Antiguamente se decía que la Historia de la Humanidad era la Historia del
Descubrimiento de la
Verdad. Hoy , los científicos, afirman que la Historia de la Humanidad es la Historia de los errores
que se han cometido pero que, al ser conscientes de que son errores, al saber
que se han equivocado, han intentado corregir y superar y, así, se han acercado
más a la verdad.
No se va, pues, a la Verdad. Se va huyendo del error, porque éste va
en perjuicio del hombre, y el hombre, lo que quiere es no tener problemas o, mejor,
solucionarlos cuando se le presenten, incluso poder preverlos para que no
aparezcan.
Nuestra primera intención no es tener, acaparar cosas, sino
solventar necesidades, resolver los problemas.
Pero si uno quisiera hablar como hombre, a secas, y no como
científico, diría que la
Historia de la
Humanidad es la
Historia de los Terrores y de las perplejidades que esos
terrores le han suscitado.
Terror, más que Miedo, es lo que el hombre primitivo sentía,
en primer lugar de y ante las fuerzas de la naturaleza, algo inexplicable para
él.
¿Por qué, de dónde, esos
truenos, esos relámpagos, esos rayos, esos vientos huracanados, esos temporales
o esas sequías?.
¿Por qué?, ¿De qué o de
quién?. ¿Cómo huir de ellos y ponerse a salvo?.
¿Cómo preverlos?. ¿Cómo
anularlos o contrarrestarlos?.
No lo sé/no lo sabía. He ahí
el problema. Y como no lo sé/no lo sabía, para acallar mi/su intranquilidad,
para darle salida a mi/su perplejidad, para tranquilizar, en un primer momento,
mi/sy agitación psíquica, por eso Creo/Creía.
Cuando no se sabe, se cree.
“Lo que se cree no se sabe, lo que se sabe no se cree”. Así que, ¡vengan dioses
a mí¡.
El dios de la lluvia, el dios
sol, el dios del viento,….vengan dioses.
Además, sacrificios, ofrendas
y rezos para acallarlos y hacerlos propicios. Para calmarlos. Porque todos esos
fenómenos son la manifestación de un cabreo divino.
Pero Terror, también, al bárbaro, al extranjero, que invade o
puede invadir mis tierras, y puede quitarme mi casa, y robarme mis bienes, y
apoderarse de mi mujer y de mis hijos. Incluso puede matarme.
Si lo primero fue un miedo a Lo Otro, ahora es un miedo, un
terror, a Los Otros.
Pero también es Miedo, Terror, a la peste. ¿Por qué?. Terror
a los brujos, terror a la pobreza, a la guerra, al hambre. ¿por qué?, ¿por
qué?.
Cuando el hombre no sabía,
apenas podía, por eso creía.
Nosotros, hoy, no creemos que el sarampión, que la gripe, las
guerras, la pobreza, las tormentas, los terremotos,… se solucionen con
oraciones, con novenas y sacrificios.
El médico, el diálogo entre los contendientes, la
solidaridad, la ciencia,…todos ellos, productos humanos, son las soluciones a
esos problemas humanos.
Las oraciones nunca estarán de más, pero ni son necesarias,
ni mucho menos suficientes.
Es como con los amantes. Para los amantes, los regalos entre
ellos, ni son necesarios, ni son suficientes, pero nunca están de más.
Todo lo que el hombre ha hecho para apaciguar, para disminuir
o desterrar todos esos Terrores, es a lo que denominamos Progreso.
Las vacunas, el diálogo y los tratados, el 0,7% del P.I.B. de
cada nación, la enseñanza y la cultura, los pararrayos,, los materiales antisísmicos
para la construcción,….Todo eso es Progreso. Que no se nos ha sido revelado,
sino que es a lo que nosotros hemos llegado con el eterno método de
ensayo/error.
Progreso Material.
Otra cosa será el Progreso
Moral.
De que Sabemos más, de que Podemos más, nadie lo duda (no
tenemos más que mirar el mundo de nuestros abuelos). Pero ¿Somos mejores que
los antiguos?.
¿Van paralelos, de la mano o
abrazados, el Progreso Material y el Progreso Moral?.
Hoy podemos afirmar que si queremos conocer las entrañas de
una época concreta no tendríamos más que saber cuáles eran sus miedos. Sólo así
comprenderíamos sus ideas, sus creencias, sus ritos, sus artilugios o
artefactos.
En nuestro mundo occidental, en nuestra sociedad
desarrollada, hoy, ahora, aquí, hay un miedo, un terror, que la traspasa de
punta a punta. Es el miedo a la
VEJEZ.
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