martes, 26 de septiembre de 2017

NIETZSCHE MISÓGINO (4-3) LA MUJER, PROSTITUTA

 

3. PROSTITUTA PARA SATISFACER AL HOMBRE.

"Una población de obreros necesita buenas casas de putas2.

Para la consecución del superhombre, super-perfecto, se requiere seleccionar los componentes del matrimonio (institución únicamente reproductiva, sin que en él entre el amor o la realización personal), para los demás están las prostitutas, y los otras relaciones sexuales estériles.

"Que sólo se casen: 1.- Con una finalidad de evolución superior y 2.- Para dejar frutos de tal humanidad.
Para todos los demás basta el concubinato, impidiendo la fecundación.
Tenemos que terminar con todas esas solemnes ligerezas. ¡Esas pavas no tienen que casarse! ¡Tiene que haber menos matrimonios!
¡Id a las grandes ciudades y preguntaos si ese pueblo tiene que reproducirse! 
¡Que vayan a sus putas!

¡La prostitución no es sentimental!

No se tiene que dar la ofrenda a las damas o a la bolsa judía, sino a la mejora de la raza.
Y no se juzgue falsamente esa ofrenda: las prostitutas son honorables y hacen lo que les gusta y no arruinan al hombre por “el lazo del matrimonio” - ¡qué ahogo!"
.
Esta sarcástica diatriba es tergiversada como si Nietzsche honrara las prostitutas, y hay quienes quisieran hacerlo el santo patrono de la "profesión".
Pero esa y otras  frases de Nietzsche sobre las prostitutas lo delatan como un cínico que las explota y nada más, nada más si es que no contrajo la sífilis de joven en Bonn o Leipzig (es lo que yo siempre había creído), de haber sido como decrépito prematuro en Niza o Génova ya hubiera sido demasiado tarde.

Para Nietzsche las mujeres prostitutas son esclavas a disposición de la satisfacción del instinto de los hombres, la prostitución es una salida de las no aptas para la eugenesia, que es la reproducción mejorada programáticamente.

Y ahorran al hombre el que tenga que esclavizarse a las mujeres con el matrimonio.

Este desprecio y utilización interesada de las prostitutas le lleva a odiar a Jesús de Nazaret, quien se hace amar de todas las mujeres, incluidas prostitutas, y que promueve un movimiento revolucionario popular pietista de baja ralea, formado por "mujeres, pecadores, publicanos y enfermos".


Nietzsche desahoga su odio a una cultura que favorece esa calaña de "prostitutas, pecadores, pescadores, pueblo necio", y sin embargo Nietzsche se entusiasma con "Las leyes de Manu" que, según su peculiar tergiversación, segregan y utilizan a las esclavas de castas discriminadas para que no se reproduzcan.

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