lunes, 6 de septiembre de 2010

MEDIEVALIZACIÓN DE OCCIDENTE.

Desde mis tiempos de estudiante yo conocía a Nicolás Berdiaeff por dos de sus obras, entonces en boga: “El cristianismo y el problema del comunismo” y “El cristianismo y la lucha de clases” (los tengo llenos de polvo archivados en el cuarto trastero). Pero no conocía “Hacia una nueva edad media”.
Estamos hablando de los años 30, de un ruso, anticomunista, expatriado, marxista en un principio, porque sólo veía en él el aspecto pragmático, la defensa del obrero esclavizado por el capital,…., antizarista, con un espíritu crítico y libre, que le pega puyazos a la iglesia ortodoxa rusa, pero que, después, critica al bolchevismo, (contra el que publica “Filosofía de la desigualdad”), desterrado a Siberia, obligado a errar por Europa y que morirá en París.
Ideológica y filosóficamente queda inscrito en lo que pudiéramos llamar “existencialismo personalista cristiano”

Ya en los años 30 avisa de la medievalización de la sociedad.
Lo mismo que hará Umberto Ecco en los años 70, previniendo a la sociedad de lo que le está viniendo encima, una nueva Edad Media. La nueva embestida de los países islámicos, provenientes de oriente y del sur, religiosos fanáticos, que emprenden una nueva cruzada, pero, en este caso, al revés, contra el Occidente laico, científico y tecnológico.

¿Estamos en trance de asistir a una nueva medievalización del mundo Occidental?. ¿Corremos el peligro de volver a tiempos pasados, de descorrer el camino recorrido desde la Edad Media, tras haber pasado por la fase de ruptura renacentista y haber proclamado el triunfo de la Diosa Razón sobre el Dios de la Creencia y haber desarrollado todo el potencial revolucionario, de todo tipo, que nos ha traído hasta el ahora mismo de nuestra civilización?.

De un tiempo a esta parte se nos están desarmando, tambaleando, los esquemas mentales, racionales, laicos, occidentales, ante la llegada de pueblos con mentalidades muy distintas.

Cuando hablamos de Edad Media estamos hablando de ella, pero desde fuera de ella. Nadie dice “estoy en la Edad media”. Todos afirman estar en la Edad Contemporánea.
Nosotros, los occidentales europeos, miramos hacia atrás, tomamos en nuestras mentes todo el tiempo histórico recorrido y lo compartimentamos en edades. Llamamos Edad Antigua a nuestro pasado fenicio, griego y romano; llamamos Edad Media al período transcurrido entre la invasión de los bárbaros y la consiguiente desmembración del Imperio Romano de Occidente y el siglo XV, en el que se produce una ruptura con la mentalidad religiosa desde dentro con la Reforma, y desde fuera, con la racionalidad científica, como explicación de este mundo y ruptura o superación de la sociedad feudal, con la aparición de las nuevas monarquías. El fruto de todo esto lo llamamos Edad Moderna, hasta desembocar en la Edad Contemporánea.

Cada cultura y/o civilización ha pasado por etapas. Cuando Europa estaba en la Edad Antigua, Egipto, Asiria-Babilonia, China,… estaban en niveles superiores.

Hoy mismo, nosotros estamos donde estamos y vemos culturas africanas que están donde están.

Podemos hacer un estudio comparativo y ver ciertos paralelismos entre lo que ocurrió en la Edad Media y lo que está ocurriendo/acaba de ocurrir en nuestro mundo occidental.

1.- Por ejemplo, la Pax Romana, vigente durante tanto tiempo, se vino abajo cuando la presión de los pueblos bárbaros irrumpieron por la frontera Rhin-Danubio, unos, que ya estaban dentro, decidieron quedarse y otros, que estaban fuera, “saltaron la valla” y la pax romana se difumina y desaparece. Lo que viene después es ya otra cosa.
La llamada “pax americana” o “guerra fría” mantenía el equilibrio, por miedo y temor a una guerra nuclear, entre dos grandes bloques: el mundo occidental y el bloque soviético, con su telón de acero como frontera (para que “no salgan”, decíamos nosotros; para que “no entren”, decían ellos). Dos mundos y dos concepciones políticas, sociales y económicas distintas, el capitalismo occidental, con el lema de la “libertad” (política, económica, social, de expresión, de religión,……) y el capitalismo de estado, todo centralizado y programado, sin espacios para la libertad, con ideología única, mano de hierro,…

La caída del muro de Berlín y la occidentalización de muchos, (si no todos) los países del lado de allá del telón de acero, es como la llegada y la estancia definitiva entre nosotros de los antiguos bárbaros.

Europa es ya mucho más que la Europa antes de la caída del muro, como la Europa medieval es ya otra Europa distinta a la de la pax romana.
Ni que decir tiene la Europa actual, la Comunidad Económica Europea, sin fronteras políticas y económicas de casi todas las naciones.

2.- Invasiones e inmigración. Si el limes romano, para impedir la entrada de los pueblos bárbaros, medía unos 874 kilómetros, como frontera entre dos civilizaciones, el Telón de Acero, entre la Europa Oriental y la Occidental, en el siglo XX, medía 3.600 Kilómetros, del Báltico al Adriático, que también se vendría abajo ante los intentos interiores (Hungría y Checoslovaquia (“la primavera de Praga) y la presión occidental, externa, siendo la caída del muro de Berlín (ciudad, también, dividida) el comienzo del fin del Bloque Oriental.
Todavía hoy se levantan muros físicos entre Israel y Palestina, entre Estados Unidos y México… y muros de papel, con pasaportes, aduanas…
A pesar de ello, tanto entre los romanos como entre nosotros, las inmigraciones, legales o ilegales, no saben de fronteras cuando se les presentan las hambrunas y hay que echar a correr allí donde hay comida.
A los alamanos, suevos, vándalos, godos…. los suceden, hoy, los turcos, los orientales, los iberoamericanos, los chinos, los árabes y africanos,…que se establecen, trabajando (si pueden) para comer y disfrutando de las ventajas de todo tipo (sanitarias, educativas, sociales…) de los países de acogida, como en otro tiempo lo fueron las ciudades romanas.
El hambre y la muerte empujan para saltar los muros o derribarlos, antes y ahora.

3.- La descentralización de la estructura social y la crisis del control central. Fue el surgimiento de las nuevas naciones surgidas por los asentamientos bárbaros y lo son hoy las descentralizaciones del poder central, bien por el federalismo de algunas naciones, bien por el estado de las autonomías.
El antiguo feudalismo y los señores feudales, con sus prerrogativas, se encuentra hoy materializados en los parlamentos federales y autonómicos.

4.- La fragmentación de las ciudades, que daría lugar a los “Burgos”, son los equivalentes a nuestros barrios, con su mayor o menor idiosincrasia, como territorios casi privados, convertidos (muchos de ellos) en lugares peligrosos, sobre todo para los de fuera, donde las mafias locales, la violencia y el salvajismo campan a sus anchas, donde las bandas armadas controlan y permiten o prohíben, con hacinamiento, con problemas de espacio y de comunicación, con una vida diaria tan distinta a la del centro de las ciudades.
Si de aquellos “burgos” saldría la burguesía económica, industrial, financiera,… en estos barrios abunda el dinero negro, los negocios ilegales,…
En las grandes ciudades (Londres, París, Madrid,…) hay barrios chinos, turcos, griegos, rumanos, rusos, marroquíes, subsaharianos,… desgajados, marginados, con vida y funcionamiento propio.

5.- La inseguridad física y económica, sin proyectos de futuro, vida de supervivencia diaria. Ausencia de vigilancia. Reservando el centro de la ciudad, bien vigilado, como lugar de visita y de compras.

6.- Tendencia a traducir el saber y el poder en imágenes, para que, al entrar por los ojos, puedan ser consumidos. La publicidad y la propaganda, atractivas, con colores y sonidos, que puedan ser captadas al momento y atraigan a compradores.
Como en otros tiempos, con un analfabetismo generalizado, el pueblo necesitaba ver y oír los mensajes religiosos. Las catedrales, con sus vidrieras, su imaginería, su púlpito, sus cánticos, su olor a incienso, su boato y parafernalia… eran la publicidad del mensaje religioso que entraba por la vista, el olfato y el oído (ya que no podía entrar por la mente).
Hoy también se intenta que no se piense, pero que se consuma. La propaganda subliminal, inconsciente, como estrategia de la compra/venta.

7.- Gusto por la recopilación y el inventario. El coleccionismo. Acumulación de objetos, lo que conlleva su conservación. La Iglesia y el poder económico se lanzan a la recopilación de elementos culturales que instalan, conservan y copian libros, miniaturas, imaginería religiosa, arquitectura religiosa y civil,….
En los antiguos monasterios se busca todo y se guarda todo. La importancia de un monasterio está en relación a sus archivos e inventarios.
Igualmente hoy con la dosificación cultural en volúmenes, separatas, fascículos, entregas varias,… a veces para rellenar espacios de estanterías. El placer de poder decirlo y que pueda ser visto, contemplado, envidiado por los demás.

8.- Cultura de transición permanente. En este mundo todo es confuso. Se busca a Dios y éste se encuentra en el otro mundo. Hay que llegar allí y, aunque la iglesia marque los caminos por los que llegar, siempre queda la conciencia y sus remordimientos para la intranquilidad. Deseo, por una parte, pero confusión.

9.- El deterioro de las calzadas romanas, que te obliga a permanecer en el mismo lugar, por no haber caminos o, si los hubiera, su peligrosidad.
Hoy, demasiados caminos.

10.- Escasez de alimentos para las masas, sólo unos cuantos no carecen de ellos.
Hoy son países y casi continentes enteros: países superpoblados del tercer mundo. Muchas bocas y poco alimento que llevarse a la boca. Al tiempo que sobra y se desperdician alimentos en el primer mundo.

11.- Peregrinaciones y viajes, los más por motivos religiosos, los menos por objetivos políticos y económicos.
Hoy: el turismo de masas, por motivos lúdicos y vacacionales. Jerusalén, Tierra Santa, Santiago de Compostela,…. Son sustituidos por El Caribe, la costa mediterránea, países exóticos,…

12.- Misticismo y las órdenes mendicantes, que prometen el cielo eterno…
Hoy: sectas religiosas que te prometen el oro y el moro, que te captan y se quedan con tu conciencia y con tu cartera,…

13.- Epidemias y muertes en masa, negocio con las misas, oraciones,…
Hoy: epidemias o pandemias (vacas locas, aviar, porcina,…) negocio con los medicamentos.

14.- Pobreza oficial individual (hasta voto de pobreza) pero riqueza colectiva.
Hoy: pobreza real colectiva pero riqueza individual de sociedades anónimas (pero con nombre y apellidos). Paraísos fiscales.

15.- Lengua común (el latín) necesario tanto para la iglesia como para el comercio.
Hoy: lengua común y necesaria, en la “aldea global”, del inglés, convertido en la lengua de entendimiento universal, para la tecnología (hasta las instrucciones de uso o montaje de un instrumento “made in China o Tailandia o Japón o….), para la ciencia, para el turismo, para viajar,…

16.- La amenaza del Islam (antes y ahora) pero este tema merece un estudio aparte, sobre todo la facción más peligrosa del mismo (el integrismo radical islámico), en poder de armamento avanzado, de fabricación occidental, gracias a su petróleo.
Occidente montó toda su industria sobre una fuente de energía barata, de países atrasados, y ahora nos tienen cogidos por los huevos. Dependemos de ellos, al tiempo que ellos quieren destruirnos, fanatizados por ideas religiosas medievales.

17.- Las justas y los torneos, por motivos amorosos, políticos, bélicos, lúdicos,…
Hoy: acontecimientos deportivos en todo tiempo y lugar. Uno se alinea con un bando, se enamora de unos colores (como antes se enamoraba de una dama de la alta sociedad) y es capaz hasta de morir y matar por ellos. Odio entre bandos rivales, que, a veces, se politizan. Los centralistas contra los periféricos (o al revés). Identificarse con ellos.

18.- Descenso de la población (por hambre y epidemias).
Hoy: es contradictorio, los más ricos ni pasan hambre ni mueren por epidemias, pero tienen muy bajos sus índices de natalidad, al tiempo que los más pobres, pasando hambre y sufriendo enfermedades, se multiplican, reproduciendo el modelo antiguo de que dos manos más son más trabajo, son más riqueza, es más seguridad de futuro para los progenitores,…
Crecimiento demográfico donde no debería haberlo (en los países no desarrollados), por motivos religiosos, de ignorancia, por tradición,….

19.- Saturación de las ciudades romanas (al haber más servicios, hay más trabajo, existen más oportunidades, hacen falta más manos,…)
Hoy: emigración desde el campo a la ciudad, tanto por la mecanización del campo y la poca mano de obra necesaria, como por la cantidad de servicios que la ciudad necesita y oferta.
Estas ciudades, con tanta aglomeración, quedan convertidas en trampas, con problemas de todo tipo (de movilidad, circulatorios, de contaminación, psicológicos, escasez de servicios,…).

20.- Las dificultades de la comunicación, la tardanza en la llegada de información….
Hoy. Exceso de comunicación, saturación, agobio en la aldea global, todo lo que ocurre en cualquier parte del mundo es en vivo y en directo, y te afecta al momento, lo bueno y lo malo.
Es tanta la información que no da tiempo a digerirla, se va amontonando

21.- La artesanía y la poca especialización. Uno podía hacer casi todo.
Hoy: todo tiene que estar especializado para que sea avanzado. Exceso de especialización. Cada uno a lo suyo, “zapatero, a tus zapatos”.

22.- Pocos problemas, el de la supervivencia, individual y familiar, el de la comida, el de la enfermedad.
Hoy: los problemas son múltiples y tan variados que no existe UNA solución, ni económica, ni cultural, ni religiosa. Hay MUCHAS soluciones, pero para salir del paso, soluciones muy concretas, válidas sólo para ciertos problemas.
Acostumbrarse a vivir con los problemas, nunca totalmente resueltos.
Intentar detectar, desarrollar e incrementar las coincidencias, al tiempo que habrá que aparcar o pasar por encima de las diferencias, respetándolas, aunque no sean aceptadas. Tolerancia de todo lo que pueda ser tolerable, aunque respeto a la persona, siempre.

23.- Cada civilización ha tenido su Edad Media. La nuestra ha sido sólo nuestra. Mientras estábamos en ella, otras civilizaciones estaban mucho más avanzadas. Hoy, muchas se encuentran en su Edad Media.
Aunque toda Edad Media está preñada de Modernidad, que tardará más o menos en llegar. Hoy, culturas pretecnológicas acceden fácilmente a las tecnologías más avanzadas sin estar, a veces, preparadas para ello.
Mayor velocidad en la llegada de la modernidad, aprovechándose de los que ya están allí.

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