viernes, 22 de enero de 2016

CON LOS AÑOS A CUESTAS (11). LOS ACHAQUES

¿Y qué decir de la enfermedad de las personas mayores?

Con el funcionamiento, todos los mecanismos se desgastan o se desencajan o se rompen. Y nuestro cuerpo es una máquina.

Deben ser normales los achaques, los fallos, las enfermedades. Pero la sociedad no ve igual la enfermedad del joven que la del mayor.
En el joven, una vez suprimida, se reincorporará a la carrera competitiva productivista.
En los mayores no ocurre así, se cure o no, ya está fuera de la cadena productiva.
Por eso, un joven “PUEDE” estar enfermo; un viejo “ES” enfermedad, gravosa para la sociedad.

Y está bien que al viejo le funcione la cabeza, pero la presencia del pensamiento nunca compensa del todo la ausencia de otras facultades (movilidad, artrosis, aparato respiratorio, procesos reumáticos, próstata,…)

Pero, como hemos dicho antes del amor, la enfermedad no existe, sino enfermedades.
Y “el enfermo” no existe, sino enfermos concretos.
Enfermedades concretas en enfermos concretos.
Y, aquí, cada uno es un mundo. La misma enfermedad es llevada de distinta manera por uno u otro enfermo.

Una cierta dificultad para caminar en Pedro, que tiene 18 años, no es igual que en Pablo, que ronda los 82.

El insomnio, en un joven, es una patología, en la vejez, no tanto.

Dicen que el joven duerme profundamente porque apenas tiene algo que recordar, mientras que el viejo necesita robarle horas al sueño para sentirse vivo paseando por la memoria.
Son tantos los recuerdos, tantas las experiencias acumuladas, que el mismo sueño le suele angustiar, por eso renuncia a él.

Quiere sentirse vivo. Incluso el descanso es un duermevela.
Es normal que el viejo dé cabezadas en cualquier momento del día.

Lo normal en un coche, al usarlo constantemente, es que un día se pinche una rueda, otro día se le vaya la batería y otro día haya que cambiar las bujías o un intermitente.
Es lo normal.

Igualmente ocurre en y con nuestro cuerpo, es normal, que algo falle, lo importante es que no sea el motor.
Será la próstata o la vagina, el estómago que se resiente, la tensión, la glucemia o el colesterol que se sube por las nubes.
Es lo normal.

Es normal que en un tejado viejo haya alguna gotera, habrá que retejarlo y seguir bajo techado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario