miércoles, 17 de julio de 2013

ÉTICA Y POLÍTICA (1) EL CANDIDATO

 

“Candidato” viene de “cándido”, que significa “blanco, puro, in-corrupto, no contaminado, no manchado, in-maculado,….”.

1.- En la antigua Roma, aquellos individuos que deseaban aspirar a ocupar cargos públicos se preocupaban, desde temprana edad, por emprender acciones nobles que les dieran reputación, prestigio y honor a fin de gozar de credibilidad y confianza de la gente con la que vivía y convivía.

Estos individuos, en el momento de proponerse para un cargo por elección, se vestían de blanco, pues este color simbolizaba “pureza” y que, a la vez, se traduce por “candidez”, no en el sentido de ingenuidad e infantilismo, sino porque el aspirante debía ser el más puro, el totalmente limpio, el libre de sospecha, el que es “blanco”, el “cándido”, el mejor.

Y así, el “cándido” pasaba a ser “candidato”, a prueba de sospecha, el “integro”, el de fiar….

3.-  En las antiguas culturas mexicanas para elegir al gobernante, primero congregaban a un número de jueces formado por hombres sabios, ancianos, notables, quienes debido a su edad poseían la prudencia y experiencia necesaria para saber elegir al candidato más idóneo que supiera guiar y educar a su pueblo.

Este consejo de ancianos deliberaba y concertaba antes de elegir. Para tal elección se tomaban en cuenta las siguientes cualidades: el elegido debería ser virtuoso, respetado, debería de tener nobleza, no debería amar en exceso la vida, no debería dejarse adular, corromper ni sobornar, debería ser restaurador e impulsor de las tradiciones de su pueblo, con pleno uso de sus facultades, prudente, valiente, de buena y recta educación, de buen hablar, de buen oír, que supiera estimar a la gente y que poseyera "rostro y corazón".

Para el elegido existían ceremonias destinadas a recordarle los deberes hacia su pueblo: “Se conducía al nuevo dignatario (futuro rey) a una parte del templo, donde permanecía. Se sentaba de día en el desnudo suelo, y sólo por la tarde se le daba una estera para reclinarse; por la noche iba al sagrario a horas fijas para quemar incienso, y los cuatro primeros días no dormía más que algunas horas. Cerca de él había guardias que cuando se adormecía le punzaban las piernas y los brazos con espinas de maguey, dirigiéndole estas palabras:

         “Despiértate, tú no debes dormir, sino vigilar y cuidar de tus vasallos, no subes al trono para descansar, el sueño ha de huir de tus ojos, que necesitan estar abiertos para velar sobre el pueblo”.

De esta manera, quien resultaba elegido era un hombre de cualidades muy grandes por lo que era querido, admirado y respetado por su pueblo. Precisamente, como era considerado el mejor, se subordinaban a su mandato y le mostraban lealtad.”

Era el “candidato” perfecto.

3.-  En la antigua China (siglo V a. c.) el sabio Confucio se dedicó a enseñar la importancia de la virtud en los gobernantes. A continuación un ejemplo de una enseñanza: “En cierta ocasión un discípulo hizo la siguiente pregunta: ¿Cómo hacer para enseñar a los hombres que cuando uno adquiere la virtud, se adquiere el verdadero poder personal? El maestro, tomando su bastón y dibujando círculos dentro de otros círculos en la arena, dio la siguiente lección:

            Cuando los antepasados deseaban ilustrar la virtud a través de reino, primero ordenaban sus propios estados. Deseando ordenar bien sus estados, primero organizaban a sus familias. Deseando organizar a sus familias, primero cultivaban su persona. Deseando cultivar su persona, primero cambiaban sus corazones. Deseando cambiar sus corazones, primero buscaban ser sinceros en sus pensamientos. Deseando que hubiera sinceridad en sus pensamientos, primero buscaban el conocimiento verdadero dentro de su alma”.

Mirando a los círculos, la luz de la comprensión comenzó a brillar en los ojos del discípulo. Y antes de que pudiera hacer otra pregunta, el maestro continuó:

“Habiendo buscado el verdadero conocimiento en su alma, llegaron a ser sinceros en sus pensamientos. Por la sinceridad de sus pensamientos, cambiaron sus corazones. Cuando sus corazones cambiaron, sus personas se transformaron. Cuando sus personas se transformaron, sus familias quedaron bien organizadas. Cuando sus familias quedaron bien organizadas, sus estados fueron bien gobernados. Cuando sus estados fueron bien gobernados, el reino estuvo en paz”.

Al terminar, el maestro se levantó y se fue a su trabajo. El estudiante, asombrado por la enseñanza, cerró los ojos y se quedó meditando en las palabras de Confucio.

Era el “candidato” perfecto.

Estos ejemplos muestran que en las culturas antiguas, aún en épocas y lugares diferentes no había ninguna duda respecto a la importancia y vinculación de la ética en política. Tenían claro que quien ejerciera la política debía contar forzosamente con una formación acompañada de valores para poder tener un gran sentido de justicia.

4.- Examinemos, ahora, a nuestros “candidatos” a gobernar.

No se trata tanto de estar limpio, de ser “cándido”, como de que “no se vean las máculas”.

“Lo que no se ve no existe” –parece que opina tanto el candidato a gobernar como el partido por el que se presenta.

En nuestra política actual, en todos los partidos políticos, lo que existe es una “endogamia” atroz, negociando entre ellos, previamente, los cargos venideros si el “candidato”, por ellos propuesto, resulta elegido.

El partido “lo propone”, pero no “nos lo propone”. Lo “dispone” y nos lo “impone”

No somos libres para elegir a ese, como candidato, o a otro. Es el partido el que lo “ha arropado y vestido de blanco”, como el mejor “candidato”.

En nuestra España (supongo que en todas las naciones será algo por el estilo), casi se nace para candidato, porque desde pequeño, ya desde estudiante, se capea en las organizaciones estudiantiles, en el Instituto y en la Universidad, siempre cobijados a la sombra del poder.

Y de sombra en sombra se llega a habitar e instalarse a la sombra principal, la del partido.

¿Cuáles han sido sus méritos?

Uno de ellos, y fundamental, es “no moverse” demasiado para poder salir en la foto.

Otro mérito es “la obediencia ciega” a los órganos de dirección del partido, desde dar la cara como bombero a apagar fuegos internos como darla como pirómano de los otros partidos rivales.

Trabajar para el partido.

Sólo así se consigue salir bien colocado en la próxima lista electoral de cualquier ámbito, local, regional, nacional o europeo.

Si a mi dieran la opción de elegir a los “candidatos” malagueños y su colocación en una lista electoral, no sé si algunos de los dispuestos/propuestos/impuestos por el partido coincidirían con los míos.

¿Hay, en nuestra España, alguna organización social (Partido Político, Sindicato, Patronales varias, Asociaciones,….) que no hayan estado o estén financiándose de manera irregular, es decir “ILEGALMENTE”?

¿Alguien Creerá (ese no seré yo) que no es INMORAL?

La estrategia SIEMPRE es la misma. “Que no se sepa” y si se sabe responder con el “Y TÚ, MÁS”. Que es una confesión de que “YO TAMBIÉN”, aunque “un poquito menos”.

Parece que “es de tontos obrar éticamente” porque “si todos lo hacen….”. Como si éste fuera un argumento.

Pero lo “que me jode” es que, haciéndolo quienes tienen el poder de legislar, legislen, siempre, en contra mía, “jodiéndome”, subiéndome los impuestos o las tasas (lo que me da igual que me da lo mismo).

¿Hay, en esta mi España, alguna organización “CÁNDIDA”, que no infle las cifras, de socios o de pérdidas, para conseguir alguna subvención?

“Lo que no se ve no existe”

Es una  “democracia morbosa”, la que padecemos.

Una “democracia” en la que el “pueblo” no decide, no elige a sus candidatos, que lo representen. Es la dictadura de los partidos quienes deciden a qué candidatos hay que votar.

“No penséis –parece ser el mensaje- nosotros pensamos por vosotros. Vosotros sólo obedecer”.

De infausto recuerdo.

1 comentario:

  1. O sea, que ni para la antigua Roma, ni para los estados mexicanos, ni para la antigua China tenemos nosotros personas aptas para ser "candidatos" a nada. Solamente a chorizos, nada más. Que pena...

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