viernes, 19 de julio de 2013

ÉTICA Y POLÍTICA (2): LA DESOBEDIENCIA CIVIL


No hay mayor “injusticia” que la “justicia legal” cuando la “ley” es o ha devenido a ser “injusta”.

Se impone, entonces, la Desobediencia Civil.

Que no es “ir contra el sistema”, sino “corregirlo, modificarlo, depurarlo”.

Supongo (y espero) que mis antiguos alumnos recuerden a aquel filósofo que nació hace, nada más y nada menos, que 2.500 años, a Aristóteles.

Distinguía los cuatro tipos de Justicia:

1.- Justicia Conmutativa (igual para todos). El precio de los boquerones, en el mercado, o el paquete de tabaco, en el estanco, valen igual para u profesor que para un alumno.

2.- Justicia Distributiva (darle a cada uno lo “justum”, lo justo, lo “suyo”, lo que se merecen. Y si se merecen más o menos habrá que darles más o menos. Sólo podrán presentarse a oposiciones de profesor de Instituto los que sean Licenciados Universitarios. A los que no le sean no se les puede conceder esa posibilidad, porque no se la merecen, no han conseguido mérito para ello.

3.- Justicia Penal (penalizar los delitos con una pena acorde con el delito cometido, ni demasiada, ni demasiada poca. No se podrá penalizar con la condena a muerte (pena) por haber robado una gallina (delito), pero tampoco podrá penalizarse con 100 euros (pena) al que haya robado miles o millones de euros).

4.- Justicia Legal (la justicia “perfecta” cuando la “ley es justa”), bastará con cumplir la ley.

Pero ¿y si “la ley es injusta”?. Entonces no existe la “justicia legal” y se impondrá la “Desobediencia Civil”, que (como he escrito más arriba) no trata de “ir contra”, de “cargarse” el sistema, sino de “corregirlo, de depurarlo”.

El “indignado anti-sistema” está “indignado ante ÉSTE sistema” al que considera “injusto”.

Desobediencia Civil ¿por qué?

Y tengo que volver atrás, a Aristóteles, que definía la ley como:

         “Orden (no consejo) Racional (no irracional ni anti-racional), dirigida al Bien Común (no al Bien Individual ni Particular, lo que sería un “privi-legio” (una ley privada)) dada por la Autoridad Competente (no yo, ni tú, sino el Poder Legislativo, el Parlamento) y suficientemente promulgada (comunicada, publicada, poder sea conocida por los ciudadanos, bien a través del B.O.E. o por otro medio legal).

La Ley Hipotecaría, (creo que desde siempre pero sobre todo en los últimos años y en la actualidad) ha sido o a devenido a ser un “privi-legio”, una ley privada por la que siempre salen favorecidos los mismos.

Me recuerda la anécdota que, más de una vez, he contado:

La de aquellos dos cazadores que, tras una jornada de caza” solo cobran dos piezas: una perdiz y un cuco.

Entonces, a la hora de echar a suertes lo cazado, el más listo/espabilado propone el método de tirar la moneda al aire y: “si sale cara, para mí la perdiz y para ti el cuco, y si sale cruz, para ti el cuco y para mí la perdiz”.

El otro, el ingenuo (pero no tonto) se queda pensando y responde:

“No sé cómo te las arreglas que siempre te sale para ti la perdiz y para mí el cuco”.

Así son los Bancos, a los que siempre les toca la perdiz, ganar. Si los pisos suben, porque suben, y si bajan, porque bajan y, entonces, además, puedo desahuciarte, echarte a la calle y poder vender tu piso a precio de ganga, aunque ya hayas pagado gran parte de él. Y todo eso, LEGALMENTE.

Esto es los INDIGNANTE, que el Poder Legislativo, no cambie la Ley Hipotecaria, que siga siendo un “privi-legio” y que le toque, siempre, la perdiz a la Banca.

¿Habrá contribuido la Banca a la financiación irregular del partido gobernante y “do ut des” (“te doy para que me des”)?

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