lunes, 26 de junio de 2017

SAN AGUSTÍN (4) ¿QUÉ ES "VITA BREVIS""?

Vita brevis: Las cartas de Floria Emilia a Aurelio Agustín.

La obra fue escrita en noruego y publicada en 1996.
“La vida es breve, demasiado breve. Tal vez sólo vivimos aquí y ahora. Si fuera así, espero que no hayas estado dando la espalda a esos días, que al fin y al cabo tienen luz, para adentrarte en un oscuro y siniestro laberinto del pensamiento del que yo no puedo rescatarte”

Floria aparece resentida pero tranquila, frente a un San Agustín atormentado, en esa encrucijada del mundo antiguo… “Mis dos voluntades, una vieja y otra nueva, una carnal y otra espiritual, luchaban entre sí, destrozando mi alma con su enfrentamiento” (Confesiones, VIII, 5).
“Se sabe, aunque la Iglesia siempre ha pasado de puntillas sobre este hecho, que San Agustín, más tarde Padre de la Iglesia latina, tuvo en su juventud una amante que le dio un hijo al que amó con predilección”.
Floria, su amante, supuestamente le escribe una carta al tiempo que ella lee las Confesiones, una de las grandes obras del obispo de Hipona.
Para algunos críticos estas cartas son la primera biografía de corte intimista que se haya escrito.
En ella, Floria, con ironía y sarcasmo, critica a Agustín por haber abandonado el verdadero y auténtico amor humano, el que ellos se tenían, para entregarse al amor divino, que es abstracto y poco se sabe de él
La obra, “es una ardiente defensa del amor sensual y una temerosa crítica a la represión religiosa de las pasiones y sentimientos humanos; una obra completamente distinta a las obras anteriores del autor noruego, aunque lleve el inconfundible sello de su siempre alerta curiosidad filosófica”.
La obra es muy original y es una manera distinta y atractiva de entrar en discusión con las posiciones de una de las personas que más han influido en la construcción del pensamiento y la cultura occidental.
San Agustín es un hombre de su época, siglo IV-V, que transita de la cultura grecolatina, que entra en crisis, a la que construye el cristianismo, del cual él es uno de sus grandes arquitectos.
La lectura y crítica del autor a San Agustín, por lo demás válida en buena parte de sus puntos, considero que es precisa y aplastante.
San Agustín es un innovador, pero, al final, también es un hijo de su tiempo que va a ser padre de gran parte de la posteridad.



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