sábado, 26 de junio de 2010

REFLEXIONES (1)

REFLEXIONES CORTAS (no tan largas). El nuevo Dios

Estuvimos, no hace tanto tiempo, de vacaciones en Palma de Mallorca, Ángel, Andrés y yo, durante una semana, (ya saben, viajes del INSERSO). Un día vienen estos dos “prendas” y me regalan un lápiz de medio metro (por lo menos) de largo.
No supe interpretar si era una “indirecta” o una “directa” cuando me dicen que era para que “escribiera mis reflexiones filosóficas”.
¿Era, “directamente”, para que siguiera haciendo reflexiones “largas” como el lapicero de marras?.
¿O era, al contrario, una “indirecta” para que, puesto que ya tenía un lápiz tan “largo” hiciera reflexiones más cortas?.
Como ya he sabido que era una “indirecta”, a partir de ahora, serán escritos cortos.
(No me deis las gracias, que ya sé que terminabais con la lengua medio afuera).

Hoy, a los hombres les preocupa más los problemas de convivencia que los problemas de la trascendencia, de ahí que la religión vivida (no la oficial, la de la jerarquía eclesiástica) no tiene interés en ascendernos a la trascendencia, sino que ha bajado ésta al mundo, hasta nosotros. Es aquello de “lo que hagáis a los hermanos, a Mí me lo hacéis”.
No es tanto que el hombre se haya hecho más religioso, es la religión la que está haciéndose más humana. Ha descendido del éter y está a ras de tierra.
Aunque la religión siga con el dualismo “cuerpo y alma” yo he sido y soy contrario a ese dualismo. Yo no soy un alma que habita en este cuerpo “serrano” que luzco. Yo soy UNA sola cosa. En otras palabras, soy “un alma corporeizada o un cuerpo animado”, en una sola pieza.

Platón y Aristóteles, así como Descartes, han quedado superados.

Además, el hombre, en el Dualismo, no pudo ser creado por Dios, a su imagen y semejanza, porque, si algo no tiene Dios (por definición), es cuerpo. Luego sólo nos crearía a su imagen por el alma. Pero el hombre es un ser material, que ocupa tiempo y lugar, mientras Dios no, ni es material, es eterno y ubicuo.

La divinización del hombre, pues, es, tan sólo, una metáfora. Realmente somos efectos de la evolución, Dios nada tiene que ver con nuestro origen, ni pecado original, ni redención, ni…..
El azar y la necesidad han venido, en nuestra cultura, a sustituir a la causalidad y al destino.
Hoy no puede hacerse el recorrido desde el efecto último a la causa primera, a la “causa sui”.
El Dios trascendente ha dejado de ser considerado como primer motor, desde Einstein y ante el avance de la astronomía y la física astronómica, siendo considerado, cada vez más, como fuente de valores universales y de mandamientos permanentes.
El cristiano ha pasado/está pasando del Dios creador y ordenador del cosmos, al Dios ordenador de la convivencia humana.
Los agujeros negros, las galaxias, el big bang, el nacimiento de nuevas estrellas,…. Se han escapado del campo de lo divino y habitan en el campo humano de las teorías.
Hasta el Dios de los ejércitos ha dado paso al Dios bondad, justicia, amor,…
De ese Dios de los ejércitos, que siempre ayuda a vencer a sus seguidores sobre sus enemigos, al que se le invoca para ganar y destruir a los adoradores de ídolos, al Dios de la paz, del perdón, al Dios Padre que ama a todos los hombres, incluso a mis enemigos.
Dios ha dejado de ser el que tenía poder sobre las aguas, las tormentas, las riadas, las sequías, las pestes, las alergias, los terremotos, los cólicos misereres, ….(dejamos tranquilo a Dios y acudimos a los poderes civiles, a los ingenieros y arquitectos, a los médicos y cirujanos, a los sismólogos,…)
Los Centros de Salud y los Hospitales son los nuevos santuarios a los que acudir, no en procesión, sino a la consulta del especialista o al quirófano del cirujano.
A Dios se le están expropiando poderes que antes sólo Él detentaba.
El pasado ha dejado de ser explicado por Dios, se buscan condiciones y causas naturales que expliquen los acontecimientos históricos. Dios ha dejado de intervenir en la historia.
El presente es problemático. Son muchas las soluciones provenientes de muchas religiones, pero que ninguna de ellas colma las expectativas. Se confía más en los humanos que en Dios, para la solución de los problemas, que es la nueva redención, la nueva salvación, la terrestre.
¿Pecado original por nacer?. “Qué pecado cometí contra vosotros, naciendo….”. Los pecados se cometen personalmente o no existen, pero no se heredan, como si ya viniesen inscritos en los genes.
Los pecados se perdonan hablando con el perjudicado, pidiéndole perdón y reparando el daño causado, no contándoselo a un señor vestido de negro y encerrado en una especie de kiosko.
El futuro está en nuestras manos. El futuro será lo que nosotros hagamos de él.

¿Y Dios?. Dios ha dejado de ser ese Dios personal y trascendente y queda reducido a esa atmósfera de concordia, de ayuda, de paz,… que debe reinar entre los hombres.

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