La poesía es un pensar para existir, un modo de reflexión que ocupa una doble existencia; la del ser que escribe y la de la escritura. Se escribe poesía porque hay alguien que tiene algo que decir, o se siente sól@ y sale de su solipsismo en la libertad vigilada de las palabras, porque un hombre se enamora y una mujer quizá lo espera y espera un lenguaje transformado y buceamos como tú dices en la realidad que nos rodea y escribimos poesía por nostalgia, tristeza o felicidad, sin que necesariamente los estados de ánimos coincidan y terminen reflejándose con claridad en la página, lugar idóneo para aplicar a la existencia imperfecta un deseo imaginado. Gracias por actualizarnos con tus contenidos poéticos y nombrarnos en tu escrito: “Poesía y Cultura”.
    Un abrazo, Maruja.

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  2. Tomás, me ha gustado mucho esta buenísima reflexión sobre la poesía a través de la historia hasta nuestros tiempos. Y el mejor de los homenajes a María, Amalia, Mayte, Maruja y Corona que nos brindaron su saber decir con las palabras. Sin olvidarnos de Nono que tan bien supo hilvanar prosa y poesía.

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