jueves, 5 de mayo de 2016

LA FIRMA DE DIOS (3)

Yo no sé si los pobres son los bienaventurados, más bien creo lo contrario, porque ellos siempre tienen dos desgracias: una, ser pobres, y la segunda, como las desgracias nunca vienen solas, a la pobreza propia se le une el olvido ajeno y, en consecuencia, la situación de desamparo.

¿Es que los adobes peruanos están empecatados mientras las estructuras antisísmicas occidentales y japonesas están bendecidas por los dioses?

¿O es que a Dios le es más grata la ciencia y la tecnología de los ricos que los adobes manuales y artesanos de los pobres?

¿Será que Dios está con el progreso y todas estas desgracias “naturales” son mensajes a los pobres para que salgan de su atraso y progresen?

Los muertos nunca protestan ni reivindican pero hay que ver lo agradecidos que están a Dios aquellos que se salvaron de terremoto, del atentado, de la hambruna, de la epidemia,…

Me recuerda a aquel al que le tocó la lotería y exclamó, con un gesto de agradecimiento: “Dios es justo. Dios existe”. Ya tenemos a un converso o a un requeteconverso más y elevado a la enésima potencia.

Al que cree en Dios todo lo que ocurre en este mundo, sea bueno o malo, lo reafirma en su fe, sumamente agradecido, al igual que al que no cree lo reafirma en su descreimiento.

Los que creen están convencidos de que Jesús, con su muerte en la Cruz pagó todas las multas, que teníamos acumuladas, de todas las infracciones cometidas por todos los hombres a lo largo de todos los tiempos.

Los que no creen dicen que ellos nunca han tenido coche.

¿Nos convenceremos alguna vez de que la fe son creencias, sin pruebas concretas, y que las llamadas pruebas son pseudopruebas, al ser sólo emocionales, sentimentales, que nacen, crecen, viven y permanecen solo en el ámbito privado?

Porque si se prueba ya es saber y no creencia.
¿O es que hay personas interesadas en falsificar la firma de Dios?

Guerras y terremotos.

¿Pero qué decir del reciente maremoto, que nos han pasado por la tele una y otra vez, de Samoa, de magnitud 8,3, que tuvo lugar a las 7 de la mañana, y que a los 20 minutos se produjo el tsunami que penetró 800 metros tierra adentro, con las consecuencias catastróficas que uno puede imaginarse?.

Yo me acordaba de mi Málaga si algo parecido ocurriera.

¿O qué decir de las hambrunas africanas?

En Mayo de este mismo año, 2.009, se calculaba que al menos 13 millones de africanos necesitaban desesperadamente ayuda alimenticia.

Angola, Malawi, Zimbabue, Kenia,…
10.000 niños diarios más de la cuenta mueren a diario, en el mundo, cuando no llueve (como este año) o cuando llueve a destiempo.

Por si fuera poco, la ausencia o malas condiciones de las infraestructuras viarias, por las que podría llegar la ayuda humanitaria, agravan el problema.
Y cuando no es el retraso científico-tecnológico son las guerras tribales, raciales, civiles…

¿Qué hemos hecho, Dios, para merecer todo esto?

Ah, se me olvidaba, la solución dice tenerla Al Qaeda, que, en nombre de Dios, secuestra, atenta, lucha, mata,….

¿Cómo puede soportar un Dios que, en su nombre, se mate y se muera tan alegremente?

¡¡¡¡¡¡Qué horror ¡¡¡¡¡¡¡¡¡

¿Ahora mismo? Los millones de refugiados huyendo de una guerra que otros han originado: Siria, Afganistán, Irak, África subsahariana,…

 “¿Dónde estuvo Dios?”

“¿Dónde esta Dios?”


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