lunes, 29 de octubre de 2012

RELATIVISMO (2)


Los grandes filósofos Platón y Aristóteles defendieron la primera interpretación, cosa que, hoy, se considera un gran error y que defiende la tercera opción.

Es decir es el grupo social, la sociedad en la que vives “la medida de todas las cosas”. Según sea ella, y a través de la imitación, de la enseñanza, de la educación,…. va haciéndote ver las cosas como el todo social lo ve.

Pero nosotros estamos hablando como occidentales, adultos, racionales, culturales,….

Las “cosas” existen o no existen y, si existen, son así o son “asao”, según  cada “sociedad cultural”.

Mientras, para nosotros, occidentales, un volcán es….. y un terremoto es…..para una tribu africana ambos fenómenos geológicos son……

Y mientras para un niño los Reyes Magos……para nosotros……

Y mientras para un creyente Dios, el cielo, el infierno,……son…… para un ateo o un agnóstico……

¿Qué es, pues, un ratón?.

¿Para quien?, ¿para una rata?, ¿para un gato?, ¿para un investigador de laboratorio?, ¿para una mujer (según dicen)?, ¿para un agricultor que guarda su grano en la panera o para un hortelano que ve cómo le tronchan, royendo, las débiles plantas?, ¿para un elefante?, ¿para mi padre, que me traía, en la gorra, ratoncillos, para que jugara con ellos y que, al final, siempre acababan en boca de los gatos?, ¿para mi Alberto?.

“¿Qué son las cosas?” es el título de un artículo colgado en blogdetomasmorales el 4 de Agosto de 2.011.

¿Es la Verdad algo absoluto, válido para todos, en todo tiempo y lugar?.

(No estoy refiriéndome a las Ideas Matemáticas y Lógicas, en las que las tautologías siempre, para todos, son Verdaderas al 100%, y las contradicciones son falsas al 100%).

Entre el 100% de la Verdad Absoluta y el 0% de la Falsedad Absoluta hay una escala numérica gradual que se acerca a ellas, sin nunca llegar a coincidir.

La Verdad está transida de aproximaciones, de acercamientos, de avances….

¿Será la Verdad, únicamente, perspectiva?

Hay un rechazo generalizado al “relativismo moral”.

A él se le achacan todos los males del mundo mundial: que si el vandalismo, que si la droga, que si el abandono y fracaso escolar, que si la abstención en unas elecciones, que si los embarazos no deseados, que si las enfermedades de transmisión sexual, que si la corrupción, que si la violencia….

¡Por Dios¡. ¿Queda algo que no se le achaque?

¡Coñ…¡. Yo soy un relativista moral y no he practicado nada de eso, sino que pretendo ser (y me esfuerzo en ello) ser una persona seria, respetuosa, responsable…

Asisto a la presentación de un libro y, al final, uno de los asistentes afirma, tajantemente, que la crisis social y moral son debidas al “relativismo moral y ya lo acaba de decir el Papa”.

Y yo me cabreo, y levanto la voz, y nos enzarzamos en una disputa.

Parece como si el “relativismo moral” fuera el equivalente a “todo vale”, “todo da igual”, “todo vale lo mismo”, “haz lo que te dé la gana”, “nada merece la pena”….

Pero lo único que afirma el Relativismo Moral es que no existen principios máximos absolutos ni verdades morales absolutas, objetivas.

Que no hay una regla universal válida en todas las situaciones y para todos para medir la bondad o maldad de una acción.

Que la valoración moral es “relativa a”, que “está en relación con” las circunstancias sociales, económicas, históricas,….que son cambiantes.

Por lo tanto, lo que afirma el relativismo moral es que lo que está bien o mal depende, en cada caso, de las convenciones y consensos que la sociedad elige en cada momento, según las circunstancias del momento.

Cada cultura, cada sociedad, y cada tiempo tienen sus propias reglas morales que se ajustan a sus situaciones.

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