jueves, 8 de abril de 2010

CELIBATO Y PEDERASTIA

Masturbarse, en privado, no es un delito; será o no será pecado, todo depende de la religión del masturbante. Pero masturbarse, en público, sí es un delito.
Debemos llamar a las cosas por su nombre: al amor, amor, y a la pornografía, pornografía, al delito, delito, y al pecado, pecado. Y respetarnos los unos a los otros.
Cada cual puede hacer, en intimidad, lo que quiera y la ley ni puede ni debe prohibirlo.

Todo menor tiene que estar protegido contra cualquier desviación por parte de los mayores.

Se considera “abuso sexual infantil” a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual, por parte de otra persona, con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, a la madurez, al poder, o a todas ellas juntas.

Entro en el Diccionario de la R.A.E., pregunto por “pederasta” y dice: “persona que practica la pederastia”.
Así que pregunto por “pederastia” y dice: “abuso deshonesto cometido por un adulto hacia los niños”.

Está saliendo a la luz, últimamente, la pederastia del clero católico y está surgiendo la pregunta de si no será porque son/tienen que ser célibes, según su voto de castidad, libremente asumido, y como requisito para ser sacerdote.

1.- EL CELIBATO.

Tenemos en la mente un pre-juicio o falso juicio de que, desde siempre, los sacerdotes y demás jerarcas eclesiásticos, han sido célibes.
Incluso que Jesús de Nazaret instituyó el celibato. Y nada es más falso.

Hasta el siglo IV no hay ninguna ley que exija el celibato en ninguna parte de la cristiandad.
A partir de entonces se considera obligatorio en algunas partes, pero sólo para los obispos, “que no pueden estar casados”, pero no obliga al clero (aunque muchos obispos estaban casados, incumpliendo la norma).

Posteriormente, en el siglo V, se celebró un Concilio en Rímini y a él “acudieron 300 obispos casados” (me pregunto cuántos obispos habría en el mundo latino).

En el siglo XI un Obispo tiene que expulsar de su diócesis a las concubinas de canónigos y clero bajo.

Ya en el Concilio de Letrán, en 1.123, se exigió el celibato al clero cristiano, pero, en el mundo latino, porque en el Oriente Cristiano los casados podían ser elegidos y ordenados sacerdotes.

San Pedro Damiano critica públicamente al Obispo de Fiésole, “que estaba rodeado de un buen número de mujeres”.

Al Concilio de Constanza, en el siglo XV (1.414-1.418), se desplazan 700 mujeres públicas, para atender a los obispos y al clero en sus demandas sexuales, durante esa reunión conciliar”.

Sólo en el XVI, en el Concilio de Trento (1.545-1.563) es cuando se establece solemne y definitivamente el celibato clerical, para terminar con las costumbres sexuales del clero y con el concubinato de canónigos y clero bajo.
“En Italia el concubinato de los clérigos estaba muy extendido” - afirma un historiador católico.

¿Recuerdan Uds. no hace tanto tiempo, los casos de sacerdotes violadores de monjas y de novicias?.

Hace unos años “que un profesor jesuita de la Universidad de Harward, el Padre Fischler, descubrió que el 92 % del clero norteamericano pedía que pudiera elegir el sacerdote, libremente, estar casado o soltero. Y el Padre Sipe, sacerdote y psicoterapeuta, encontró que sólo el 2 % de este clero cumple el celibato, el 47 % lo cumple relativamente y el 31,5 % vive una relación sexual, de los cuales un tercio tiene relaciones homosexuales. Ante ello, varios obispos han pedido que se quite el celibato, como obligatorio, para el clero latino, ya que el clero oriental –incluso el unido a Roma- no tiene esa obligación y suele estar casado. Y el Concilio Vaticano II alabó el sentido espiritual del sacerdote casado en Oriente”

(Extracto de la obra CREER O NO CREER, del teólogo seglar, periodista, escritor, conferenciante y practicante de yoga y del zen, recientemente fallecido, Enrique Miret Magdalena, y que es una recopilación de artículos, agrupados por temas, y que habían sido publicados durante los últimos años en El País).


El celibato, pues, no ha sido la norma general del clero en la historia de la iglesia.

La pregunta o la sospecha está en la calle “¿será el celibato, obligatorio para el clero, si no “la causa”, sí “una concausa”, de la pederastia eclesiástica que está saliendo a la luz?” (Porque el celibato, aunque sea voluntario, no deja de ser una represión a un instinto de todo ser vivo).

Si la castidad fuera una perfección y a todos nos diera “por ser perfectos”, ¡adiós a la especie humana?.

¿Por qué el celibato es más perfecto que la paternidad y la virginidad más perfecta que la maternidad?
Dios o los dioses ¿pueden quererlo y ordenarlo?.
Extinguida la especie humana, los dioses se quedarían ayunos de adoradores.

Taponar los instintos y renunciar a satisfacer las necesidades y deseos naturales (comer, beber, descansar, comodidad, sexualidad,…) ¿es preferible a darle salida?.

¿Qué dioses pueden considerar como méritos el dolor, el sacrificio, el ayuno,…. voluntarios?.

2.- PEDERASTIA.

La jerarquía eclesiástica, con su comportamiento, está provocando dos efectos contrarios:
1.- Los que son más papistas que el papa, los fanáticos religiosos, que quieren pisar todos los campos, que quieren estar presentes, durante el día y durante la noche, en la calle y en el parlamento, en la escuela y en la casa, hasta en el dormitorio, queriendo imponer, a todos, “su” punto de vista, que tiene que ser el “único” punto de vista.
2.- Por otra parte los que han dicho “hasta luego, Lucas”, se han liado la manta a la cabeza, no quieren saber nada de iglesias y menos de jerarquías eclesiásticas, hacen su vida por libre, totalmente laica, ajena a toda norma que huela a sotana (preservativo, píldora anticonceptiva, control de natalidad, sexualidad placentera, vida lúdica,…).

Así que ahora, cuando está saliendo a la luz toda esta miseria moral, la pederastia, y, además, el intento de ocultarla por parte del Vaticano, están echándose las manos a la cabeza, no alegrándose por ello, pero sí escandalizados, porque muchos de ellos han confiado la educación de sus hijos a colegios religiosos, privados o subvencionados.

Porque la pederastia, Santo Padre, (y yo no sé por qué me dirijo a Ud. en estos términos y no con un tratamiento como lo haría al presidente de una empresa, en este caso, de servicios religiosos) es un delito, aunque para Uds, además, sea un pecado. ¿O creen que sólo es pecado?.

Si yo cometiera pederastia, la justicia me juzgaría y me condenaría como a un delincuente (que delinque, que comete delito) independientemente de que yo fuera o no creyente, y lo considerase o no pecado.

El Papa pide perdón, pero el perdón reside en el terreno moral, no en el jurídico.

¿Van a ser juzgados como delincuentes los pederastas eclesiásticos?

Y no quiero caer en la falacia de saltar del “algunos” al “todos”. Porque sólo algunos lo son.

¿Por qué ese celoso intento de ocultarla y ocultarlos, como si, al no salir a la luz, no existiera/n?.

Yo he afirmado, muchas veces, que nuestros hijos, cuando más y mejor nos valoran como padres, es cuando, llegado el momento, ellos lo son.

¿Qué pueden saber de sexo, realmente, aquellos que, voluntariamente, han hecho el voto de no practicarlo?.

Pero además del delito consumado por algunos, está el delito de querer/intentar ocultarlo por otros, y más si se amenaza con la excomunión para los que lo saquen a la luz.

¿Cómo pudo negarse el Papa actual, cuando sólo era cardenal, a destituir a un sacerdote acusado de haber abusado de hasta 200 niños sordos en Estados Unidos?.

¿La solución del Papa?, ya la conocen Uds., la invitación a los católicos a “ofrecer vuestro ayuno, vuestras oraciones, vuestra lectura de la escritura y vuestras obras de misericordia para obtener la gracia de la curación y renovación de la Iglesia”.

Me parece un sarcasmo.
Si no fuera tan trágico el hecho, la solución papal entraría en el campo cómico.

La renovación la tiene Ud. en sus manos, hágala.
¿La curación?. Las células cancerosas deben ser extirpadas, a tiempo, por el cirujano, antes de que se propaguen en metástasis letal.
Creer que tapándolo con tiritas, y no viéndose, va a curarse el enfermo, no es ingenuidad, es hipocresía.
Creer que al ayuno va a conseguir otra cosa que no sea el adelgazamiento corporal, es credulidad o hipocresía.
Si se lee el Nuevo Testamento vemos que San Pedro tenía suegra (luego estaba casado).
Creer que practicar la obra de misericordia “enseñar al que no sabe” es, en sí misma una virtud, es falso. No en otros lugares, sino en los colegios religiosos, es donde ha sucedido toda esta mierda que está saliendo

Los problemas humanos, Santidad, tienen soluciones humanas. Ya no estamos en el “mito”, habitamos en el “logos”.

¡Por Dios¡.

1 comentario:

  1. Muy interesante reflexión. Totalmente de acuerdo. la Iglesia debe acercarse al pueblo y no marcar diferencias. Fin del celibato, auto financiación, plegarse a las leyes humanas y no sólo a las divinas y que las mujeres pudieran ser sacerdotes en vez de ser aún "siervas" (y no sólo de Dios) serian grandes pasos adelantes

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