domingo, 3 de enero de 2016

CON LOS AÑOS A CUESTAS (1)

        Antiguamente se decía que la Historia de la Humanidad era la Historia del Descubrimiento de la Verdad. Hoy, los científicos, afirman que la Historia de la Humanidad es la Historia de los errores que se han cometido pero que, al ser conscientes de que son errores, al saber que se han equivocado, han intentado corregir y superar y, así, se han acercado más a la verdad.

        No se va, pues, a la Verdad. Se va huyendo del error, porque éste va en perjuicio del hombre, y el hombre, lo que quiere es no tener problemas o, mejor, solucionarlos cuando se le presenten, incluso poder preverlos para que no aparezcan.

        Nuestra primera intención no es tener, acaparar cosas, sino solventar necesidades, resolver los problemas.

        Pero si uno quisiera hablar como hombre, a secas, y no como científico, diría que la Historia de la Humanidad es la Historia de los Terrores y de las perplejidades que esos terrores le han suscitado.

        Terror, más que Miedo, es lo que el hombre primitivo sentía, en primer lugar de y ante las fuerzas de la naturaleza, algo inexplicable para él.

¿Por qué, de dónde, esos truenos, esos relámpagos, esos rayos, esos vientos huracanados, esos temporales o esas sequías?.
¿Por qué?, ¿De qué o de quién?. ¿Cómo huir de ellos y ponerse a salvo?.
¿Cómo preverlos?. ¿Cómo anularlos o contrarrestarlos?.
No lo sé/no lo sabía. He ahí el problema. Y como no lo sé/no lo sabía, para acallar mi/su intranquilidad, para darle salida a mi/su perplejidad, para tranquilizar, en un primer momento, mi/sy agitación psíquica, por eso Creo/Creía.

Cuando no se sabe, se cree. “Lo que se cree no se sabe, lo que se sabe no se cree”. Así que, ¡vengan dioses a mí¡.
El dios de la lluvia, el dios sol, el dios del viento,….vengan dioses.
Además, sacrificios, ofrendas y rezos para acallarlos y hacerlos propicios. Para calmarlos. Porque todos esos fenómenos son la manifestación de un cabreo divino.

        Pero Terror, también, al bárbaro, al extranjero, que invade o puede invadir mis tierras, y puede quitarme mi casa, y robarme mis bienes, y apoderarse de mi mujer y de mis hijos. Incluso puede matarme.
        Si lo primero fue un miedo a Lo Otro, ahora es un miedo, un terror, a Los Otros.
        Pero también es Miedo, Terror, a la peste. ¿Por qué?. Terror a los brujos, terror a la pobreza, a la guerra, al hambre. ¿por qué?, ¿por qué?.
       
Cuando el hombre no sabía, apenas podía, por eso creía.
        Nosotros, hoy, no creemos que el sarampión, que la gripe, las guerras, la pobreza, las tormentas, los terremotos,… se solucionen con oraciones, con novenas y sacrificios.

        El médico, el diálogo entre los contendientes, la solidaridad, la ciencia,…todos ellos, productos humanos, son las soluciones a esos problemas humanos.

        Las oraciones nunca estarán de más, pero ni son necesarias, ni mucho menos suficientes.
        Es como con los amantes. Para los amantes, los regalos entre ellos, ni son necesarios, ni son suficientes, pero nunca están de más.
        Todo lo que el hombre ha hecho para apaciguar, para disminuir o desterrar todos esos Terrores, es a lo que denominamos Progreso.
        Las vacunas, el diálogo y los tratados, el 0,7% del P.I.B. de cada nación, la enseñanza y la cultura, los pararrayos,, los materiales antisísmicos para la construcción,….Todo eso es Progreso. Que no se nos ha sido revelado, sino que es a lo que nosotros hemos llegado con el eterno método de ensayo/error.
        Progreso Material.
       
Otra cosa será el Progreso Moral.

        De que Sabemos más, de que Podemos más, nadie lo duda (no tenemos más que mirar el mundo de nuestros abuelos). Pero ¿Somos mejores que los antiguos?.
¿Van paralelos, de la mano o abrazados, el Progreso Material y el Progreso Moral?.
                                                                
        Hoy podemos afirmar que si queremos conocer las entrañas de una época concreta no tendríamos más que saber cuáles eran sus miedos. Sólo así comprenderíamos sus ideas, sus creencias, sus ritos, sus artilugios o artefactos.


        En nuestro mundo occidental, en nuestra sociedad desarrollada, hoy, ahora, aquí, hay un miedo, un terror, que la traspasa de punta a punta. Es el miedo a la VEJEZ.

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