domingo, 30 de agosto de 2020

FLORILEGIO 19 ( y 5 ) EL HOMBRE: ANIMAL VULNERABLE



EL ANIMAL VULNERABLE.

Así define al hombre Juan Masiá Clavel en un libro con este mismo título.

¿Cuántas definiciones se han dado del hombre a lo largo de la historia desde el “animal racional” de Aristóteles?
Pero es que, en la situación cultural y filosófica que está tocándonos vivir, parece que de “racional” tiene poco este “animal” (viviente sensible).

Todas las guerras se han hecho alegando “racionalidad”, hasta las dos guerras mundiales del siglo XX y las que, al día de hoy, están desarrollándose, y para ello basta con oír a los distintos intervinientes, desde los que razonan alegando “legítima defensa” a los que alegan “peligros a evitar” y/o buscar la paz (tapando los intereses ocultos de arrebatarles sus riquezas en forma de petróleo o de lugares de vigilancia para defensa.

El hombre, en su actuar bélico, no sólo miente, sino que quiere engañar en una situación de perplejidad y desconcierto u una actitud autojustificadora.

De esta presente y continua “fragilidad” del ser humano proviene la “vulnerabilidad” del título de la obra.

Porque así es el ser humano: capaz de destruirse a sí mismo y a sus congéneres y capaz de destruir su mismo ecosistema.

El subtítulo de la obra es: “invitación a la filosofía de lo humano” y es de lo que trata el libro.

El hecho mismo de interrogarse es ya una manera de pensar, de filosofar.

Preguntarse por las incertidumbres de este animal humano aunque no se encuentren respuestas totales, cabales, exactas,…eso es filosofar, preguntarse y buscar respuestas.

Si la Antropología abstracta pregunta “qué es el hombre”, una “filosofía de lo humano concreto”  pregunta “quién soy yo” o, mejor “quiénes somos nosotros” en este clima de incertidumbre ante la pluralidad y complejidad de los saberes.

Contamos con una amplia gama de saberes sobre lo humano sin poder predecir qué respuesta daremos a este animal humano que ha desarrollado tanto sus capacidades que surgen nuevos y serios interrogantes cuyas respuestas superan a los saberes de que disponemos.

Somos capaces de manejar la energía nuclear, el control del comportamiento, la ingeniería genética, la inteligencia artificial,… ¿cómo responderemos? ¿Cómo utilizaremos tales poderes?

Es el reto de la reflexión filosófica: nuestras capacidades, nuestras fragilidades, nuestras responsabilidades.

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