martes, 1 de febrero de 2011

¿UNA LENGUA UNIVERSAL?

Cuando ingresé en la Universidad (ya ni me cuerdo cuándo) a un grupo de amigos nos dio por estudiar el “Esperanto”, que se presentaba como la lengua universal. Había grupos checos, alemanes, noruegos,… que todos los años, en verano, se reunían y se comunicaban en esperanto.
Nuestro propósito era convincente. Si todos los hombres, además de su lengua nacional, materna, aprendieran el esperanto podrían comunicarse con cualquier persona de cualquier país, una comunicación universal, (algo así como, a nivel europeo, el euro, hoy, cuando viajas por Europa, al margen de que muchos españoles sigamos calculando, aún, en pesetas).

Las monedas son fáciles de cambiar, los esquemas mentales no tanto.

Todo fue flor de un día porque, en cuanto empezamos a estudiar ciencia y tecnología, no tuvimos más remedio que aprender el Inglés.

Una cultura universal, como lo es la ciencia y la tecnología, exige una lengua universal.

Fue lo que ocurrió con el latín y la cultura europea, durante tantos siglos.

Pero como el tiempo no pasa en balde, una lengua, de tanto usarla grupos distintos y alejados entre sí, se desgasta, cambia, se transforma, se desvirtúa. Del latín saldrían las lenguas romances. La lengua madre pare unos dialectos que, con el tiempo, se convertirán, también, en lenguas.
Llegado un momento, un francés, un italiano y un español, no van a entenderse.
El tiempo va separando las lenguas, que evolucionan, a pesar de que a veces se tomen prestados ciertos vocablos, sea el “paté” o el “fútbol”

Pero, incluso cuando las lenguas romances ya fueron mayores de edad y se independizaron de la lengua madre, desconocida ya, para los nuevos hijos, el latín siguió siendo, durante bastante tiempo, la lengua culta, aunque nadie la hablara en la calle.

Copérnico escribiría “De revolutionibus orbium caelestium” y, nada menos que Newton, en el siglo XVIII, “Philosophiae naturalis principia matemática”, dos obras científicas, entre otras muchas, y en latín, la lengua culta.

Las nuevas lenguas en que se comunican las nuevas naciones crean incomunicación entre naciones distintas. Sin embargo, la cultura es una y la misma.

Pero el progreso va siempre unido a la lengua. Para facilitar, pues, el trabajo en común de todos los pueblos se necesita una lengua culta, con una única gramática, que no esté sujeta a los vaivenes propios del desgaste de las lenguas comunes.

Una cosa es la vida diaria, en la lengua materna, una lengua viva y con matices, y otra distinta es la cultura, expresada en una lengua común y no sujeta a desgaste (como el lenguaje matemático, el 5+4, de toda la vida, no sujeto a desgaste).

A nivel religioso, ¿recuerdan Uds. como se titulan todas las encíclicas de los papas, desde siempre y hasta ahora mismo?. “ De rerum novarum”, “Populorum progressio”, “Magistra vitae”……
La mejor manera de entenderse un cura polaco con un francés y un español, es en latín.

Si eso ocurre, en el ámbito religioso, y es tan útil, como medio de comunicación universal cristiano, ¿por qué no en el ámbito científico y tecnológico?.

El asentamiento de las lenguas romances en sus respectivos territorios produjo la monoglotía así que, si querían entenderse, tenían que ser políglotas.

El intento de evitar la poliglotía, para una mayor y mejor comunicación entre los grupos nacionales incomunicados, se produjo en el siglo XIX, con mi fallido “esperanto”, pero que no cuajó porque, ya en esa época, el inglés se había extendido por todo el imperio de ultramar, incluido Estados Unidos.

¿Por qué no lo pudo ser el español o castellano?. Ya, desde entonces, éramos la “reserva espiritual de Occidente”, no la vanguardia científica y tecnológica.

Desde la segunda guerra mundial se ha impuesto el inglés como la lengua internacional del Comercio, de la Ciencia, de la Tecnología, de los Negocios.
Los Grupos-Institutos de investigación más avanzados, las revistas científicas más prestigiosas, las universidades de élite, los mejores libros científicos…. “hablan en inglés”.

Las lenguas domésticas, maternas, son imprescindibles para la vida diaria, para la expresión de sentimientos, para la comunicación cotidiana, en un contexto vital, (¿qué otra expresión sino “oh, Dios, Dios, Dios” en la cima del orgasmo, y no “God, God, God” que suena a…), pero, luego, además se debería aprender el inglés, en un contexto distinto, como lengua cultural, con reglas fijas, no desgastable por el uso, que iría creciendo con la aportación de nuevos léxicos que el mismo progreso iría aportando.
No tanto el inglés para aprender poesía sino para estudiar ciencia y tecnología y poder comunicarse en este ámbito científico con colegas.

Lengua materna, al tiempo que lengua culta, la lengua particular y vivencial, para vivir, al lado de la lengua universal, para entendernos en el progreso.

¿Recuerdan lo de la Torre de Babel, lo de la imposible comunicación entre los hombres y sus consecuencias, la paralización de la obra?.

La lengua y las lenguas, ¿por qué no niveles entre las lenguas?.
La inmersión voluntaria y exclusiva en una lengua del nivel inferior siempre es un peligro, querer imponerla desde arriba, desde el fanatismo, es una pobreza segura y una asfixia asegurada.

Así que cuando leo y oigo lo de la “inmersión lingüística”, en ciertos feudos hispanos, se me pone una cara de circunstancias y me da la risa floja, que la entienden hasta los chinos.

1 comentario:

  1. Soy esperantista y cada año participo en los Congresos Universales de Esperanto que se van celebrando en países diferentes cada año. Para informarse del estado actual de este idioma auxiliar neutral planificado o de diseño, basta con mirar en Wikipedia, Google, YouTube,etc.etc.

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