jueves, 4 de julio de 2013

EL MÉTODO CIENTÍFICO EN GALILEO.


Podríamos resumirlo en 6 pasos:

1.- RECHAZO DEL CRITERIO DE AUTODIDAD.

Sea la autoridad una sola persona (Aristóteles) o sea el “consensus omnium” (el consentimiento universal o de la gran mayoría). Contra lo comúnmente admitido, no es necesario, para filosofar, apoyarse o partir de una opinión previa, sea seguida por pocos o por muchos.

         “La cantidad de tontos, es decir, de aquellos que no saben nada, es infinita; muchos son los que saben poquísimo de filosofía; pocos son los que saben alguna cosilla; poquísimos los que saben una pequeña parte, y un solo Dios el que la conoce toda”.

Por lo tanto, el que una teoría (por ejemplo, el aristotelismo) tenga muchísimos seguidores, lo único que demuestra  es que tiene un número enorme de imbéciles que la aceptan.

2.- NECESIDAD DE UNA OBSERVACIÓN RIGUROSA DE LOS FENÓMENOS.

Observación que tiene que ser reiterada una y otra vez.

En defensa de la “Observación” y en contra de la “Autoridad”

         “Si Sarsi (el padre Grassi) quiere que yo me crea que los babilonios cocieran los huevos haciéndolos girar velozmente con su honda, yo me lo creeré, pero diré también que la razón de dicho efecto está muy lejos de ser la que, generalmente, se le atribuye; y que para conocer la verdadera causa yo haría el siguiente razonamiento: “si a nosotros no nos sucede un efecto que sucedió a otra gente, en otro tiempo, es necesarios que nosotros, en nuestro actuar carezcamos de aquello que fue la causa del logro de aquel efecto, y que, no faltándonos a nosotros más que una sola cosa, dicha cosa sea la causa verdadera. Ahora bien: a nosotros no nos faltan ni los huevos, ni las hondas, ni los hombres robustos que las hagan girar, pero, sin embargo, los huevos no se cuecen; es más, si los pusiéramos calientes en la honda, veríamos que se enfriarían con mayor rapidez; y,  puesto que no nos falta más que ser de Babilonia, ha de concluirse que “el ser babilonia” es la causa del cocimiento del huevo, y no la fricción con el aire, que es lo que yo querías probar. ¿Es posible que Sarssi, al abrir una puerta no haya notado cuánto fresco le aporta a la cara ese continuo cambio de aire? ¿Y si lo ha sentido, querrá él dar más crédito a las cosas de hace dos mil años, acaecidas en Babilonia y relatadas por otros, que a las que él mismo siente? (Il saggiatore).

(Nota. El Padre jesuita Horacio Grassi publicó “Libra astronomica et philosophica”, en el que defendía la teoría astronómica aristotélico-ptolemaica y el argumento de autoridad. Esta obra sacó a Galileo de sus casillas y le contestó con “Il saggiatore” (“El pesador de oro”), en el que, al tiempo que defiende el copernicanismo se burla, con fina ironía de Grassi)

Texto irónico donde los haya.

3.- HACER REPETIDAS EXPERIENCIAS DEL FENÓMENO ESTUDIADO PARA SEPARAR LO ESENCIAL DE LO ACCIDENTAL.

Es decir, para simplificarlo.

4.- FORMULACIÓN DE LA HIPÓTESIS EXPLICATIVA DEL FENÓMENO.

5.- Una vez comprobada la hipótesis, FORMULACIÓN DE LA MISMA EN CALIDAD DE LEY.

6.-FORMULACIÓN MATEMÉTICA DE DICHA LEY.

Hasta que un fenómeno no ha sido expresado en una ley matemática, en una ecuación matemática, dicho fenómeno no puede considerarse conocido científicamente.

De ahí su famosa afirmación de que “el que quiera leer en el libro de la naturaleza tendrá que conocer las matemáticas, ya que el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático”

Es lo mismo que había expresado Leonardo da Vinci: “Ninguna certeza y seguridad hay donde no hay matemáticas o donde no pueden aplicarse las matemáticas”.

Que, nada menos que, Max Born diga de este método que “la actitud científica y los métodos científicos de la investigación experimental y teórica han permanecido constantes desde la época de Galileo a través de los siglos y, sin duda alguna, seguirán permaneciendo”

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