miércoles, 2 de enero de 2013

LA FILOSOFÍA COMO “CRÍTICA” (4)


 
CRITICAR no es, necesariamente, atacar, denigrar, censurar, pisotear, despellejar, despotricar, reprochar, vapulear, objetar, confrontar, oponerse, poner verde…., también puede ser: alabar, elogiar, adular, encomiar, halagar, ensalzar, loar, reconocer el mérito, hacer un panegírico, una apología o defensa de….

Porque, igual que hay una CRÍTICA NEGATIVA O DESTRUCTIVA,  hay otra CRÍTICA POSITIVA O CONSTRUCTIVA.

Cuando un poeta, un novelista, un ensayista,…. publican una obra, los días siguientes acuden a los medios de comunicación para leer, oír, ver,… las críticas que los “entendidos” le hacen, sobre todo a su obra, aunque también pudiera ser a él.

Cuando un pintor, un escultor,…. presentan una exposición de su obra, total o parcial, hacen lo mismo.

Quieren saber qué opinión ha merecido su trabajo.

Se da por supuesto que un “crítico” es una persona formada, con criterio, con conocimiento,… y que sabe lo que dice, porque su pensamiento es un pensamiento razonado, su opinión es una opinión fundada.

Lo contrario del pensamiento vulgar o no crítico.

¿Qué valor puede tener lo que un ignorante, de algo, opine sobre ese algo (sea poesía, pintura, ciencia, filosofía,…?

Dice el Diccionario de la R.A.E. que crítica es: “examen, juicio razonado, lo que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística,…”

Criticar, pues, es discernir, analizar, clarificar, dilucidar, echar luz, iluminar,….. para ver y hacer ver diciéndolo, expresándolo.

Pero, en la crítica, no tiene por qué haber unanimidad, porque uno puede ver y dar razones que otro no ve.

La misma película puede recibir críticas laudatorias, por parte de unos, y ser censurada por otros. Porque el conocimiento es la suma de dos sumandos: uno proviene del objeto (la película), el mismo para todos, pero el otro sumando lo pone el sujeto, y éste es individual. De ahí que nunca haya UNA crítica definitiva (aunque pueda serlo mayoritaria), para todos y en todo tiempo y lugar.

Pero, además, la actividad de “criticar” supone la existencia de un objeto, al que criticar.

Puede ser una Crítica de la ciencia, de las ideas, de la moral, de la causalidad, de la religión, del arte, del conocimiento, del relativismo, del dogmatismo, de la posibilidad de conocer a Dios, o al otro, o a uno mismo, crítica de conocer la realidad, una crítica literaria, periodística, social, cinematográfica, etc. … etc.    etc…

Crítica de lo empírico, de lo teórico, de lo teológico,…..

También crítica de la razón (pura, práctica, estética,) de Kant.

El sofista Gorgias sentenciaba: 1.- “Nada existe”, 2.- “Aunque existiera, sería incognoscible” y 3.- “Aunque EXISTIERA y fuera COGNOSCIBLE, sería INCOMUNICABLE”. Tres amplias áreas de estudio razonado, de crítica: 1.- El ser, la realidad, lo existente. 2.- El conocimiento, el saber, y 3.- El lenguaje y el comportamiento, el deber ser ético y político.

Cosas, pensamientos, palabras, obras.

¿Qué razones da Gorgias para decir lo que dice?, ¿Cuál es su crítica, su conocimiento razonado? Esa es Su Filosofía. Con la que tú o yo podemos estar de acuerdo en todo, en al algo o en nada. Éstas serán nuestras filosofías, nuestros conocimientos razonados.

¿Por qué son, para Gorgias, tres ámbitos aislados? ¿Lo son, también, para ti o para mí? ¿Qué razones tenemos y damos para ello?

La Filosofía no sólo es, tiene que ser “crítica”, porque tiene que estar abierta y pendiente de los descubrimientos y cambios científicos, de las transformaciones políticas, de las innovaciones artísticas, de las alteraciones económicas, de las evoluciones sociales, de los saltos morales,…

Mientras la “Filosofía académica” (Kant) es la historia de las respuestas razonadas que los distintos filósofos han ido urdiendo y dando desde sus contextos (escuelas filosóficas) la “filosofía mundana” (Kant) es la actual, la que hay que hacer sobre lo que nos rodea.

Mientras aquella sería “saber filosofía” (saber lo que los filósofos dijeron, lo que dijeron y por qué lo dijeron, una Historia de la Filosofía), ésta es “filosofar”, una actividad racional sobre lo que hay y nos atañe, a todos. “Todo hombre es Filósofo”

Decía Gramsci: “Puedo imaginarme que haya geómetras, pero que no todos lo sean. Puedo imaginarme que haya entomólogos, pero que no todos lo sean…… pero lo que no puedo imaginarme es que haya uno que no sea filósofo, porque “filosofar es razonar”….

Filosofar es intentar salir bien parado de la situación, siempre mejorable, en la que cada uno se encuentra.

Filosofar es razonar a toda costa, levantándole la falda, si fuera necesario, a tanto sofista suelto, dejándolo con sus vergüenzas al aire, sus falacias o sus endebles razonamientos.

Porque eso es la verdad, “Aletheia”, des-cubrimiento, des-tapamiento, manifestación de lo que estaba oculto, enterrado, tapado, cubierto.

La filosofía es un quehacer, “un qué hacer con las cosas” (Ortega).

José Antonio Marina afirma que “la filosofía debería ser considerada un servicio público” (por tanto subvencionada)

Husserl ya había sentenciado que “el filósofo es un funcionario de la humanidad”.

¿Por qué, pues, ese desdén, esa rebaja, a nivel de mera opción, de la Filosofía en el curriculum de la Enseñanza Secundaría, en el Proyecto de Ley Educativa del Sr. Ministro Wert?

Sócrates filosofaba en el ágora, en la plaza, lugar de reunión y centro político de la polis, hoy el ágora es el “mundo” y las calles por las que se transita son las redes sociales, en las que chocamos, nos encontramos, dialogamos, discutimos, estamos de acuerdo o en desacuerdo, con los otros, con muchos otros.

Y podemos hacerlo sobre la verdad y sobre el error, sobre la justicia y sobre la injusticia, sobre la honradez y sobre la corrupción,….

Porque tan verdad es el teorema de Pitágoras como los campos de exterminio, la ley de la gravitación como el fanatismo religioso, la teoría de la relatividad como el atentado de Atocha.

La verdad es multicolor.

Quien me conoce sabe de mi No a una verdad absoluta, suelta, independiente, ahí, sin contexto en el que se enmarque.

Siempre he sido, soy y seré, relativista. Lo que no quiere decir que “todo sea igual de relativo”, que “todo valga igual”, porque dinero son 4 euros y dinero son 400, y uno es más dinero que el otro.

No es igual una probabilidad del 80% que otra del 23%.

La múltiple realidad se mueve entre el 100% de la Verdad Absoluta (las Tautologías Lógicas o las Definiciones) y el 0% de la Falsedad Absoluta (las Contradicciones Lógicas). Pero estos absolutos son de las ideas, lógicas y/o matemáticas, desde “el triángulo tiene tres ángulos” hasta “el triángulo tiene 8 ángulos”.

Pero vivimos en un mundo en que, testigos del avance en proporción geométrica de las Ciencias y de la Tecnología, que nos ha entrado la obsesión de  que todo el terreno de lo cognoscible se lo reparten entre ellas, la Teoría Científica y su manifestación Tecnológica y nada puede escapar a sus garras, quedando todo lo demás en penumbra o en nada, en pura ficción.

Da la impresión de que la realidad ha sido troceada y cada trozo se ha convertido en cotos privados en los que sólo pueden cazar los de carnet científico autorizado.

Nadie que no sea científico tiene permiso de caza de verdad, ésta ya está asignada, repartida.

A lo que no es científico no merece dedicarle ni tiempo ni dinero, como si Dios y el más allá (para muchos) y la justicia (para todos, incluidos los científicos) y el amor (para todo el mundo normal y sano) al no ser “objetos científicos” ni reducibles a ellos, tuvieran que ser abandonados, esquinados,…

La ola científico-tecnológica actual ha firmado demasiado pronto la muerte de nuestro Padre Griego.

Hay Ciencias, pero también hay Religiones, e Ideologías (liberalismo, socialismo, nacionalismo,…)… todos interesados en arrimar el ascua a su sardina o el agua a su molino. Cada uno considerándose ser los mejores intérpretes de la realidad, lacerando, al mismo tiempo, a los otros.

Pero nunca la filosofía caerá en esta trampa.

Nada hay más ajeno a la filosofía que el dogmatismo.

Saber que nunca se sabe lo suficientemente bien de todo es afirmar la apertura constante a la rectificación, a la matización, al cambio.

Las verdades científicas se consideran clausuradas en sus cotos privados. Pero entre coto y coto, nunca totalmente ajustados, siempre quedan aperturas, resquicios, por las que se cuela la Razón Filosófica.

¿Qué hay de común en lo diverso y de diverso en lo común? Nunca será objeto científico, pero sí filosófico.

La filosofía no es una ciencia, porque es libre de meterse en todos los charcos, de meterse en todos los cotos privados, no para cazar piezas científicas, sino para mostrar sus debilidades. La Filosofía se considera autorizada para entrar en todos los cotos (Filosofía de Biología, Filosofía de la Física, Filosofía de la Sociedad,….) para detectar desajustes, para coser descosidos, para mejorar lo bueno, para optimizar lo mejor. Por eso el filósofo debe sentirse mojado, porque debe mojarse, ser valiente, no arredrarse

Poco o nada tiene que ver la Ciencia (conocimiento teórico) con la Sabiduría (“sapientia”) (prudencia práctica, moral y política).

Aumentar el repertorio de verdades, llenar las estanterías de descubrimientos científicos poco tiene que ver con la felicidad (objeto primordial de la Filosofía).

La filosofía como saber de salvación, desde un marxismo revolucionario y salvífico de la clase trabajadora capaz de crear en la tierra un paraíso, hasta la filosofía como compromiso existencial con labrarse su propio destino, que no está escrito en parte alguna o la filosofía como liberadora de las cadenas de los calambres mentales producidos por las trampas del lenguaje

Mientras la Ciencia se plantea problemas concretos y susceptibles de solución, la Filosofía se plantea problemas más radicales y de difícil solución.

Vivimos en el suelo, pero bajo el suelo está el subsuelo y sobre nuestras cabezas el supra-suelo o cielo (aire, atmósfera,…)

Desde la Geología y la Tectónica, hasta la Astronomía, pasando por la Física, Química, Biología,…..Todo ello ha sido troceado y acotado por las distintas ciencias.

Pero entre los cotos están las lindes, desde las cuales se puede pasar a los cotos. Esa es la filosofía, pisando en la tierra y desplazándose, buceando y sumergiéndose entre las grietas, intersticios, volando sobre lo que haya por encima de nuestras cabezas (creencias o ciencias),…intentado meter la cabeza en todas las áreas para “criticarlas”

¡Qué bien lo expresó B. Russell: “entre la tierra de la Teología (creencia) y la de la Ciencia (conocimiento) está el “no man´s land”, “la tierra de nadie”, lugar de la Filosofía, sin trozo propio que pisar, pero pisándolo todo. Con licencia para….

Ya lo había afirmado otro filósofo: “nada humano me es ajeno”. Y humano es el subsuelo, el suelo y el cielo.

LA FILOSOFÍA NO ES UNA CIENCIA.

¡Bendito sea Dios¡

1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar