miércoles, 20 de enero de 2010

Haití (de nuevo) y los Bancos.

Nunca hubo una necrópolis mayor y más imprevista, y en pleno siglo XXI. Además, el terremoto ha repetido, por si no hubiera tenido bastante con el primero zamarreo.
El país más pobre de América y, a partir de ahora, los niños más pobres del mundo que, por no tener, ya no tienen ni padres y hasta el necesario amor se ha diluido en el aire más maloliente aún.
Se han quedado "sin nada"; están, incluso, perdiendo las lágrimas de reserva que tenían para ir gastando durante toda su vida.

Todo el mundo está volcándose con ellos, menos los que más tienen, los Bancos.
Tú te acercas a tu Banco, quieres ingresar X dinero en una O.N.G. y el Banco te cobra comisión.
Cuando la crisis se le ha tirado a la garganta a la gente corriente y la está axfisiando....
Cuando los Bancos se quedaron con medio culo al aire, acudieron prestos, llorando, al papá Estado, para tapar los agujeros que dejaban al descubierto su incompetencia y sus malas prácticas financeiras, sus vergüenzas. Y el Estado, con el dinero de todos, acude raudo a tapar su agujero con la "tela" de nuestros impuestos.

Ellos, los Bancos, que dicen "perder" porque han "ganado" algo menos que otros años.
Ellos los Bancos, sanguijuelas en cuerpos ya sangrantes, chupando hasta de la generosidad ciudadana.

Quizás, mañana, acudan a ofertar hipotecas a los nuevos sin piso. Les cobrarán hasta la comisión de apertura.

Tienen tanta cara dura que no se les va a caer la cara de vergüenza, por ser eso, "sinvergüenzas".

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